jueves, 25 de julio de 2019

Información y activismo, una relación complicada

En el marco del Encuentro Nacional Juventudes en Emergencia Mediactivismo + Género + Naturaleza, presentamos una "charla detonante" acerca de la importancia de la información en el ciberactivismo. A continuación el texto leído en la jornada inaugural del mencionado evento:

Información y activismo, una relación complicada

Alvaro Rivero Ostoic

Voy a presentar una reflexión para continuar reflexionando; es decir mi intención es aportar elementos para que cada persona o colectivo aquí presente se pregunte acerca de su relación con la información que maneja; máxime si estamos hablando de ciberactivismo en distintos campos, que por definición debe transmitir mensajes, visiones del mundo, valores, propuestas de mejoramiento y transformación social.

Debemos estar concientes que los datos, la información y la comunicación son la materia prima con la que trabajamos, así debemos trabajarla de la forma más responsable para avanzar en nuestros objetivos.

La información digital moldea todos los aspectos de la vida social

Vivimos en la sociedad de la información, esta afirmación que hace unos años podía suscitar algún atisbo de novedad al escucharla, hoy dia es una trivialidad, lo que prueba precisamente su validez, incorporada al sentido común. Solo voy a mencionar dos estadísticas para ilustrar esta realidad: a nivel global, para el año 2015, el 90% de los datos habían sido creados en los dos últimos años, comparados con el 10% restante creado en todo el tiempo anterior (fuente: IBM); lo que nos muestra la siempre creciente magnitud e importancia del fenómeno. En el nivel de Bolivia, otro dato interesante se refiere al número de conexiones a internet en septiembre del 2018, eran 9.5 millones lo que sobrepasa al número de habitantes mayores de 10 años que tiene el país (fuente: blog Tics para el desarrollo).

La constatación de estar sumergidos en un mar de información debe forzarnos a reflexionar y trabajar sobre las maneras que usamos, producimos, manipulamos, transmitimos, recibimos, retroalimentamos la info; que canales y medios utilizamos, analizar los resultados e impactos de nuestro trabajo de comunicación, de manera que contribuyan al logro de nuestros propósitos en cada campo de acción.

El Estado boliviano no garantiza mínimamente el derecho a la información digital

Parece un reflejo automático en muchos de nosotros dirigir la vista al Estado o a las leyes cuando se trata de buscar una solución a algún problema; de esta manera la flora legislativa ha cundido de manera irrefrenable en nuestra historia, y de manera más notable en los últimos tiempos. Sin embargo la proliferación de leyes, reglas y organismos que velen por su cumplimiento no parece haber contribuido en la solución de los problemas y necesidades.

Lo dicho ocurre en el ámbito del derecho a la información, que si bien está enunciado de manera explícita en la Constitución y numerosas leyes, en los hechos se trata de un derecho humano inexistente en Bolivia, desde el punto de vista de las acciones del aparato estatal para hacerlo efectivo.

Esta situación hemos podido mostrarla empíricamente en una investigación hecha el 2016 donde analizamos el funcionamiento de las nuevas tecnologías de información administradas por el Estado. El estudio mostró que un alto porcentaje de instituciones estatales (50%) no tenía página web y entre las que sí tenían los problemas de acceso y de otro tipo eran lo más frecuente. Un dato muy puntual para mostrar la casi nula predisposición del Estado para proporcionar información, es que menos del 7% de las entidades pudo responder un correo electrónico solicitando información elemental (fuente: Auditoría de la Internet Estatal, CERES, 2016).

Como corolario podemos decir que considerando el actual estado de cosas, difícilmente se puede contar con el Estado como un agente activo en alguna estrategia de información o comunicación como la que se plantean las personas y colectivos de este encuentro de activistas.

La prioridad debe ser la comunicación “horizontal”

Una de las ventajas de las NTIC es su potencial descentralizador por el hecho de estar configuradas en formato de red; de esta manera, al no haber un “centro” o un único emisor de los mensajes, se abre la posibilidad de múltiples flujos, lo que hace posible una comunicación más horizontal y democrática. Esta condición es crucial en la construcción de sujetos autónomos del poder, caso frecuente en las personas o colectivos activistas, cuyas formas de organización, métodos y fines se corresponden más con los conceptos de bienestar, democracia y autodeterminación que con la lógica estatal de poder y dominación.

De esta manera el movimiento activista debería plantearse la intercomunicación con distintos sectores de la sociedad, de modo de ir construyendo en conjunto un discurso y una práctica transformadora, respetando las áreas de acción de cada colectivo. De este modo lo ideal sería conseguir sinergias entre los que luchan por la naturaleza, reivindicaciones de género, derechos humanos y otro sin fin de planteamientos.

Los jóvenes deben lograr un papel destacado en el activismo

Tomando en consideración los acelerados cambios en la sociedad actual, la urgencia de ciertos temas cruciales para el futuro del planeta y de la sociedad y la predisposición de actuar de manera proactiva, parece corresponder a los jóvenes gran parte de la responsabilidad del activismo en el tiempo actual. Adicionalmente la familiaridad y destreza en el uso de las redes sociales y de las tecnologías de comunicación actuales, les otorgan una ventaja para actuar en el mundo del ciberactivismo.

Sin embargo no es un camino fácil, poderosos agentes defensores del statu quo y de los poderes establecidos han mostrado sobradamente su capacidad de control y manipulación, especialmente en el ámbito de las redes sociales más populares, inundando con noticias falsas, apelando al lenguaje de odio y excitando emociones básicas entre sus partidarios. Corresponde a los movimientos activistas comprometidos con los mejores valores de la civilización, restablecer la racionalidad en el debate, saber escuchar y proponer las propias ideas en un marco de respeto, tolerancia y civilidad.

Volviendo a una de las reflexiones iniciales, es imperativo pensar o más bien que los activistas se piensen acerca de la manera que están interactuando con la información y los datos, así como están interactuando con otros movimientos y con la sociedad general. Esta introspección será de mucha utilidad en el logro de sus propósitos, tanto de cada activista o movimiento particular como en el fin de contribuir a un bien común de carácter superior.

El compromiso debe ser con la verdad

El corolario inevitable de estas ideas es que la relación entre activismo e información debe ser profundamente ética, no se trata tanto de las formas o destrezas con que manejemos datos, sino de comprometernos con el criterio de verdad; esta actitud, en un contexto informacional más bien adverso, debe guiar nuestro trabajo cotidiano y será la que garantice -en el largo plazo- el éxito de nuestros esfuerzos.

Muchas gracias.

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