Utilizando una tecnología de detección remota, un equipo internacional de investigadores demostró que los “efectos de borde” causados por la deforestación de los bosques amazónicos aumentaron en más de un tercio las emisiones de gases de efecto invernadero entre 2001 y 2015 en esa región, que comprende 8 países.
A medida que la deforestación se extiende, va fragmentando el bosque y dejando ‘parches’ de árboles cuyos bordes quedan expuestos a diversos efectos.
Luiz Aragão, coautor e investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), agrega que la exposición a temperaturas locales más altas, menos humedad y más viento conducen a un aumento del clima forestal.
“Los bosques que estaban acostumbrados a un clima específico quedan expuestos a otro diferente y los árboles comienzan a morir. Entonces, los efectos de borde son bastante fuertes en áreas recientemente deforestadas, pero continúan a lo largo del tiempo hasta que los árboles se adapten a este nuevo entorno”, dice.
Pese a su importancia, al propiciar emisiones del carbono almacenado en los bosques, los efectos de borde no se incluyen en las políticas de reducción de emisiones de carbono en los trópicos y tampoco se conoce exactamente su magnitud.
Según el estudio, entre 2001 y 2015, la deforestación en la región amazónica descargó 9,3 mil millones de toneladas de carbono a la atmósfera, de los cuales el 37 por ciento (3,4 mil millones de toneladas) fue por efectos de borde.
Solo en la Amazonia brasileña, que alberga más del 60 por ciento de bosques, el efecto de borde emitió 151 millones de toneladas de carbono al año en ese período.
Los investigadores notaron que las emisiones por efectos de borde se mantuvieron sin cambios incluso con la caída de la deforestación observada en la región entre 2005 y 2012.
Cómo funciona LiDAR
Con la ayuda de LiDAR (siglas en inglés de Light Detection and Ranging), una tecnología de vanguardia que se puede utilizar a bordo de satélites o aviones tripulados, los investigadores pudieron ver la cantidad de biomasa perdida en los bordes de los bosques más jóvenes y más viejos, y compararlos con las regiones vecinas no perturbadas para calcular las pérdidas de carbono de diferentes áreas forestales de toda la Amazonia.
LiDAR es “tan preciso como las mediciones realizadas por investigadores que miden los árboles en el suelo. La diferencia es que puede cubrir más área en menos tiempo”, afirma Aragão.
Explica que la tecnología funciona como un gran escáner 3D que utiliza láseres infrarrojos y emite una nube de rayos, con muchos puntos láser por metro. Esta nube de puntos láser "barre" el área, golpeando las copas de los árboles y el suelo.
Según Flávia Costa, investigadora del Instituto Nacional de Investigación Amazónica (INPA), este estudio –del cual ella no formó parte– es una contribución importante porque cuantifica algo que los investigadores sabían desde hace algún tiempo: que los efectos de borde también son importantes emisores de carbono.
“Esta metodología debería incluirse en los informes de impacto”, recomendó en una entrevista telefónica con SciDev.Net. Añadió que la investigación a esta escala realizada por satélites normalmente usa una resolución más gruesa y solo considera la deforestación, no los efectos de borde.
Para Michael Keller, investigador del Servicio Forestal de los Estados Unidos, en este tipo de estudio es extremadamente importante medir con precisión la altura de los árboles, porque "la altura del bosque está íntimamente relacionada con las reservas de carbono".
Keller es uno de los líderes del proyecto Paisajes Sostenibles Brasil que realiza encuestas LiDAR en la Amazonia, el Cerrado y la Mata Atlántica en Brasil, del cual el estudio también extrajo datos para sus conclusiones.
Fuente: SciDev
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