La hora feliz y el viernes casual, las rosquillas con el equipo y las excursiones para ir por café quedaron en el olvido el año pasado cuando la realidad del trabajo a distancia ha ido acabando con las tradiciones de la oficina.
Los abogados van de la cama a la corte en un paso. Los ejecutivos se limitaron a ponerse una camisa buena. Los pantalones deportivos estuvieron a la orden del día.
Pero Citigroup, uno de los principales bancos del mundo, intenta instaurar una nueva tradición para el final de la semana: los viernes sin Zoom.
La nueva directora ejecutiva del banco, Jane Fraser, anunció el plan de implementar los “Viernes libres de Zoom” en un comunicado enviado el lunes a los empleados. En reconocimiento al hecho de que los trabajadores han pasado una exorbitante parte de los últimos 12 meses con la vista puesta en videollamadas, Citi anima a sus empleados para que limiten el uso de Zoom y otras plataformas de videoconferencia un día a la semana, dijo.
“El desvanecimiento de la línea entre el hogar y el trabajo y la incesante jornada laboral pandémica han afectado nuestro bienestar”, escribió Fraser en el memorando, al que tuvo acceso The New York Times.
“Luego de escuchar a colegas en todo el mundo, quedó claro que necesitamos combatir la ‘fatiga de Zoom’ que muchos de sentimos”, escribió.
El documento decía que ningún empleado de la empresa tendrá que encender su cámara de video para las reuniones internas de los viernes. Las reuniones externas se seguirán realizando: “Las juntas con clientes y reguladores que deben hacerse por Zoom se mantendrán”, decía.
Citi —el tercer banco más grande en Estados Unidos y el 13 del mundo en cuanto a activos según S&P Global— también les pidió a sus 210.000 trabajadores a nivel global que se aseguraran de tomar vacaciones y designó el viernes 28 de mayo como un feriado para que todos los empleados se tomen el día y “reajusten”.
El banco estableció otras medidas para restaurar algo parecido al equilibrio entre la vida laboral y personal. Recomendó a los empleados dejar de agendar llamadas fuera del horario laboral acostumbrado y prometió que cuando puedan volver a las oficinas, la mayoría de los trabajadores tendrán la opción de laborar desde casa hasta dos días a la semana.
“Todos estamos sintiendo el cansancio”, escribió Fraser, que este mes asumió su cargo como CEO de Citi y es la primera mujer en liderar un gran banco en Estados Unidos. Hay mucha presión para redireccionar el rumbo de Citi, luego de que un banquero envió por error casi mil millones de dólares al destinatario equivocado y el banco recibió una multa de 400 millones de dólares por parte de los reguladores federales el año pasado por problemas de larga data.
Pero las quejas por la “fatiga de Zoom” surgieron en todas las industrias y aulas durante el año pasado porque las personas han estado confinadas trabajando en casa y enfrentan horarios llenos de reuniones virtuales. Eso ha hecho que muchas personas sientan que las horas frente a la cámara, a menudo se suman a prolongadas conversaciones en video con amigos.
La sensación generalizada de agotamiento motivó una investigación de la Universidad de Stanford para intentar explicar por qué las videollamadas pueden resultar tan agotadoras.
En un artículo arbitrado que se publicó en la revista Technology, Mind and Behavior el mes pasado, el profesor Jeremy Bailenson, director fundador del Laboratorio de Interacción Humana Virtual de Stanford enumeró varias razones por las cuales las videollamadas son mucho más agotadoras que las conversaciones en persona.
Encontró que el excesivo contacto visual de las videollamadas, la situación no natural de vernos en la pantalla y tener que permanecer en el mismo espacio fijo contribuyen en conjunto a la “fatiga de Zoom”.
Las videollamadas también son un trabajo mental más difícil, dijo Bailenson en un comunicado, porque debemos poner más esfuerzo en realizar e interpretar comunicaciones no verbales. “Si quieres demostrar que estás de acuerdo con alguien, tienes que asentir de forma exagerada o levantar los pulgares”, dijo. “Eso añade una carga cognitiva pues estás empleando calorías mentales para comunicarte”.
Aaron Balick, psicoterapeuta y autor de The Psychodynamics of Social Networking dijo que un error clave que cometieron las empresas cuando establecieron las condiciones del teletrabajo el año pasado fue considerar las llamadas por Zoom como si fueran equivalentes a los encuentros cara a cara. Dijo que no tomaron en cuenta la carga mental adicional en los trabajadores y que se necesita tiempo en calma para procesar lo dicho entre las llamadas.
“Requieren músculos intelectuales distintos”, dijo Balick el miércoles en una entrevista y agregó que las llamadas por Zoom debían tratarse como “una cosa funcionalmente distinta”.
El espíritu que motiva los “viernes libres de Zoom” de Citi es adecuado, dijo, aunque añadió: “si de lunes a viernes vas a hacer un Zoom tras otro y luego tienes el viernes sin ellos, eso no es suficiente”.
Los empleados necesitan más oportunidades para tener tiempo sin interrupciones para trabajar y sin las distracciones de llamadas y reuniones, dijo. Sin la estructura de la rutina de una vida en la oficina, muchas personas también han caído en la trampa de trabajar durante más horas porque no hay señales externas que les indiquen que deben parar, agregó.
Los estudios han encontrado que las tensiones de la pandemia y las mayores cargas de trabajo significan que algunos empleados podrían estar laborando hasta dos horas más al día.
En Wall Street, que incluso antes de la pandemia tenía una reputación infame de horarios extremos, los esfuerzos de Citi por adoptar un enfoque más flexible seguramente no pasarán desapercibidos.
La semana pasada, una encuesta de 13 analistas de primer año en Goldman Sachs llamó la atención en redes sociales pues indicaron que trabajaban un promedio de alrededor de 100 horas por semana y sentían que eran víctimas de abuso laboral.
Imagen: CuidatePlus
Fuente: NYT
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