En un mundo acelerado donde el trabajo, los estudios y la vida familiar dejan poco tiempo, las aplicaciones de entrega de comida se han convertido en una tendencia global, y Bolivia no es la excepción. Además de facilitar las rutinas diarias, estas herramientas impulsan la innovación gastronómica y ayudan a los restaurantes a llegar a más clientes.
Según Statista, el mercado de delivery en Bolivia generará ingresos por $us 11,14 millones en 2025, con una tasa de crecimiento anual del 6,01 %, alcanzando los 14,07 millones para 2029. Se estima que ese mismo año habrá 293.300 usuarios activos. Aunque el país aún se encuentra en una fase de crecimiento en este sector, el uso de estas plataformas continúa en ascenso gracias a la comodidad que ofrecen.
En Santa Cruz, el delivery se ha vuelto parte de la vida cotidiana: hoy, pedir comida es tan simple como hacer un clic. Los usuarios urbanos solo deben elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades.
El actor y periodista Pablo Fernández tiene una rutina intensa, con jornadas que comienzan temprano y terminan tarde. Cocinar o salir a comer es casi imposible. “La mitad de la semana llevo a Benja al colegio. Luego trabajo en la preproducción de mi programa, tengo reuniones, desarrollo proyectos y, cuando puedo, juego fútbol con amigos. Por la noche, me preparo para el canal. Mi día termina cerca de las 11 p.m., así que pensar en cocinar es impensable”, comenta.
Con una agenda tan ajustada, las apps de comida se han convertido en su mejor aliado. “Muchas veces, mientras analizamos un partido en el canal antes del programa, nos da hambre y pedimos delivery. Yo elijo Yango. Es rápido y eficiente”, afirma.
Sobre sus preferencias, es claro: “El 80% de las veces pido comida rápida, no es lo más sano, pero se adapta a mi estilo de vida”. Destaca que la app le permite resolver sus comidas sin interrupciones ni complicaciones.
“Se trata de practicidad. No tengo que preocuparme por buscar un lugar donde comer, simplemente pido y listo. Es lo mejor”, asegura. Para quienes llevan un ritmo de vida similar, su recomendación es directa: “Pruébenlo, les va a facilitar la vida. Debería haber también una app para pedir gas o hacer mandados”, bromea.
Para Diego, un estudiante universitario en Santa Cruz, el delivery no solo es práctico: es una solución necesaria para su rutina. “Casi no como en casa porque paso el día entre la universidad y otros compromisos”, relata. Como muchos jóvenes que equilibran múltiples responsabilidades, valora la rapidez y facilidad.
Recuerda especialmente lo útil que le resultó la app en época de exámenes: “Durante los finales, casi no tenía tiempo ni para pensar en la comida, así que contar con opciones rápidas de entrega fue un salvavidas”. También destaca los descuentos y promociones que encuentra cada vez que abre Yango, lo que convierte a la app en una opción amigable con su presupuesto.
Por su parte, Julia, comunicadora social y madre, enfrenta otro tipo de desafío. Su jornada arranca a las 5:50 a.m., preparando refrigerios y almuerzos para sus hijas antes de llevarlas al colegio y luego ir a trabajar. Sus tardes están repletas de actividades extracurriculares, lo que dificulta tener tiempo para cocinar.
“Muchas veces, después del gimnasio, empiezo a buscar qué comer. Las apps de delivery me han permitido ganar 30 minutos o más, que uso para compartir en familia”, explica.
Más allá de la rutina diaria, también han sido clave en momentos críticos. Cuando su padre fue operado en enero, el tiempo voló y la familia se dio cuenta de que no había comido nada hasta las 15:00. “En ese momento no había restaurantes abiertos cerca, pero Yango me salvó. En menos de 30 minutos, ya tenía listo mi almuerzo-cena para seguir en el hospital”, recuerda. “Muchas veces, saliendo de la gimnasia ya voy buscando alternativas para comprar comida. Aplicaciones como Yango me han permitido ganar hasta 30 minutos o más de descanso, tiempo que aprovecho para compartir con mi familia”, dice Julia.
“La app es tan versátil que cada miembro de la familia puede pedir lo que quiera. Mi esposo puede pedir una hamburguesa, mi hija una ensalada, la otra un sándwich y yo una sopa. Así de diversa es la oferta. Yo suelo elegir opciones parecidas a la comida casera, como Nativo Healthy Food”, señala Julia.
Uno de los aspectos que más valoran los usuarios es la variedad de opciones, desde comida rápida hasta platos saludables. Ya seas estudiante, madre, o profesional con poco tiempo, hay alternativas para cada perfil.
Además, los precios competitivos y promociones constantes han hecho que esta opción no solo sea conveniente, sino también accesible. Los entrevistados coinciden en que lo que más valoran del delivery es la rapidez y precisión del servicio. Diego recalca que la entrega veloz es fundamental por lo ajustado de sus horarios, mientras que Julia subraya que la exactitud, combinada con las promociones, ha hecho que la app sea parte esencial de su día a día. “Me ha ahorrado tiempo, gasolina y dinero en muchas ocasiones”, concluye.
Fuente: Economy
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