
La exposición 'Con L mayúscula. Mario Vargas Llosa, el lector y su biblioteca', dedicada a la vida y obra del escritor peruano español muerto el 13 de abril de 2025 a los 89 años, abrió sus puertas la noche de este martes y espera al público en general para compartir recuerdos y letras del ídolo de muchos.
La muestra ofrece un recorrido por los libros de la biblioteca personal que donó Vargas Llosa a la Fundación Patiño en 2024.
El homenaje tiene un significado especial, habiendo Vargas Llosa pasado casi nueve años de su niñez en Cochabamba, ciudad en la que aprendió a leer y escribir.
A decir de los organizadores, la exposición “Con L mayúscula. Mario Vargas Llosa, el lector y su biblioteca” sigue la vida de Nobel de Literatura como lector y las formas en que sus lecturas lo marcaron tanto como escritor como ser humano. "Los libros fueron, en su vida, el puente que lo llevó de la realidad a la ficción, a la literatura. Visitar su Biblioteca personal nos permite asistir a una vida entre libros que le tendió puentes entre países, entre idiomas, entre la realidad y la ficción y entre la vida íntima y la vida pública", refieren en el texto de presentación de la muestra.
Además de la exposición, como parte del homenaje al escritor alista para el 24 de julio un coloquio titulado “Vargas Llosa, el puente a la imaginación”, que tendrá por invitados al escritor Gonzalo Lema, al crítico y docente Xavier Jordán y al periodista Santiago Espinoza.
Libros y vida
En el año 2024, la Fundación Patiño recibió en calidad de donación un lote de 4.600 ejemplares de libros de la Biblioteca personal del nobel Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936 – 2025, Lima, Perú), gracias a la gestión de Álvaro Vargas, hijo y gestor de la de la “Biblioteca Mario Vargas Llosa”.
La “Biblioteca Mario Vargas Llosa” viene a reforzar la larga relación de amor que el escritor ha cultivado con la lectura y con Bolivia. Para la Fundación Patiño, un gran escritor es, antes que nada, un gran lector.
El autor peruano comenzó su aventura literaria cuando aprendió a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle de Cochabamba, Bolivia. “Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”, dijo en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura en 2010. “La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura”, concluyó.
La vida de Vargas Llosa tuvo cambios constantes de residencia, de viajes, de mudanzas a países y lugares de residencia donde su vida y escritura lo llevaron. Al año de haber nacido llegó a Cochabamba, Bolivia, desde el Perú, luego volvió a Perú, de allí a París y Madrid, de allá a Londres, de nuevo a España en Barcelona, luego Nueva York, otra vez Londres y así, una vida cruzando puentes. Pasó sus últimos días y murió en Lima.
A lo largo de sus 89 años, volvió a Bolivia varias veces, una como invitado del país para dar una serie de conferencias y otra, en 1998, a Cochabamba invitado al encuentro de Escritores en el Palacio Portales y en 2014 visitó las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, donde ofreció un discurso y apuntó el gran pasado boliviano como motor del presente.
En sus libros, también viajó a Cochabamba y a Bolivia recordando nuestro país como un lugar que le insufló su amor a la lectura y la escritura.
Fuente: Opinion
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