En 2015, la Asamblea General de la ONU adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este plan de acción abarca 17 objetivos con 169 metas y tiene dos grandes fortalezas: es universal, y contempla una visión integrada de las tres dimensiones de desarrollo (social, económica y ambiental). Sin embargo, poner en práctica los principios que definen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), monitorear el avance a través de indicadores y cumplir sus metas no es tarea sencilla.
Por ello, entendiendo la envergadura de esta iniciativa, la publicación Un mundo que cuenta argumenta la importancia de poner la revolución de los datos a disposición de los ODS. Tal y como afirman, “los datos son el alma del proceso de adopción de decisiones y la materia prima para la rendición de cuentas”. Por esto, se deben aprovechar las nuevas tecnologías que aumentan el volumen de datos y facilitan el monitoreo del cumplimiento de los ODS.
A continuación, veamos qué estrategias se debe utilizar en América Latina y el Caribe para apoyar la Agenda de Desarrollo 2030 con el uso de datos abiertos:
Adaptar la agenda a las necesidades locales y establecer una estrategia de datos
En los procesos intergubernamentales de Naciones Unidas, la definición de los indicadores para monitorear los ODS ha tomado un rol central. El grupo de trabajo para la definición de los indicadores de cada meta y objetivo de la agenda 2030, coordinado por la Oficina Estadística del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas, avanza en la definición precisa de los indicadores y revisa la viabilidad de contar con los datos para cada indicador. El grupo de trabajo también avanza en estrategias para definir cómo desagregar los datos disponibles por diferentes dimensiones (por ejemplo: sexo, edad, nivel de ingresos, etc) y cómo interconectar los indicadores.
El marco de Monitoreo de los ODS a nivel internacional cuenta con 232 indicadores, pero ¿son esos los indicadores que cada país debe adoptar? Si bien la Agenda 2030 se aplica a todos los países, cada uno deberá adaptarla a sus necesidades y prioridades específicas. Los países deben avanzar en priorizar las agendas nacionales, y acompañar las mismas con estrategias concretas de cómo generar los datos para poder dar el seguimiento apropiado. Las oficinas estadísticas tendrán un rol crítico, no sólo en generar los datos sino en promover mecanismos que permitan que la información de otros productores de datos (como empresas u organizaciones sociales) pueda ser también utilizada.
Priorizar la accesibilidad y coherencia de los datos
Los países (en todas las etapas de desarrollo) enfrentan retos para generar datos que permitan monitorear la ambiciosa agenda 2030. El proyecto Post-2015 Data Test, liderado por Southern Voice, busca evaluar a un grupo de países de diferentes ingresos según su disponibilidad de datos para monitorear el cumplimiento de los ODS. De esta manera, genera conocimiento e informa decisiones sobre la recopilación de datos. En su último informe, Post-2015 Data Test evidenció que la revolución de datos necesita arduo trabajo y dedicación para materializarse en cada país. En Perú, por ejemplo, se evidencian brechas de información en cuanto a las dimensiones ambientales, de infraestructura, y de temas de gobernanza, esto quiere decir que no existen datos para medir todos los indicadores dentro de estas dimensiones.
Además de la cantidad de datos, es importante mejorar su accesibilidad, claridad, coherencia y compatibilidad. Para esto, la adopción de prácticas de datos abiertos puede facilitar la revolución de datos para monitorear el cumplimiento de la Agenda 2030. Por ejemplo, los datos abiertos podrían permitir a las Oficinas Estadísticas hacer el uso de información de otros actores de la sociedad, como el sector privado o las universidades. Así mismo, los datos abiertos podrían permitir la generación de nuestras herramientas tecnológicas que permita alcanzar las metas propuestas en la agenda 2030.
Se requiere financiamiento para ideas catalíticas, pero también para la meticulosa tarea de gestionar datos
Finalmente, para que la revolución de datos sea una realidad en América Latina, se necesitan cambios en las estrategias para financiar el trabajo de datos. Aunque se deben financiar innovaciones que puedan hacer la diferencia a gran escala, es importante resaltar que contar con datos confiables, oportunos y relevantes es un trabajo de hormiga. Muchas veces, este tipo de trabajos – recolección de nuevos datos, sistemas de información ambientales, digitalización de datos administrativos – pueden tener poca tracción entre los donantes. Pero, son estas tareas localizadas y continúas, las que permitirán materializar el potencial de la revolución de datos. Este también es un nuevo espacio para la filantropía nacional y regional. Por ejemplo, Telefónica ha apoyado la creación de Data República, un laboratorio de datos para el desarrollo sostenible de la región.
América Latina y el Caribe adopta cada vez más la visión de la nueva agenda 2030. Por ejemplo, este año, 11 de los 43 países que participan en los Reportes Voluntarios Nacionales en el Foro Político de Alto Nivel son de América Latina y el Caribe. Este Foro es el espacio más importante para el seguimiento de los avances de los OSD. Ésta es una oportunidad importante para que los países establezcan y comuniquen sus compromisos por promover la revolución de datos en sus planes nacionales de los ODS.
Fuente: BID
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