sábado, 4 de mayo de 2024

Bolivia mal situada en ranking mundial de libertad de prensa


Bolivia se encuentra entre los países con mayores ataques al trabajo de los periodistas, según señala el ranking mundial de Reporteros Sin Fronteras (RSF) que se presenta anualmente cada 3 de mayo por el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Ascendió del lugar 124 al 117 entre 2023 y 2024, en una clasificación que evalúa a 180 países.

El país se “aplazó” al lograr 48,8 puntos sobre 100 y está en la categoría de “situación muy difícil”, muy cerca de los países en riesgo “muy grave” contra la libertad de prensa, que se señala cuando una nación cae por debajo de los 40 puntos.

“En Bolivia, los ataques, las amenazas, la censura y el hostigamiento por parte del Estado y las fuerzas progubernamentales, atentan regularmente contra la libertad de prensa. Los ataques hacia los periodistas se han intensificado, especialmente los de la Policía”, señala el informe de RSF sobre Bolivia.

El informe señala que desde 2020, “los ataques físicos contra los periodistas se han intensificado, especialmente en las zonas rurales del país. Muchas emisoras de radio y televisión se han visto obligadas a suspender su actividad y sus redacciones han sido saqueadas”.

Además, RSF recuerda que sigue impune el caso del secuestro y tortura por un grupo armado civil en Las Londras, en 2021, cuando un grupo de periodistas que cubría un conflicto de territorios avasallados en la provincia Guarayos de Santa Cruz fue retenido contra su voluntad.

La libertad de prensa en el mundo

La libertad de prensa se degrada en Ecuador y Argentina a causa de la situación interna, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF), que advierte del incremento global de las presiones políticas contra el periodismo.

Noruega es el país donde los medios de comunicación gozan de mejor situación, mientras que Eritrea sustituyó a Corea del Norte como el peor para la libertad de la prensa.

En la clasificación de esta oenegé de defensa del periodismo, Ecuador pierde 30 posiciones y se sitúa en el puesto número 110, mientras que Argentina retrocede 26 puestos y se coloca en la 66ª posición.

En Ecuador “la crisis política y el ascenso del crimen organizado han perturbado el funcionamiento democrático”, explica el texto.

”La situación es particularmente preocupante en Argentina tras la llegada al poder del presidente Javier Milei, cuya postura agresiva respecto al periodismo entorpece el pluralismo”, añade el texto.

Enfrentado a una gran crisis económica a su llegada al poder, Milei anunció en marzo el cierre de la agencia de noticias pública Télam.

Perú (125ª posición) también destaca por el deterioro de las condiciones de ejercicio del periodismo. “El país ha perdido 48 posiciones en dos años”, resalta el comunicado.

En la cola de la clasificación, en el continente americano, permanecen, además de Bolivia, Cuba (168º), Nicaragua (163º) y Venezuela (156º), países donde “el periodismo vive sometido a una censura que se apoya en decisiones arbitrarias”.

Pero no todo son noticias negativas en América Latina: la situación mejora en Chile, que sube 31 peldaños hasta el puesto 52, y en Brasil, con un ascenso de diez puestos hasta el 82º.

”La voluntad política puede permitir mejores garantías” para los medios, señaló la directora editorial de RSF, Anne Bocandé.

Fuente: Visor 21

viernes, 3 de mayo de 2024

Sucre, la ciudad blanca, digitalizada


La película “Sucre, la ciudad blanca” fue considerada perdida hasta el año 2024, cuando, gracias a los descriptores del “Catálogo del Archivo Fílmico Marcos Kavlin” de la Cinemateca Boliviana, se encontró catalogada con la duda de si se trataba de un noticiero del ICB o del documental sobre Sucre de Hugo Roncal realizado en 1976.

Tras la revisión de las copias de exhibición en 35mm, en las cuales los créditos de dirección de Waldo Cerruto habían sido removidos, se confirmó que coincidían con la descripción proporcionada por Karina Cerruto en “Crónicas Históricas Documentadas”, así como con los catálogos de los festivales de cine de Cannes (1955) y Venecia (1954), donde la película fue presentada bajo distintos nombres como “La ciudad blanca / La ville blanche” y “Aggio, la ciudad blanca / Città bianca dello Zucchero”.

Después de 70 años desde su estreno, esta película podrá apreciarse nuevamente gracias a la digitalización en 4K realizada por la Cinemateca Boliviana, trabajo de digitalización a cargo de Daniela Anze, y de investigación de Ricardo Dávalos. Este proyecto fue posible gracias al escáner Cintel Blackmagic adquirido en 2022 como resultado del proyecto ganador de Hilfsfonds del Gobierno Alemán durante la gestión de Mela Márquez, como parte del proyecto “La Preservación y Acceso del Patrimonio Cinematográfico Boliviano”.

Fuente: Cinemateca Boliviana

jueves, 2 de mayo de 2024

El mundo es un gran teatro: cuando los hablantes se animan a romper la cuarta pared


William Shakespeare, en su Como gustéis, ya lo dijo claramente: “el mundo es un gran teatro y los hombres y mujeres son actores”. Sinceramente, estoy completamente de acuerdo en esto. Y así, igual que en el teatro, cuando hablamos con los demás entran en juego dos niveles distintos que a veces se superponen. Por una parte, está lo que estamos diciendo, que podría considerarse como el texto de los actores y las actrices en escena. Pero, por otra, está el propio hecho de que estamos ahí, con los demás, hablando; de alguna manera, este estar ahí hablando se podría relacionar con la actuación teatral. Si aceptamos esto podríamos explicar por qué en muchas ocasiones los hablantes actuamos como la gente del teatro y nos dedicamos a romper la cuarta pared. Sí, a dejar la escena por un momento y hablar de la propia representación, o, en nuestro caso, de nuestro papel como hablantes.

Pensemos, por ejemplo, en los adverbios modales. Lo normal es que expresen cómo ha sucedido esto que estamos contando, como cuando digo que María trabaja duramente o que Mi hijo ha llegado tranquilamente en tren. Estos adverbios son, si os ha gustado la metáfora, parte del texto de lo que estoy contando porque hablan concretamente de “cómo trabaja María” o de “cómo ha llegado mi hijo en tren”. Qué distintos son, sin embargo, otros adverbios en -mente como cuando digo: Lamentablemente, María trabaja mucho. En esta ocasión, el adverbio no habla de cómo trabaja María, sino de qué me parece a mí, que os lo estoy contando, que María trabaje mucho. En cierto modo es como si hiciera un aparte y os contara mi opinión. Como si dijera: María trabaja mucho y eso a mí me parece lamentable.

Estos adverbios en -mente no son los únicos que rompen la cuarta pared. Por el contrario: existen muchos más ejemplos. Pensemos en las oraciones condicionales. En principio, sirven para establecer en qué condiciones es verdad lo que estoy diciendo. Así, cuando les decía a mis hijos: Si no tenéis muchos deberes, nos vamos a merendar al parque, la oración condicional limitaba las posibilidades de que fuéramos a merendar al aire libre. Los días que tenían muchos deberes, no íbamos; los que no, sí. De este modo, estas condiciones eran parte de lo que estaba diciendo, sin más. Pero ¿qué ocurre cuando ahora, que son ya mayores, les digo cosas como: Si tienes hambre, hay carne en la cocina? Obviamente, que tengan hambre no repercute en que la carne esté o no en la cocina. Se trata de otra cosa. De nuevo, estamos rompiendo la cuarta pared, pues estamos comentando nuestra propia sugerencia. Es como si nos alejáramos de la escena principal (hay carne en la cocina) y comentáramos: Lo digo por si tiene hambre. Es decir, solo en el caso de que tenga hambre, nuestra sugerencia estará justificada.

Un ejemplo más: las oraciones causales. De nuevo en este caso uno espera que establezca una relación lógica con el resto del enunciado, como cuando digo Juan no ha venido porque está enfermo y todos entendemos que la enfermedad de Juan es la razón de que no esté con nosotros, de tal modo que, si no estuviera malo habría venido. Pero ¿qué ocurre cuando decimos cosas como Ha llovido porque el suelo está mojado? Aquí que el suelo esté mojado no es la razón por la que ha llovido (más bien es la consecuencia). De nuevo, estamos mezclando los dos niveles. En el texto del actor pone ha llovido y nosotros damos dos pasos a un lado, desaparecemos del centro del escenario y hacemos un comentario (lo sé porque el suelo está mojado).

En todos estos casos, y en otros que podréis imaginar vosotros mismos, estamos ante lo que los gramáticos llaman adjuntos a la enunciación. Qué curioso, ¿verdad? Todos nos sentimos en ocasiones actores en el loco teatro del mundo, lo que no todos sabíamos es que las gramáticas de las lenguas lo tenían tan incorporado. No debería sorprendernos. Y es que, volviendo de nuevo a Shakespeare, ya nos dijo en La Tempestad que los humanos “estamos hechos de la misma materia que los sueños”.

Fuente: Letras Libres