La Literatura nos ha dado obras maravillosas. Cada vez que entramos a una Librería, buscamos en ella algún libro nuevo, que nos emocione y nos sorprenda.
Son pocos los libros que lo logran, pero existen 7 en particular, que han llamado la curiosidad del ser humano a lo largo de Historia, no solo por su contenido, sino por el misterio que los rodea.
¿Que tal si nos damos un paseo por ellos?
1. El manuscrito Voynich
Es un misterioso libro ilustrado de contenidos desconocidos, escrito hace alrededor de 500 años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible.
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y amateurs - incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de la Segunda Guerra Mundial. Ninguno consiguió descifrar una sola palabra.
El libro fue nombrado por el especialista en libros antiguos Wilfrid M. Voynich, quien lo adquirió en 1912. Actualmente es el ítem MS 408 en la librería Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale.
2. Codex Gigas o la Biblia del Diablo
La leyenda señala que el autor del Codex Gigas fue un monje Benedictino condenado a ser emparedado vivo por un grave crimen y para que la pena le fuera condonada, el monje propuso crear una obra monumental que honraría al monasterio, un códice que contendría la Biblia y todo el conocimiento del mundo. El tiempo estipulado por el mismo monje fue de una noche.
La tarea del monje era sobrehumana, por lo que se cuenta que solicitó la ayuda del mismo Satanás, el cual aceptó crear el libro en una noche poniendo como condición aparecer su imagen en una de las páginas. Ciertamente no se trata más que de una leyenda muy posterior a su creación; no obstante, es indudable que fue escrito por un solo hombre.
Fue considerado en su época como la "octava maravilla del mundo" debido a su impresionante tamaño (92 × 50,5 × 22 cm, el manuscrito medieval más grande conocido), su grosor de 624 páginas y su peso de 75 kg.1 Está iluminado con tintas roja, azul, amarilla, verde y oro, tanto en mayúsculas capitales como en otras páginas, en las que la miniatura puede ocupar la página completa. Se encuentra en un excelente estado de conservación.
3. El Libro de San Cipriano
Es un grimorio ampliamente conocido en el mundo de habla hispana y portuguesa. También es conocido como Gran Libro de San Cipriano, Libro Magno de San Cipriano o simplemente Ciprianillo. La edición más difundida lleva por subtítulo El tesoro del hechicero. A lo largo de la historia ha habido múltiples versiones del libro, como el Millonario de San Ciprián o Los secretos del Infierno.
De acuerdo con la versión legendaria, en el año 1001 un monje alemán llamado Jonás Sufurino tuvo contacto con los espíritus superiores de la corte infernal, quienes le dieron el libro en las cercanías del monasterio del monte Brocken, que en la antigüedad sirvió como lugar de reunión para los aquelarres de la brujas. El libro estaba escrito en pergamino virgen con caracteres hebreos. Una de las primeras referencias conocidas es la de Heinrich Cornelius Agrippa, que cita en sus obras libros de nigromancia atribuidos a san Cipriano.
4. El Codex Seraphinianus
Es un libro escrito e ilustrado por el artista italiano, arquitecto y diseñador industrial Luigi Serafini durante treinta meses, entre 1976 y 1978.1 El libro es de aproximadamente 360 páginas (según la edición), y parece ser una enciclopedia visual de un mundo desconocido, escrito en una de sus lenguas, una escritura alfabética que tiene el propósito de ser un sinsentido.
El Codex se divide en once capítulos, divididos en dos secciones. En la primera sección parece describir el mundo natural, que trata de la flora, la fauna, y la física. La segunda se refiere a las humanidades, los diversos aspectos de la vida humana: la historia, la ropa, la cocina, la arquitectura y así sucesivamente. Aparentemente cada capítulo está dedicado a un tema enciclopédico general.
5. El Malleus Maleficarum
Es probablemente el tratado más importante que se haya publicado en el contexto de la persecución de brujas en el Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la caza de brujas que después de ser publicado en Alemania en 1487 tuvo docenas de nuevas ediciones, se difundió por Europa y tuvo un profundo impacto en los juicios contra las brujas en el continente durante 200 años aproximadamente. Esta obra es notoria por su uso en el período de la histeria por la caza de brujas, que alcanzó su máxima expresión desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII.
Se remitían constantemente a la autoridad del Malleus Maleficarum los principales autores y grandes demonólogos como el inquisidor italiano Bernardo Rategno da Como, el jesuita hispano-belga Martín del Río y el jurista francés Jean Bodin.
6. Códice Rohonczi
El Código Rohonczi es una colección de escritos en un sistema de escritura desconocido.
El origen del códice es incierto, fue donado en 1838 a la Academia de Ciencias Húngara por Gusztáv Batthyány, de la nobleza húngara, junto al resto de su biblioteca.
Recibe el nombre de la ciudad de Rohoncz, en el oeste de Hungría (actualmente Rechnitz, Austria), donde permaneció hasta 1907, cuando es trasladado a Budapest. En esta época, el códice es mencionado en una obra de Bela Toth, “Rare Hungarian Writings”. El códice fue remitido también a un investigador alemán en 1885, Bernhard Jülg, profesor en la Universidad de Innsbruck, sin que pudiera descifrarlo.
7. El Códice de Mendoza
El Códice Mendoza (o Mendocino) es un códice de manufactura mexica, hecho en los años 1540 en papel europeo. Posterior a la Conquista de México, fue elaborado por tlacuilos (escribas pintores) mexicas, quienes usaron el sistema pictoglífico antiguo sobre un formato de tipo biombo. Después, un escriba español añadió glosas en escritura alfabética y en español interpretando lo plasmado por los tlacuilos con ayuda de intérpretes indígenas.
Debe su nombre al hecho de que fue encargado por el primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, que desempeñó su cargo de 1535 a 1550, para enviar a Carlos V informes sobre los mexicas. Probablemente sus fuentes sean varios códices originales copiados por los tlacuilos aunque alguna de sus partes fuese obra original de los indígenas especialistas en esta actividad.
Fuente: Bloghemia
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