Dicen que en los libros están todas las respuestas. Y, al menos con este que nos ocupa, damos fe de ello. A la pregunta de por qué publicar 1001 curiosidades, palabras y expresiones del español, de la FundéuRAE, la respuesta está en la página 151: «porque nos sale de los cojones» y «porque nos parece una idea cojonuda».
Dicho así, pudiera parecer que esta institución que lleva años dedicándose a sacarnos de dudas a hablantes de español de todo pelaje hubiera perdido el norte y las buenas formas. Pero no, en realidad, esas expresiones, nos sale de los cojones y cojonuda, forma parte de una de las 100 listas sobre curiosidades de nuestra lengua que forman este libro a la que han titulado como «10 expresiones con un par de…». O, por ser más precisos, este listículo.
Listículo, nos aclara Álex Herrero, el coordinador de la obra, viene del término inglés listicle, que a su vez se forma con list (lista) y article (artículo). Y la FundéuRAE decidió apostar por este formato y por este palabro. «¿Por qué? Porque es una forma muy sintética y muy visual de comprender la información, de ordenarla. Cuando las personas leemos un texto, tenemos que extraer las ideas principales, y cuantos más recursos visuales, bien sea separados por párrafos, utilizando recursos como la negrita, las mayúsculas, etc., más sencillo será organizar el contenido en nuestra mente».
A eso se suma que es un contenido que se lee muy rápido, añade Herrero, y es una forma de dar información que ya funciona muy bien en internet. «Nos parecía un formato muy retador para poder escribir. También es verdad que vivimos en la época de los estímulos. Que cada vez nos cuesta más concentrarnos ante la palabra impresa. Saber que es un contenido muy sintético, muy concreto, que se va a contar en apenas dos páginas (cada lista tiene menos de 5.000 caracteres), también ayuda a focalizar la atención en asuntos muy concretos».
Porque eso es lo que pretende este cofre del tesoro, como lo define su coordinador, ir a lo concreto, dar la información precisa y, sobre todo, despertar la curiosidad del lector. Un tesoro que contiene perlas que hablan de etimología (palabras que vienen del griego o del chino, por ejemplo), lexicalizaciones (palabras que vienen del cine como rebeca y pamela), de ortografía, de ortotipografía («Tenemos una lista dedicada únicamente al uso de las comillas, tipos de comillas y cuándo se tienen que emplear en los textos», subraya Álex Herrero); de gramática (por ejemplo, las concordancias, que tanto dolor de cabeza nos dan, tipo la mayoría de los asistentes ¿vino o vinieron?).
Pero también de cuestiones relacionadas con la propia institución, como propuestas que no han triunfado o que no han gustado mucho, las consultas que más les han hecho, las recomendaciones más vistas…; sobre obras académicas, en especial el diccionario y sus mitos; personajes relevantes del mundo de la lingüística; recomendaciones estilísticas y errores que escuchamos en canciones y que se nos cuelan como si tal cosa.
Los anglicismos también están presentes, cómo no. De esto abunda, y mucho, en el español actual, no podían quedar fuera. Pero junto al anglicismo, la FundéuRae propone una alternativa en español. ¿Es un mensaje subliminal para convencernos de que debemos desterrarlos?
«En cada lista hay una enseñanza. Muchas de las listas tienen también su origen en recomendaciones que tenemos publicadas», responde el coordinador del listículo. «Con tráiler, por ejemplo, decimos que es preferible avance, pero si no le gusta, cálcele usted una tilde. Siempre apostamos por la opción española, si está adaptada. Cuanto más asentado está el anglicismo en el idioma, más difícil es recuperar el término en español que antes se utilizaba. Porque si estás continuamente escuchando tráiler, tráiler, tráiler… te olvidas del avance. Pasa algo parecido con teaser. Pero, oye, siempre queda ahí ese mensaje subliminal de “utilice usted el término en español”».
La inspiración del título de este listículo editado por Debate parece clara. «Bebe de Las mil y una noches, de Sherezade, de todos esos cuentos que se iban enlazando uno con otro, que ella se encargaba de hilar para salvar su vida. En este caso, para entretener, puesto que, aunque una historia se quedaba siempre a medias, en realidad daba paso a otra. Porque las palabras, en realidad, siempre dan paso unas a otras; detrás de una palabra siempre viene otra. Y, por supuesto, de las 1080 recetas de Simone Ortega», explica Herrero.
«Nos parecían dos referentes muy interesantes, y suponía un reto porque era cribar y seleccionar mil voces, expresiones, términos que produjeran curiosidad. El ser humano vive de curiosidad, y la lengua lo que hace es suscitar curiosidades. Por eso chifla tantísimo la etimología, porque detrás de cada palabra o expresión muchas veces hay una historia que contar, y las historias nos encantan: desde el origen de la humanidad, cuando se contaban alrededor del fuego, hasta hoy, que nos las cuenten tomando una cerveza o leyendo un libro, como es el caso».
Fuente: Yorokobu
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