Detrás de Pokemon Go hasta de las smart cities, desde Amazon Echo hasta las smart dolls, se esconden los imperativos del capitalismo de vigilancia, así como sus métodos que consiguen controlar cada aspecto de lo que hacemos para usar esos datos en beneficio propio.
De este retorcido entramado habla el libro “The Age of Surveillance Capitalism” (La era del capitalismo de vigilancia) de Shoshana Zuboff.
Esta profesora emérita de la Harvard Business School ha suscitado numerosos debates con su publicación.
“Casi todos los productos o servicios que comienzan con la palabra “inteligente” o “personalizado”, cada dispositivo con acceso a Internet, cada “asistente digital”, es simplemente una interfaz de la cadena de suministro para el flujo sin obstrucciones de datos de comportamiento en su camino para predecir nuestro futuros en una economía de vigilancia” advierte Zuboff.
El capitalismo de vigilancia consigue un conocimiento exhaustivo de las acciones humanas y su tratamiento a través de algoritmos.
Según explica las empresas tecnológicas con un elevado nivel de precisión cómo vamos a actuar y, por tanto, podrán realizar inversiones sustanciales con beneficios asegurados. Es decir, que no solo predecirán nuestro comportamiento, sino que podrán alterarlo.
Este tipo de capitalismo consta de una preparación sin precedentes y lucrativa: excedente de comportamiento, ciencia de datos, infraestructura material, poder computacional, sistemas algorítmicos y plataformas automatizadas.
“A medida que las tasas de clics se dispararon, la publicidad rápidamente se volvió tan importante como la búsqueda. Finalmente, se convirtió en la piedra angular de un nuevo tipo de comercio que dependía de la vigilancia en línea a gran escala”.
La información es poder y la capacidad de albergar datos de estas empresas les otorga un inmenso poder, no solo a nivel individual sino a gran escala. Luego la vigilancia pasa de centrarse en los usuarios individuales a centrarse en las poblaciones, como las ciudades y sociedad en su conjunto.
“Piense en el capital que se puede atraer a los mercados de futuros en los que las predicciones de la población evolucionan para aproximarse a la certeza” argumenta la profesora.
Al mismo tiempo desaprueba el letargo de la democracia mientras que los capitalistas de vigilancia han tenido vía libre para acumular concentraciones de conocimiento y poder sin precedentes.
Aunque en un inicio esta actitud parecía comprensible porque “estos procesos están diseñados meticulosamente para producir ignorancia al eludir la conciencia individual y así eliminar cualquier posibilidad de autodeterminación” la democracia dispone de recursos suficientes a través de sus instituciones para poner cortapisas.
En este sentido Zuboff se muestra optimista, porque la democracia suele ir por detrás del mercado, pero siempre reacciona.
Así por ejemplo la RGPD [una ley reciente de la UE sobre protección de datos y privacidad para todas las personas dentro de la UE] es un buen comienzo, y puede aprovecharse para ayudar a fundar y hacer cumplir un nuevo paradigma del capitalismo de la información.
La profesora sugiere un plan de acción a cinco años vista para sentar las bases de un nuevo modelo que contemple derechos y deberes de todos los actores implicados.
Fuente: En Positivo
Sitio para difundir investigaciones, analisis y opiniones sobre las TIC en Bolivia, sus connotaciones sociales culturales y economicas. Invitamos a comentar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario