viernes, 11 de julio de 2025

Google anuncia cursos gratuitos de primer nivel mediante su plataforma Cloud Skills Boost


Google lanzó una iniciativa estratégica en la formación tecnológica del ecosistema boliviano. Durante el Welcome VCILAT, celebrado en Santa Cruz de la Sierra como apertura del foro de inversión latinoamericano, Sebastián Reyes, representante de Google for Startups, y Corina Marión, managing partner de Babasú Ventures, anunciaron una alianza para poner a disposición de emprendedores y startups de Bolivia acceso gratuito a la plataforma Google Cloud Skills Boost.

Esta plataforma, descrita como una "universidad online de Google", ofrece formación en áreas clave como inteligencia artificial, infraestructura digital y desarrollo tecnológico. Los usuarios recibirán cada mes 35 créditos para cursar materias especializadas y acceder a contenido de clase mundial. Los cursos tienen un costo estimado de entre 3 y 6 créditos cada uno, lo que permite aprender hasta tres o cuatro habilidades mensualmente sin costo alguno.

“La idea es democratizar el acceso a herramientas de primer nivel para que los emprendedores bolivianos compitan al mismo nivel que startups de Silicon Valley”, explicó Reyes. Según detalló, los créditos mensuales forman parte de un paquete de más de Bs 10 millones en apoyo financiero ya entregado por Google en el país.

Pero el beneficio no se queda solo en lo financiero. A través del programa Google for Startups, también se ofrece acompañamiento técnico para que las startups puedan escalar de manera sostenible y estratégica. “Estamos entregando más que recursos. Estamos entregando capacidades”, añadió Reyes.

Esta acción representa una apuesta por el talento boliviano que, como remarcó Marión “ya no solo genera buenas ideas, también genera inversión”. Babassu Ventures apoya esta articulación entre formación, inversión y desarrollo de capacidades, sumando a Bolivia en una red de innovación global.

Además, los representantes de Google anunciaron sesiones especializadas con expertos en inteligencia artificial, ingenieros de la compañía que liderarán las presentaciones exclusivas durante el VCILAT.

Fuente: Economy

jueves, 10 de julio de 2025

Cómo educar el pensamiento crítico en la era de la inteligencia artificial generativa


La irrupción de herramientas como ChatGPT en la vida cotidiana está transformando la forma en que buscamos información, escribimos y resolvemos problemas. Sin embargo, este uso intensivo plantea una preocupación cada vez más extendida: ¿estamos perdiendo pensamiento crítico? Esta cuestión no afecta solo a estudiantes o jóvenes, sino a toda una sociedad que empieza a delegar parte de su razonamiento a modelos generativos. ¿Cómo podemos educar en este nuevo contexto?

¿Estamos realmente perdiendo pensamiento crítico?

Antes de encender las alarmas, conviene analizar lo que dicen los datos. Un estudio del MIT Media Lab con 54 estudiantes durante 4 meses observó menor actividad cerebral y menor recuerdo cuando los alumnos escribían con ayuda de ChatGPT. Los investigadores mencionan una posible «deuda cognitiva», aunque reconocen que la muestra es pequeña y no representa a toda la población.

Lo importante aquí es aplicar el principio de precaución. Aún sin evidencia definitiva, existen indicios de que un uso acrítico de la inteligencia artificial podría afectar nuestras habilidades cognitivas. No se trata de prohibir estas herramientas, sino de acompañar su adopción con estrategias que refuercen la reflexión y el juicio propio.

Cinco pilares para una educación crítica con IA

Diseñar un entorno educativo que fomente el pensamiento crítico en la era de la IA implica construir sobre cinco pilares fundamentales:

Alfabetización algorítmica

Es esencial que las personas entiendan cómo funcionan los modelos de lenguaje como ChatGPT. No «piensan» ni «entienden»; predicen la siguiente palabra basada en patrones estadísticos. Enseñar conceptos como el entrenamiento, los sesgos y las limitaciones ayuda a ver estas herramientas como lo que son: asistentes, no oráculos.

Ejemplo: un mini taller donde los estudiantes experimenten con prompts y detecten «alucinaciones» o errores en las respuestas.

Metacognición explícita

Significa hacer visible el propio proceso de pensamiento. ¿Por qué acepto esta respuesta? ¿Qué argumentos me convencen? Esta práctica desarrolla una actitud reflexiva frente al uso de la IA.

Ejemplo: pedir que los alumnos anoten qué parte de una respuesta de IA consideran válida y cuál no, y por qué.

Verificación y contraste

En un entorno digital saturado de información, es vital saber corroborar datos con múltiples fuentes. Una estrategia útil es la regla 3-2-1: consultar tres fuentes, de al menos dos tipos de medios distintos, incluyendo una opinión contraria.

Producción activa

El objetivo es que la IA se convierta en un punto de partida, no en el trabajo terminado. Puede ser una herramienta para generar ideas, pero la elaboración debe ser propia: redactar, rebatir, citar, organizar.

Ejemplo: permitir que los estudiantes usen IA para inspirarse, pero exigir un desarrollo final con aportes personales y referencias contrastadas.

Ética y ciudadanía digital

No podemos ignorar los efectos sociales, legales y políticos de la IA. Desde la privacidad hasta el copyright, pasando por los sesgos algorítmicos, estos temas deben formar parte del debate educativo.

Ejemplo: realizar debates en clase sobre cómo una IA puede afectar el acceso a información o reforzar estereotipos.

Estrategias didácticas para cultivar el pensamiento crítico

Contar con principios está bien, pero se necesitan también herramientas concretas. Estas son algunas metodologías aplicables en el aula:
  • Método de los tres expertos: el docente crea perfiles con visiones distintas sobre un tema; la IA simula sus opiniones y los estudiantes deben analizar argumentos, falacias y evidencias.
  • Cuaderno de prompts y sesgos: cada alumno guarda sus interacciones con IA, anota qué tipo de sesgos detecta y reflexiona sobre cómo lo habría hecho sin tecnología.
  • IA vs. humano a ciegas: se mezclan textos generados por humanos y por IA. Por equipos, deben identificar cuál es cuál y argumentar sus razones.
  • Versión comparada: un mismo trabajo se hace con y sin IA, luego se analiza qué aporta cada versión. Esto ayuda a ver fortalezas y límites.
  • Laboratorio de prompts inversos: se parte de una respuesta de la IA y se intenta deducir el prompt original. Esto permite entender la relación entre entrada y salida.
  • Proyectos con IA de caja blanca: se usan modelos pequeños y abiertos, que los estudiantes pueden modificar y documentar, aprendiendo así desde dentro.
Evaluación que valore el proceso, no solo el resultado

Cambiar el enfoque implica también repensar la evaluación:
  • Portafolios reflexivos: valorar no solo el producto final, sino también las decisiones tomadas, las fuentes usadas, los cambios iterativos y la confianza en cada etapa.
  • Defensas orales («viva-prompt»): preguntar por qué se eligió un prompt y qué otras opciones se consideraron.
  • Rúbricas de profundidad: incluir criterios como causalidad, contraejemplos, lógica formal o creatividad argumentativa.
Formar al profesorado, construir cultura institucional

Nada de esto es posible sin docentes preparados. Es crucial promover:
  • Talleres de co-pilotaje ético: donde el docente no es solo usuario de la IA, sino un guía que ayuda a formular buenas preguntas.
  • Repositorios de prompts educativos, mantenidos por la comunidad y auditados entre pares.
  • Políticas claras: se permite el uso de IA, pero se exige transparencia. «Usar sí, depender no».
Más allá del aula: preparar a toda la sociedad

No basta con actuar en las escuelas. También es necesario:
  • Crear cursos de alfabetización digital en bibliotecas y centros comunitarios.
  • Realizar simulacros de desinformación, para enseñar a detectar noticias falsas generadas por IA.
  • Promover en empresas la formación de equipos rojos, que cuestionen las decisiones automáticas y analicen los límites de estos sistemas.
Lista de comprobación para toda actividad con IA
  • ¿Formulaste preguntas abiertas y opuestas?
  • ¿Puedes trazar la fuente de cada afirmación?
  • ¿Añadiste tu propio razonamiento?
  • ¿Explicaste por qué confías o no en la respuesta?
  • ¿Detectaste posibles sesgos tuyos o del modelo?
La clave no es protegernos de la IA, sino aprender a convivir con ella de forma crítica. Estas herramientas pueden ser un espejo de nuestro pensamiento: reflejan nuestras fortalezas, pero también nuestras lagunas. Educar en este contexto implica fomentar la curiosidad, el contraste y la autonomía intelectual.

Fuente: WWWhatsnew

Descubre cuál es la app más útil del celular, según la inteligencia artificial


En un entorno dominado por redes sociales, servicios de mensajería y plataformas de entretenimiento, la inteligencia artificial de ChatGPT realizó un análisis masivo de datos para responder a una pregunta simple, pero relevante: ¿cuál es la aplicación más útil en un smartphone?

A diferencia de estudios convencionales basados en encuestas o criterios subjetivos, este análisis fue completamente automatizado. Algoritmos de aprendizaje automático evaluaron millones de patrones de uso en dispositivos móviles de distintos países y contextos. El objetivo fue identificar qué app aporta mayor valor funcional al usuario promedio, sin importar su edad, ocupación o estilo de vida.

Google Maps, en la cima

Según el análisis, Google Maps es la aplicación más útil que puede tener un celular en la actualidad. No solo por su función básica de navegación, sino por la variedad de servicios que ofrece en tiempo real: desde evitar embotellamientos y calcular rutas alternativas hasta estimar tiempos de llegada, ubicar comercios cercanos, compartir ubicaciones o adaptarse al modo de transporte que se esté utilizando.

La IA también valoró la independencia del perfil de usuario. Google Maps resulta igual de útil para un conductor que para un peatón, un ciclista o una persona que se desplaza en transporte público.

Su funcionamiento tampoco depende del contexto geográfico, ya que funciona tanto en entornos urbanos como en zonas rurales, siempre que exista conexión a internet o mapas descargados.

Además, su integración con servicios como Google Calendar, Gmail, Uber o apps de reservas y delivery, la convierte en una pieza central del ecosistema digital de millones de personas.

Datos en lugar de opiniones

La IA también procesó información sobre frecuencia de uso, dependencia en momentos clave, integración con otros servicios y versatilidad ante diferentes escenarios. Las categorías evaluadas incluyeron aplicaciones de mensajería, navegación, organización, productividad, asistencia diaria, finanzas personales y entretenimiento.

Los resultados muestran un panorama claro: la utilidad no siempre está ligada a la popularidad. Aplicaciones como WhatsApp, TikTok o Instagram dominan en descargas y tiempo de pantalla, pero su impacto funcional es limitado a comunicación y ocio. En cambio, otras herramientas menos “vistosas” pueden ser esenciales en situaciones prácticas.

Google Maps es más que orientación

Uno de los aspectos más destacados por el sistema de IA fue el impacto de Google Maps en la toma de decisiones cotidianas. La aplicación no solo permite llegar a destino, sino que ayuda a optimizar tiempos, planificar recorridos, evitar riesgos y resolver imprevistos.

Ya sea en un viaje de trabajo, una salida improvisada o una emergencia, la posibilidad de saber dónde estás y cómo llegar a donde necesitas ir se convierte en un recurso fundamental. Incluso en situaciones críticas, como cortes de tránsito o desastres naturales, la información geolocalizada puede marcar la diferencia.

Popularidad no es lo mismo que funcionalidad

El informe generado por la IA subraya una diferencia clave: las aplicaciones más útiles no son necesariamente las más descargadas. Mientras que las redes sociales concentran la atención y el tiempo, herramientas como Google Maps actúan en segundo plano como soportes invisibles pero esenciales para el día a día.

Esta evaluación sugiere que muchas veces subestimamos el valor de apps que, aunque menos presentes en la conversación pública, cumplen un rol vital en nuestra rutina.

Fuente: Infobae