El convento franciscano San José, ubicado en Tarata, es una “joya” que fue construida hace más de dos siglos. Atesora una biblioteca con 13 mil libros y reliquias que cuentan la historia de la evangelización en Bolivia.
Se encuentra cerca de la plaza de la ciudad colonial, sobre una pequeña colina, al lado del templo que lleva el mismo nombre y guarda la imagen de san Severino, el santo de las lluvias.
El paseo es un viaje al pasado, mantiene una edificación colonial con columnas arqueadas, jardines, corredores y patios. La visita guiada dura 45 minutos, pero se requiere de más tiempo para conocer todos los rincones que esconde el convento que ocupa seis hectáreas. Aunque no todos los espacios están abiertos al público.
La edificación de la obra culminó en 1796, inicialmente funcionó como colegio y tuvo entre sus estudiantes al expresidente Mariano Melgarejo. Luego se convirtió en un sitio para acoger a las vocaciones y formar religiosos, según las referencias históricas.
Visita guiada
Existen cuadros, pinturas, fotografías y documentos colgados en los antiguos muros del convento.
Hay diferentes salones, cada uno con una información especial. Uno de ellos exhibe obras modernas de artistas destacados que reflejan la riqueza cultural de Bolivia, en otro escenario se muestran obras antiguas del XIX.
También existen habitaciones con vestimentas eclesiásticas que recuerdan la historia de destacadas figuras de la iglesia católica.
Otro ambiente destacado es la denominada “bodega de vino”, al interior hay decenas de vasijas que reflejan la habilidad que tenían los franciscanos en la elaboración.
El responsable del convento Kasper Kapron aseguró que se elaboró vino para las misas y el consumo diario, debido a que existían grupos de religiosos que provenían de España, que tiene una fuerte cultura del vino.
“Los franciscanos enseñaron la elaboración del vino y la cosecha de uva a los grandes productores de Tarija, ellos trajeron esa cultura”, remarcó.
Joya
El convento también resguarda más de 13 mil libros antiquísimos de diferentes siglos. Están divididos en tres bloques. Uno es la época moderna, donde hay miles de títulos de finales del XIX al XX. Los otros bloques atesoran libros del siglo XVI.
Kapron detalló que los contenidos difieren entre filosofía, leyes, teología, antropología, literatura y otros. El ingreso está reservado sólo a los que lo solicitan como investigadores.
El olor a libro antiguo transciende el ambiente y transporta al visitante a la época colonial, al pasado.
Retiros
El convento se convirtió en una casa para retiros espirituales. Tiene espacio para acoger a un centenar de personas en habitaciones simples y dobles. Kapron dijo que no sólo van religiosos, sino también personas particulares, familias, estudiantes de colegios, entre otros. En 2023, llegaron 80 grupos.
Planes
Kapron contó que varias visitas guiadas no fueron efectuadas por la falta de personal. Sin embargo, ahora cuentan con la colaboración de la carrera de Turismo de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), por lo que pretenden consolidar y mejorar las estrategias.
También prevén la construcción de un complejo deportivo en uno de los patios.
Todos los recursos que se perciben por las visitas guiadas y por la casa de retiros son para cubrir los gastos, el personal y también realizar mantenimiento de la antigua edificación.
Kapron anunció que uno de los ambientes del convento será entregado a la Universidad Católica “San Pablo” de Cochabamba para que se creen centros de investigación sobre las misiones, evangelización y la cultura de los pueblos.
A esta institución también se prevé entregar la gran biblioteca con más de 13 mil títulos.
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