miércoles, 25 de diciembre de 2024

Un estudio confirma que el espíritu navideño existe


¿Alguna vez has sentido que algo especial sucede en Navidad? Esa calidez que te invade al ver luces decorando las calles, escuchar villancicos o compartir momentos con tus seres queridos parece ser universal, pero hasta ahora había sido difícil de explicar más allá de las emociones. Sin embargo, un grupo de científicos de la Universidad de Copenhague decidió investigar si este "espíritu navideño" tiene un fundamento real en el cerebro. Su conclusión, publicada en la prestigiosa revista científica The BMJ, sugiere que existe una base biológica para este sentimiento que muchas personas experimentan durante las fiestas. Al parecer, el espíritu navideño no solo vive en nuestro corazón, sino también en nuestra mente.

El experimento que abrió la mente

El espíritu navideño ha sido descrito a lo largo de la historia como un sentimiento de alegría, generosidad y conexión humana. Pero, ¿de dónde viene realmente esa sensación? Aunque tradicionalmente ha sido atribuido a factores culturales, familiares o espirituales, un equipo de la Universidad de Copenhague se propuso investigar si hay algo más profundo detrás de este fenómeno. Para ello, llevaron a cabo un estudio pionero utilizando resonancia magnética funcional (fMRI), una técnica que permite visualizar qué áreas del cerebro se activan en tiempo real.

El experimento involucró a 20 voluntarios, divididos en dos grupos principales. Uno estaba compuesto por personas que celebraban la Navidad regularmente, con tradiciones como decorar el árbol, cantar villancicos o compartir cenas familiares. El otro grupo, en cambio, estaba formado por personas que no celebraban la Navidad de manera significativa, ya fuera por motivos culturales, religiosos o personales.

La ciencia tras el espíritu navideño

A todos ellos se les mostró una serie de imágenes mientras estaban conectados a la máquina de resonancia magnética. Las imágenes incluían escenas navideñas típicas, como árboles decorados, regalos y paisajes nevados, pero también imágenes neutras y no relacionadas con la Navidad para comparar las reacciones cerebrales. La clave estaba en observar si las imágenes navideñas generaban patrones de actividad específicos en el cerebro de los participantes y si estas diferencias estaban relacionadas con su afinidad por las festividades.

Los resultados fueron claros: en las personas que celebraban la Navidad, las imágenes relacionadas con estas festividades activaron una red específica de regiones cerebrales, mientras que en los participantes que no tenían apego a la Navidad, estas áreas no mostraron ningún cambio significativo. Esto sugiere que el "espíritu navideño" tiene una manifestación física en el cerebro, una red de áreas que se encienden en respuesta a estímulos asociados con esta época del año.

El cerebro más navideño

El estudio identificó que el espíritu navideño parece estar relacionado con la activación de varias regiones del cerebro. Por ejemplo, en primer lugar, la corteza prefrontal media. Esta es una región fundamental en el procesamiento de emociones positivas, recuerdos y conexiones sociales, es decir, es un área que se activa cuando recordamos experiencias significativas o anticipamos momentos felices. En el contexto de la Navidad, esta activación podría estar relacionada con la evocación de recuerdos felices de la infancia, la anticipación de reuniones familiares o la emoción de dar y recibir regalos.

Por otro lado, el lóbulo parietal, que también mostró una mayor actividad, juega un papel importante en la percepción visual y espacial. Esto sugiere que las luces, colores y decoraciones navideñas, que tienen un impacto en nuestra percepción visual, podrían ser interpretados en esta región del cerebro, reforzando el sentido de la magia navideña.

Finalmente, el córtex somatosensorial primario, que estaría relacionado con las sensaciones físicas, como el tacto, el calor o incluso la textura de los objetos, se activó también durante el experimento. Este detalle es particularmente interesante, ya que indica que el espíritu navideño no solo está asociado con imágenes o emociones, sino también con sensaciones físicas concretas, como el placer de envolver un regalo o la calidez de un abrazo durante las celebraciones.

Desde la emoción hasta los sentidos

Este estudio no solo confirma que la Navidad tiene un efecto real en nuestro cerebro, sino que sugiere que el espíritu navideño no es simplemente un sentimiento pasajero, sino una experiencia completa que involucra emociones, recuerdos y estímulos sensoriales. Es como si el cerebro se preparara para vivir la Navidad de una manera holística, integrando todo lo que hace única a esta festividad.

De hecho, los investigadores subrayan que, aunque este hallazgo se centra en la Navidad, es probable que otras festividades importantes para diferentes culturas también activen redes cerebrales similares. El Año Nuevo chino, el Diwali o incluso eventos personales significativos podrían tener un impacto similar en los cerebros de quienes los celebran.

Aunque todavía quedan muchas preguntas por responder, como si estos efectos son los mismos en personas con diferentes contextos culturales o si pueden intensificarse con el tiempo, este hallazgo nos da una razón más para abrazar las tradiciones que nos hacen felices. Parece que, al final, la Navidad no solo está en las decoraciones o los regalos, sino en lo que pasa dentro de nosotros, literalmente.

Imagen: El Pais

Fuente: National Geographic

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