Con uniforme de prisión y notorio desgaste físico, Alexéi Navalny fue presentado este 4 de agosto ante un juez en una sala de juicios cerrada en la colonia penal 6, donde cumple condena desde hace meses en una celda de castigo.
La sentencia fue dictada en 10 minutos: 19 años de prisión por cargos de extremismo.
La nueva condena, la tercera y más larga de la que es objeto el líder opositor, ha sido establecida para cumplirse en una colonia penal de régimen especial (cuyo dispositivo de seguridad es más severo que el de una prisión de máxima seguridad), que según la ley rusa está reservada para condenados a cadena perpetua o reincidentes de “especial peligrosidad”.
Prensa y seguidores del político de oposición señalaron la precariedad en la calidad del audio de la transmisión que no permitía entender lo que decía el juez.
Tras conocer la sentencia, Navalny escribió en su canal de Telegram: "19 años de régimen especial. La cifra no tiene ninguna importancia. Entiendo perfectamente, como muchos presos políticos, que cumplo una cadena perpetua".
En la víspera de la audiencia, el ruso emitió un comunicado en redes sociales en el que expresó que temía una “condena estalinista”.
En el texto, el opositor también llamó al apoyo de la sociedad civil rusa y les invitó a resistir y apoyar a los presos políticos, pues “la vergüenza está en no hacer nada. Es vergonzoso dejarse intimidar”, se lee en la publicación.
Durante el tiempo que duró la audiencia, al menos 40 ciudadanos que apoyan a Navalny se dieron puntual cita en las afueras de la prisión ubicada en Melekhovo (aproximadamente a 230 kilómetros de Moscú).
“La gente cree que es importante estar cerca de esta manera, como apoyo moral. Estaremos esperando” comentó Yelena, una de las asistentes a la movilización, quien solicitó la salvaguarda de su apellido para garantizar su seguridad.
Del envenenamiento a una prisión de máxima seguridad
El político de 47 años de edad es el más reacio opositor a Vladimir Putin desde hace varios años, en los que ha enfrentado cinco diferentes sentencias, de las cuales tres han desembocado en condenas de prisión.
El último proceso en el que Navalny fue condenado a una pena intramural lo enfrentó en 2022, cuando le fueron adicionados nueve años de prisión por el desvío de 2,6 millones de rublos de su organización.
La condena de 2022 fue agregada a los dos años y medio que ya purgaba desde que en enero de 2021, cuando fue apresado tan pronto tocó tierra en Rusia tras haberse recuperado de un intento de envenenamiento en Alemania, del cual culpó al Kremlin. En esa ocasión, Navalny fue procesado también por cargos de extremismo, que fueron aplicados retroactivamente a las actividades realizadas desde 2011 por su fundación anticorrupción.
En aquel momento, Navalny recibió el apoyo de sus seguidores, quienes incluso algunos fueron encarcelados tras llevar a cabo multitudinarias protestas exigiendo la liberación del líder de la oposición.
Los partidarios del político ruso se vieron enardecidos con las intenciones (y posterior activación) de condenarlo por violar su libertad condicional luego de eludir en seis ocaciones el requisito de recibir a la autoridad en visita domiciliaria por encontrarse en un proceso de suspensión de condena; consistente en un caso de fraude por el que fue condenado en 2014.
El descontento tenía como trasfondo el delicado caso de envenenamiento al que sobrevivió cuando se desvaneció en un vuelo entre la ciudad siberiana de Tomsk a Moscú. Del caso se concluyó que la salud de Navalny fue perjudicada luego de estar en contacto con un agente tóxico del grupo Novichok (arma química de invención y amplia utilización durante la Unión Soviética), que fue encontrado por su equipo en botellas de agua en su habitación de hotel en Tomsk.
Ante el deterioro de salud, Navalny fue trasladado a Berlín para recibir atención médica y permaneció en el hospital durante aproximadamente un mes en el que señaló en múltiples ocasiones, con el respaldo de los médicos alemanes, que el caso respondía a envenenamiento. Occidente pidió explicaciones al Kremlin tras concluir que el agente tóxico del que fue víctima Navalny se encuentra únicamente en posesión del Gobierno ruso.
Aunque aún no está confirmada oficialmente la candidatura de Vladimir Putin para la próxima elección, que tendrá lugar en marzo de 2024, en el círculo de Navalny toma forma el pesimismo mientras el líder opositor sigue acumulando años en la cárcel.
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