En el año 1987, Manuel Aristarán, un ingeniero de software nacido en la ciudad de Bahía Blanca, Argentina, conoció el mundo de la programación luego de que su papá le comprara su primera computadora, una czerweny 1500. Aristarán se asombró de cómo este aparato ejecutaba las instrucciones que él, a través de una línea de código, le daba. A los siete años comenzó aprendiendo el lenguaje BASIC, y más adelante siguió a estudiar computación en la universidad.
Viniendo de una familia apasionada por la política, Manuel estuvo siempre impulsado a participar en ella. Por ello, motivado por su pasión por la programación que venía cosechando desde pequeño, y utilizando herramientas de código abierto, creó Gasto Público Bahiense (GitHub), una plataforma que buscaba agregar valor a la información pública presentándola de otra manera, más accesible y amigable.
Desde el BID, tuvimos la oportunidad de trabajar con Aristarán en la publicación de Tabula en la plataforma Código para el Desarrollo. Tabula es una herramienta de código abierto que permite extraer y manipular datos que se encuentran en tablas bajo formato PDF, creando la posibilidad de que sean analizados de manera estadística.
Gracias a esta experiencia, aprovechamos para conversar con él sobre su trayectoria y motivaciones. Esto fue lo que nos contó:
Una línea de código a la vez… desde el living de su casa
Para Aristarán, Gasto Público Bahiense comenzó por un interés personal de traducir a un lenguaje más comprensible la información sobre compras públicas que el gobierno de Bahía Blanca ya publicaba desde 2001. Creó esta herramienta desde el living de su casa, “porque era fácil y porque se podía”. Para él, conocer información sobre presupuestos y gastos públicos permite identificar cuáles son las prioridades de las agencias públicas. El problema era que la información, aunque estuviera publicada, no era accesible. Al facilitar la manera de visualizar esta información, se democratizaba la capacidad de navegar estos datos.
Crear un sistema para abrir datos podía replicarse en 135 municipios
Su pasión por entender los presupuestos públicos fue alimentada cuando en 2010, Aristarán se enteró que los 135 municipios de Buenos Aires gestionaban su información administrativa con el sistema RAFAM. Había 135 sistemas que eran idénticos. Por ende, si se creaba un software para extraer y abrir datos dentro de RAFAM, se creaba un sistema que podía replicarse 135 veces.
Pero para poder hacerlo, necesitaba acceso a alguno de estos sistemas, y no a todos desde el gobierno les interesaba la idea. En 2015, cinco años después de haber creado Gasto Público Bahiense, un municipio bonaerense le permitió a Aristarán explorar la herramienta RAFAM. Así, pudo realizar la ingeniería inversa que le permitiría desarrollar un software para extraer datos almacenados con este sistema. Así nació OpenRAFAM. Lee aquí cómo fue el proceso de creación de este software, y accede aquí a su código fuente.
De Argentina para el mundo
Aunque al principio, con la creación espontánea de Gasto Público Bahiense, la relación entre Aristarán y el gobierno local no fue la mejor, un cambio de administración en el 2012 logró capturar el valor que esta herramienta había tenido en la sociedad civil e impulsó en Bahía Blanca la creación de una de las primeras oficinas de innovación y gobierno abierto en Argentina. Fue a través de esta entidad que Aristarán comenzó un proceso de colaboración con el gobierno.
De esta colaboración surgió Presupuesto Abierto, una plataforma que permite, mediante gráficos interactivos, consultar todas las clasificaciones y etapas de los presupuestos de ingresos y gastos del Municipio de Bahia Blaca (puedes encontrar el código de esta herramienta aquí). Presupuesto Abierto fue la primera iteración del trabajo de maestría de Aristarán en el Massachusetts Insitute of Technology (MIT). Ahora bien, basándose en la premisa de que los presupuestos tienen una estructura común en cualquier lugar del mundo, la segunda iteración se desarrolló para ser adoptada por cualquier gobierno como herramienta para analizar y visualizar presupuestos y gastos de una manera más liviana y con una narrativa menos compleja que en la primera iteración. Así fue como nació SpendView.
Actualmente, el laboratorio de gobierno de la Universidad de Nueva York, The GovLab, está trabajando para ayudar a diferentes gobiernos municipales y federales en América Latina y el Caribe a integrar este software como una herramienta de transparencia. Hasta el momento, las ciudades de Buenos Aires, Argentina, y Montevideo, Uruguay han creado sitios web de transparencia con Spendview. (Puedes explorarlos aquí: Buenos Aires, Montevideo).
Un sistema de software no es bueno porque sea abierto, pero…
Como nos explica Manuel, un sistema de software no es bueno meramente porque sea abierto. Son dos cosas diferentes. Sin embargo, hay aspectos de calidad más allá de la funcionalidad técnica. En lo particular, con respecto a Gasto Público Bahiense, la herramienta debía ser 100% transparente, ya que las personas que la fueran a usar tenían que ser capaces de entender cómo funciona. La receta para analizar los datos debía estar disponible para cualquiera.
Programaba, pero no sabía las implicaciones
Para Manuel, el potencial de estas herramientas se vio reflejado con las reacciones inesperadas y la alta demanda que tuvo Gasto Público Bahiense. En sus propias palabras “tuve la suerte de que me abrió un montón de puertas en las que antes no hubiera podido entrar. Los programadores nos estamos empezando a dar cuenta de las necesidades que hay en el mundo real. Probablemente muchos programadores no tengamos las herramientas humanísticas y morales para entender las implicancias de las cosas que hacemos. Por ejemplo, la publicación de datos tiene consecuencias éticas muy profundas. La actitud de un técnico es siempre “publiquemos”, pero no sabemos muy bien que va a pasar. Por eso, que se estén juntando el mundo de los técnicos con el mundo de la política, la sociología, el periodismo, entre otros, me parece una cosa positiva. Van a ver tensiones y cosas que no funcionan, pero vamos trabajándolas.”
Es así como a través de software libre, código y datos abiertos, Manuel Aristarán ha trabajado en crear impacto una línea de código a la vez. La herramienta por la que comenzamos la colaboración con él, Tabula, por ejemplo, fue utilizada en Carolina del Norte por una organización no gubernamental (ONG) para procesar 50mil PDFs y analizar información sobre pozos de agua potable de dicho estado. Los investigadores encontraron que varios estaban contaminados con uranio.
Entonces, transparencia, lucha contra la corrupción, y activismo ambiental, el código abierto se muestra como una fuente poderosa para mejorar vidas, ¿cuál es tu opinión sobre el alcance de este movimiento?
Fuente: Abierto al Publico - BID
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