Hay muchas cosas que ayudan a que te conviertas en un exitoso empleado a distancia. Conforme más empresas en casi todas las industrias van aceptando las solicitudes de un creciente número de trabajadores que desean olvidarse del viaje matutino a la oficina y el bullicio en el comedor de empleados, el trabajo remoto se ha convertido en una opción cada vez más fácil y rápida para aquellos que la requieren.
Vístete para trabajar
No te despiertes con la luz de tu teléfono y te pongas a trabajar de inmediato. Colócalo al otro lado de la habitación o, mejor aún, en una habitación contigua, y oblígate a dejar la cama para apagar la alarma cada mañana. Cuando la alarma ya no suene, levántate y prepárate como si tuvieras un trabajo de oficina: dúchate y vístete.
Obviamente no es necesario que te pongas ropa formal; no obstante, actúa como si fueras a interactuar con tus colegas en persona. Después de todo, nunca sabes cuándo van a solicitarte una charla en video, y no querrás disculparte por tu aspecto descuidado o porque no traes puesta una camisa.
Esto también establece la rutina del día y te disuade de la idea soñolienta de que quizá, solo quizá, te podrías arrastrar de vuelta a tu cama para tomar una siesta a la hora de la comida, aunque hay aspectos positivos de las siestas durante los días laborales.
No duermas donde trabajas
Ya sea una oficina rentada o una habitación convertida en oficina o una cabaña en el bosque, encuentra un espacio lejos de tu habitación para trabajar (aunque claro, F. Scott Fitzgerald produjo casi la totalidad de sus obras acostado en su cama). En el peor de los casos, mete tu computadora portátil en tu mochila, agarra un par de audífonos y dirígete a una cafetería cercana que tenga wifi, o incluso a un rincón silencioso en tu biblioteca más cercana, y ponte a trabajar. Solo sé cortés si quieres que tu oficina esté en un lugar público; asegúrate de que la cafetería no tenga problemas con el hecho de que la gente ocupe sus mesas para trabajar por muchas horas, y compra comida y bebida para que tu larga estancia en una de sus mesas valga la pena para el establecimiento.
“Establece un área exclusiva para trabajar”, dice Chris Heinone, un escritor del equipo de Wirecutter, una compañía en Nueva York donde la mayoría de sus escritores y editores trabajan desde casa. “Tengo una oficina, pero en el pasado he utilizado una esquina de mi habitación, siempre y cuando sea un área solo de trabajo”.
Espacios para trabajo colaborativo más pequeños pensados para satisfacer las necesidades de la gente local o de los barrios cercanos también son una gran opción (y, muchas veces, menos costosa). Simplemente busca en Google Maps “espacios de trabajo colaborativo en los alrededores” o coworking y agrega el nombre de tu ciudad para encontrar espacios disponibles cerca de ti.
Configura bien tu equipo
Antes de divorciarte completamente de la oficina, confirma con el departamento de informática y con tu jefe si cuentas con los programas y aplicaciones necesarios para trabajar a distancia. La seguridad es primero: si te conectas a los sistemas internos de tu empresa o accedes al correo electrónico a través de una VPN o algún otro filtro de seguridad, asegúrate de que lo has probado y que funciona correctamente desde donde planeas trabajar. También establece un plan de respaldo en caso de que tengas problemas de conexión.
El mismo consejo sirve para la conexión a internet. Yo siempre me aseguro de que, si la señal inalámbrica de internet en mi oficina casera falla, me pueda conectar sin problemas a través de mi teléfono inteligente y usarlo como un punto de conexión inalámbrica. Para poder hacer esto, asegúrate de tener un plan de datos adecuado, especialmente si manejas archivos grandes.
Además, asegúrate de que tu espacio de trabajo tenga todo lo que necesitas: una silla cómoda, cualquier tipo de herramienta que necesites e incluso un teléfono fijo o un auricular de diadema. Wirecutter tiene un muy buen resumen del mejor equipo electrónico que necesitas para tu oficina en casa.
Mantente comunicado
La capacidad de comunicarte con rapidez y de manera confiable es el atributo más preciado para un empleado remoto. Mantén a tus jefes informados continuamente. La mayoría de las oficinas tienen algún servicio de chat, como Slack, para comunicarse entre ellos durante el día, y herramientas como Google Hangouts o Skype para videoconferencias y juntas virtuales. Asegúrate de tenerlas instaladas y de saber bien cómo usarlas; hazle saber a tus colegas que estás presente (especialmente a tu jefe) cuando estés disponible y trabajando.
Crea una rutina
Establece metas. Haz una lista de las cosas que necesitan tu atención hoy, esta semana y este mes.
“Tener un horario consistente y ser más o menos estricto es muy útil para establecer límites con tu tiempo, de manera que puedas mantener un equilibrio entre el trabajo y la diversión”, dice Jacqui Cheng, editora en jefe de Wirecutter, quien ha trabajado desde casa tiempo completo o casi tiempo completo por cerca de doce años.
Mis amigos que trabajan a distancia desde hace mucho tiempo alaban la técnica de productividad Pomodoro de Francesco Cirillo por ser un modo efectivo de llevar a cabo metas o incluso proyectos más grandes, pues te ayuda a mantenerte concentrado por intervalos de 25 minutos con periodos de descanso de cinco minutos entre uno y otro. ¿Terminaste tu tarea en 25 minutos? Sigue con otra. La aplicación web TomatoTimer es un cronómetro sencillo que te puede ayudar a comenzar y mantenerte enfocado.
Sin embargo, quizá lo peor sean las redes sociales que te quitan el tiempo. Las aplicaciones disponibles para Google Chrome, como StayFocusd, permiten un tiempo limitado por día en sitios web seleccionados (como Facebook o Twitter) antes de volverlos inaccesibles por el resto del día. Vale la pena echar un vistazo a otras aplicaciones web como Strict Workflow, que es parecida a TomatoTimer.
Date un respiro
Busca tiempo para salir a dar caminatas cortas que te ayuden a motivar tu productividad y creatividad. Una de las bendiciones de trabajar de manera remota es la oportunidad de tener una vida más activa en lugar de estar atado a un escritorio, pero es importante que crees un hábito. De otro modo, caerás en la inercia de permanecer sentado en tu escritorio todo el día y de nunca salir de casa por la noche.
Es importante socializar para combatir la soledad y el aislamiento inherentes que sientes cuando estás fuera de una oficina tradicional.
Los paseos en bicicleta o las caminatas cortas elevan las endorfinas y agudizan la atención de la misma manera que un breve paseo por tu barrio. En el peor de los casos, haz planes para salir de la casa con familiares o amigos cuando el día de trabajo termine.
Cuando estés fuera del trabajo, mantente completamente alejado
Separar la tecnología del lugar a donde vas a recargar energías y desconectarte al final del día es fundamental para lograr la disciplina necesaria para trabajar a distancia. Del mismo modo en que deberías despertar en una habitación sin tecnología, deberías regresar a un espacio igual una vez que has terminado con tu día laboral. Cuando te desconectes, hazlo por completo. Cierra tus programas de chat y correos electrónicos, y considérate “fuera del trabajo” y “en casa”.
Tratar de mezclar trabajo y tiempo libre conlleva el peligro de nunca bajar el ritmo ni frenar, lo que puede ocasionar cansancio extremo y depresión por sentir que siempre estás trabajando y disponible. Para colmo, pierdes el tiempo que pasarías con tu familia y amigos si trabajaras en una oficina en lugar de hacerlo en casa. Asegúrate de reafirmar tus límites.
Sé agradecido
¡Juega con tu perro, gato o pez dorado y disfruta el hecho de que trabajas desde casa! No todo el mundo puede hacerlo. Después de todo, si te cansas o no te gusta, es posible volver a la oficina.
Fuente: NYT
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