SocArXiv es un proyecto que busca maximizar el acceso abierto a los artículos académicos (en fase de prepublicación) de las ciencias sociales y mejorar con ello la calidad de los mismos a través del escrutinio entre pares.
Esta iniciativa es impulsada principalmente por sociólogos y bibliotecarios estadounidenses con el auspicio de la Universidad de Maryland, el Center for Open Science, la Open Society Foundation y la Alfred P. Sloan Foundation.
A pesar de que SocArXiv se encuentra en versión beta con continuas mejoras a la plataforma, se puede tener acceso a más de 600 documentos. Las disciplinas que comprende el archivo abarcan a las artes y humanidades, el derecho, la educación, las ciencias sociales y del comportamiento.
Sin duda esta iniciativa está inspirada arXiv.og, el mítico repositorio de las ciencias duras lanzado en 1994 y que en la actualidad cuenta con más de un millón de e-prints en las áreas de la física, las matemáticas y las ciencias de la computación, entre otras.
Fuente: Sociologia Contemporanea
Sitio para difundir investigaciones, analisis y opiniones sobre las TIC en Bolivia, sus connotaciones sociales culturales y economicas. Invitamos a comentar.
jueves, 26 de enero de 2017
miércoles, 18 de enero de 2017
Adictos a nuestros celulares
Los hombres, mujeres y niños que se la pasan todos los días pegados a sus celulares y revisando sus cuentas de redes sociales podrían aprender algo de Lin-Manuel Miranda, el creador de Hamilton, una innovadora obra que se convirtió en un éxito teatral.
Cuando le preguntaron en una entrevista con la revista Delta Sky cuándo y dónde encuentra tiempo para ser creativo, Miranda, un ávido lector de libros y entusiasta del ocio, respondió: “Las buenas ideas llegan cuando descansas. Llegan en la regadera. Llegan cuando estás haciendo dibujitos o jugando al tren con tu hijo. Hamilton me obligó a poner más atención a la inspiración que conlleva el simple hecho de vivir mi vida”.
La observación de Miranda no augura nada bueno para el futuro, no solo de la creatividad sino también de los cuerpos, las mentes y las relaciones sanas. Sin duda has visto estas escenas muchas veces:
El acceso casi universal a la tecnología digital, que comienza en edades cada vez más tempranas, está transformando la sociedad moderna de formas que pueden tener efectos negativos en la salud mental y física, el desarrollo neurológico y las relaciones personales, sin mencionar la seguridad en las carreteras y aceras.
No me malentiendan. No soy una ludita. Me encanta la tecnología. Me encanta la practicidad y la ayuda que brindan las numerosas aplicaciones de mi teléfono, un banco de información del tamaño de mi bolsillo. Recuerdo mi asombro, cuando era reportera del Times a principios de los ochenta, al utilizar los procesadores de texto y me di cuenta de que podía escribir un artículo mucho más rápido. Ahora las computadoras me ahorran muchísimo tiempo y esfuerzo, además de evitar un sinfín de vergonzosos errores porque puedo buscar hechos, cifras, ortografía, definiciones y publicaciones académicas sin dejar la comodidad de mi silla ergonómica.
Sin embargo, también me encanta poner mi computadora en modo de hibernación y salir a pasear con mi perro, reunirme y charlar con amigos, conocidos y extraños, algunos de los cuales se han convertido en mis amigos.
Como pasa con muchas otras cosas en la vida, la moderación en nuestro mundo digital debería ser el distintivo de una relación sana con la tecnología. Muchos se han convertido en esclavos de los dispositivos que deberían liberarlos porque nos dan más tiempo para vivir la vida y la gente que amamos. En vez de eso, estamos bombardeados constantemente por tonos, timbres y zumbidos que nos alertan sobre mensajes que nos sentimos obligados a ver y responder de inmediato.
“La mayoría de las personas revisan sus celulares 150 veces al día, o cada seis minutos”, escribió Colier. “Y los jóvenes envían en promedio 110 mensajes de texto al día”. Además, agregó que el “46 por ciento de los usuarios de teléfonos inteligentes ahora dicen que no podrían ‘vivir sin sus dispositivos’”.
En The World Unplugged Project, investigadores de la Universidad de Maryland informaron que “una mayoría evidente” de estudiantes en los 10 países estudiados experimentaron angustia cuando intentaron estar sin sus dispositivos durante 24 horas. Una de cada tres personas admitieron que preferirían renunciar al sexo que a sus móviles.
Me temo que nos estamos convirtiendo en robots digitales. ¿Acaso las próximas generaciones sabrán cómo conversar cara a cara? ¿Se darán cuenta de las aves, los árboles, el amanecer y las personas con las que comparten el planeta?
En vez de visitar galerías de arte, asistir a conciertos o caminar en pintorescos caminos boscosos, una mujer que conozco vino a Woodstock, Nueva York, el verano pasado, y se pasó todo el fin de semana en el iPad comunicándose con sus “amigos” de Facebook. Solo pude pensar: “¡Qué desperdicio!”.
Puede que se pregunten por qué es tan importante limitar nuestras vidas digitales. “Sin espacios abiertos ni tiempo libre, el sistema nervioso jamás se apaga… está en un estado constante de alerta y respuesta”, dijo Colier en una entrevista. “Todo el tiempo estamos conectados y cansados. Incluso las computadoras se reinician, pero nosotros no lo estamos haciendo”.
Y continuó: “Son las conexiones con otros seres humanos —conexiones reales, no digitales— lo que nos nutre y nos hace sentir como si contáramos. Nuestra presencia, toda nuestra atención es lo más importante que podemos darnos los unos a los otros. Las comunicaciones digitales no producen conexiones más profundas en las que nos sentimos amados y apoyados”.
¿Qué tan a menudo tu trabajo real se ve interrumpido por señales de tu teléfono que te parecen imposibles de ignorar? ¿Alguna vez has evitado la intimidad con tu pareja porque estás jugando Scrabble en tu iPhone? ¿Acaso tu hábito de tomar selfies y publicarla en las redes sociales está creando un egoísmo poco saludable?
En cuanto al bienestar físico, es probable que cada hora que pasas en un dispositivo sea una hora sedentaria en el interior de tu casa. Las pantallas están robándoles a los niños y adolescentes el tiempo en el que deberían estar realizando actividades físicas y deportes, leyendo o creando y participando directamente con otros niños; todas esas cosas son esenciales para tener un sano desarrollo físico y social.
“Los niños que usan demasiado las redes sociales corren el riesgo de tener un uso problemático del internet, y los usuarios acérrimos de videojuegos pueden sufrir un desorden de videojuegos en línea”, escribió la American Academy of Pediatrics en su más reciente declaración normativa sobre el uso de los medios.
Colier, quien es licenciado en trabajo social, dijo: “La única diferencia entre la adicción digital y otras adicciones es que este es un comportamiento socialmente aceptado”. Aunque su libro contiene un programa de desintoxicación digital de 30 días, en nuestra entrevista ofreció tres pasos para ayudar a frenar nuestra dependencia digital.
Cuando le preguntaron en una entrevista con la revista Delta Sky cuándo y dónde encuentra tiempo para ser creativo, Miranda, un ávido lector de libros y entusiasta del ocio, respondió: “Las buenas ideas llegan cuando descansas. Llegan en la regadera. Llegan cuando estás haciendo dibujitos o jugando al tren con tu hijo. Hamilton me obligó a poner más atención a la inspiración que conlleva el simple hecho de vivir mi vida”.
La observación de Miranda no augura nada bueno para el futuro, no solo de la creatividad sino también de los cuerpos, las mentes y las relaciones sanas. Sin duda has visto estas escenas muchas veces:
- Parejas jóvenes que salen a cenar y sacan sus teléfonos para revisar mensajes, correos y redes sociales incluso antes de leer el menú, y los ven en repetidas ocasiones durante la cena.
- Personas que salen a comprar y viajeros formados en una fila, gente que cruza calles concurridas, incluso ciclistas y conductores cuyos ojos están puestos en sus teléfonos en vez de sus alrededores.
- Niños pequeños en carriolas que juegan con un dispositivo digital —que quizá es de sus padres o incluso suyo— en vez de observar y aprender del mundo que los rodea.
- Gente que camina en la calle mientras ve su móvil, chocando entre sí, tropezándose o golpeándose con obstáculos.
El acceso casi universal a la tecnología digital, que comienza en edades cada vez más tempranas, está transformando la sociedad moderna de formas que pueden tener efectos negativos en la salud mental y física, el desarrollo neurológico y las relaciones personales, sin mencionar la seguridad en las carreteras y aceras.
No me malentiendan. No soy una ludita. Me encanta la tecnología. Me encanta la practicidad y la ayuda que brindan las numerosas aplicaciones de mi teléfono, un banco de información del tamaño de mi bolsillo. Recuerdo mi asombro, cuando era reportera del Times a principios de los ochenta, al utilizar los procesadores de texto y me di cuenta de que podía escribir un artículo mucho más rápido. Ahora las computadoras me ahorran muchísimo tiempo y esfuerzo, además de evitar un sinfín de vergonzosos errores porque puedo buscar hechos, cifras, ortografía, definiciones y publicaciones académicas sin dejar la comodidad de mi silla ergonómica.
Sin embargo, también me encanta poner mi computadora en modo de hibernación y salir a pasear con mi perro, reunirme y charlar con amigos, conocidos y extraños, algunos de los cuales se han convertido en mis amigos.
Como pasa con muchas otras cosas en la vida, la moderación en nuestro mundo digital debería ser el distintivo de una relación sana con la tecnología. Muchos se han convertido en esclavos de los dispositivos que deberían liberarlos porque nos dan más tiempo para vivir la vida y la gente que amamos. En vez de eso, estamos bombardeados constantemente por tonos, timbres y zumbidos que nos alertan sobre mensajes que nos sentimos obligados a ver y responder de inmediato.
“La mayoría de las personas revisan sus celulares 150 veces al día, o cada seis minutos”, escribió Colier. “Y los jóvenes envían en promedio 110 mensajes de texto al día”. Además, agregó que el “46 por ciento de los usuarios de teléfonos inteligentes ahora dicen que no podrían ‘vivir sin sus dispositivos’”.
En The World Unplugged Project, investigadores de la Universidad de Maryland informaron que “una mayoría evidente” de estudiantes en los 10 países estudiados experimentaron angustia cuando intentaron estar sin sus dispositivos durante 24 horas. Una de cada tres personas admitieron que preferirían renunciar al sexo que a sus móviles.
Me temo que nos estamos convirtiendo en robots digitales. ¿Acaso las próximas generaciones sabrán cómo conversar cara a cara? ¿Se darán cuenta de las aves, los árboles, el amanecer y las personas con las que comparten el planeta?
En vez de visitar galerías de arte, asistir a conciertos o caminar en pintorescos caminos boscosos, una mujer que conozco vino a Woodstock, Nueva York, el verano pasado, y se pasó todo el fin de semana en el iPad comunicándose con sus “amigos” de Facebook. Solo pude pensar: “¡Qué desperdicio!”.
Puede que se pregunten por qué es tan importante limitar nuestras vidas digitales. “Sin espacios abiertos ni tiempo libre, el sistema nervioso jamás se apaga… está en un estado constante de alerta y respuesta”, dijo Colier en una entrevista. “Todo el tiempo estamos conectados y cansados. Incluso las computadoras se reinician, pero nosotros no lo estamos haciendo”.
Y continuó: “Son las conexiones con otros seres humanos —conexiones reales, no digitales— lo que nos nutre y nos hace sentir como si contáramos. Nuestra presencia, toda nuestra atención es lo más importante que podemos darnos los unos a los otros. Las comunicaciones digitales no producen conexiones más profundas en las que nos sentimos amados y apoyados”.
¿Qué tan a menudo tu trabajo real se ve interrumpido por señales de tu teléfono que te parecen imposibles de ignorar? ¿Alguna vez has evitado la intimidad con tu pareja porque estás jugando Scrabble en tu iPhone? ¿Acaso tu hábito de tomar selfies y publicarla en las redes sociales está creando un egoísmo poco saludable?
En cuanto al bienestar físico, es probable que cada hora que pasas en un dispositivo sea una hora sedentaria en el interior de tu casa. Las pantallas están robándoles a los niños y adolescentes el tiempo en el que deberían estar realizando actividades físicas y deportes, leyendo o creando y participando directamente con otros niños; todas esas cosas son esenciales para tener un sano desarrollo físico y social.
“Los niños que usan demasiado las redes sociales corren el riesgo de tener un uso problemático del internet, y los usuarios acérrimos de videojuegos pueden sufrir un desorden de videojuegos en línea”, escribió la American Academy of Pediatrics en su más reciente declaración normativa sobre el uso de los medios.
Colier, quien es licenciado en trabajo social, dijo: “La única diferencia entre la adicción digital y otras adicciones es que este es un comportamiento socialmente aceptado”. Aunque su libro contiene un programa de desintoxicación digital de 30 días, en nuestra entrevista ofreció tres pasos para ayudar a frenar nuestra dependencia digital.
- Comienza por reconocer cuánto uso de dispositivos digitales en verdad es necesario, digamos, para trabajar o navegar o hacerles saber a tus familiares que estás bien, y qué es simplemente una costumbre de responder, publicar y distraerte.
- Haz pequeños cambios. Abstente de usar tu dispositivo mientras comes o pasas tiempo con amigos, y agrega una cosa al día que se haga sin el celular.
- Hazte muy consciente de lo que es importante para ti, lo que de verdad te nutre, y dedícale más tiempo y atención.
viernes, 13 de enero de 2017
Biblioteca de Berlín publica en línea los diarios completos del viaje de Humboldt por América
A partir de este jueves, los famosos diarios americanos en los que el naturalista alemán Alexander von Humboldt plasmó su viaje de exploración por México, Centroamérica y Sudamérica (1799-1804) estarán disponibles online, según anunció la Biblioteca Estatal de Berlín.
“Con satisfacción ponemos en manos del público un fondo científico e histórico-cultural incomparable en su profundidad y amplitud temática", declaró la directora general de la biblioteca berlinesa, Bárbara Schneider-Kempf. En total, se han digitalizado los más de 75 mil documentos que integran el legado de Humboldt.
Los diarios americanos de Humboldt pertenecen a los documentos más importantes del ámbito científico-histórico, político, social y de literatura de viajes de finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Humboldt registró en unas 4 mil páginas la expedición que durante un lustro lo llevó por toda América y que emprendió cuando tenía 29 años. El naturalista asumió por su cuenta los gastos de su recorrido por Venezuela, México, Colombia, Ecuador, Perú y Cuba.
Los diarios incluyen observaciones sobre agrimensura, plantas, animales, recursos naturales, clima, estrellas y mares de América. A menudo, los pasajes no están escritos en orden cronológico y tampoco en un único idioma, sino que Alexander von Humboldt utilizaba el alemán, el francés y en ocasiones, también el español.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los diarios fueron llevados a la Unión Soviética por el Ejército Rojo y permanecieron en la Biblioteca Lenin de Moscú hasta 1958, ruando regresaron a la Biblioteca Estatal alemana en el Berlín oriental.
Se considera que los volúmenes marcan tanto a nivel científico como a nivel cultural el cambio de paradigma hacia una historización y temporalización de todo el conocimiento en el contexto de una modernidad europea que se estaba constituyendo.
El legado de Humboldt, que se encuentra depositado en la Biblioteca Estatal de Berlín, incluye también una colección de cartas que fueron tanto enviadas como recibidas por el polifacético naturalista alemán.
El proyecto de digitalización de los documentos, realizado durante tres años, se llevó a cabo con la colaboración de la Universidad de Potsdam (cercana a Berlín). Para efectuar la informatización del legado, los responsables del proyecto comprobaron si cada una de las hojas necesitaba ser sometida a un proceso de restauración.
Alexander von Humboldt, considerado el padre de la geografía moderna universal, fue un científico de gran polivalencia. Además de en la geografía destacó en ámbitos como la astronomía, el humanismo o el naturalismo y fue un reconocido explorador.
Sus viajes le llevaron a conocer América del Sur y del Norte, así como Asia Central y le sirvieron para especializarse, entre otros campos, en etnografía, antropología, zoología, climatología, botánica u oceanografía.
Fuente: www.m-x.com.mx
“Con satisfacción ponemos en manos del público un fondo científico e histórico-cultural incomparable en su profundidad y amplitud temática", declaró la directora general de la biblioteca berlinesa, Bárbara Schneider-Kempf. En total, se han digitalizado los más de 75 mil documentos que integran el legado de Humboldt.
Los diarios americanos de Humboldt pertenecen a los documentos más importantes del ámbito científico-histórico, político, social y de literatura de viajes de finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Humboldt registró en unas 4 mil páginas la expedición que durante un lustro lo llevó por toda América y que emprendió cuando tenía 29 años. El naturalista asumió por su cuenta los gastos de su recorrido por Venezuela, México, Colombia, Ecuador, Perú y Cuba.
Los diarios incluyen observaciones sobre agrimensura, plantas, animales, recursos naturales, clima, estrellas y mares de América. A menudo, los pasajes no están escritos en orden cronológico y tampoco en un único idioma, sino que Alexander von Humboldt utilizaba el alemán, el francés y en ocasiones, también el español.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los diarios fueron llevados a la Unión Soviética por el Ejército Rojo y permanecieron en la Biblioteca Lenin de Moscú hasta 1958, ruando regresaron a la Biblioteca Estatal alemana en el Berlín oriental.
Se considera que los volúmenes marcan tanto a nivel científico como a nivel cultural el cambio de paradigma hacia una historización y temporalización de todo el conocimiento en el contexto de una modernidad europea que se estaba constituyendo.
El legado de Humboldt, que se encuentra depositado en la Biblioteca Estatal de Berlín, incluye también una colección de cartas que fueron tanto enviadas como recibidas por el polifacético naturalista alemán.
El proyecto de digitalización de los documentos, realizado durante tres años, se llevó a cabo con la colaboración de la Universidad de Potsdam (cercana a Berlín). Para efectuar la informatización del legado, los responsables del proyecto comprobaron si cada una de las hojas necesitaba ser sometida a un proceso de restauración.
Alexander von Humboldt, considerado el padre de la geografía moderna universal, fue un científico de gran polivalencia. Además de en la geografía destacó en ámbitos como la astronomía, el humanismo o el naturalismo y fue un reconocido explorador.
Sus viajes le llevaron a conocer América del Sur y del Norte, así como Asia Central y le sirvieron para especializarse, entre otros campos, en etnografía, antropología, zoología, climatología, botánica u oceanografía.
Fuente: www.m-x.com.mx
miércoles, 4 de enero de 2017
Sin Internet se limita mucho más que la libertad de expresión
En muchos países, las autoridades impidieron el acceso a Internet más de 50 veces en 2016, al tiempo que cancelaron elecciones, ralentizaron la economía y limitaron la libertad de expresión.
En los peores casos, la falta de conexión a la red de redes estuvo asociada a violaciones de derechos humanos, dijo Deji Olukotum, responsable global de la organizaciones defensora de los derechos digitales Access Now, en diálogo con IPS.
“Encontramos que las restricciones al acceso a Internet fueron de la mano de atrocidades”, observó.
“En Etiopía, se limitó Internet y el acceso a las redes sociales de forma consistente este año”, precisó. Decenas de personas murieron en las protestas que hubo en ese país en 2016, “muchas de ellas durante la especie de apagón, cuando es más difícil denunciar lo que ocurre”, precisó.
Muchos gobernantes se aprovecharon de las dificultades de acceso a Internet para incidir en procesos democráticos y hasta en elecciones.
“En Uganda, en febrero de 2016, el presidente (Yoweri) Musevini limitó el acceso a las redes sociales, y lo mismo ocurrió en Gambia (en diciembre) cerca de las elecciones”, precisó Olukotun.
En otros casos, el estudio encontró que tres gobiernos restringieron el acceso a la red de redes con el argumento de que era una forma de evitar que los alumnos hicieran trampa en los exámenes, observó.
Pero las autoridades no parecen haberse dado cuenta de las posibles consecuencias de esas restricciones, más allá de limitar la libertad de expresión.
Según un estudio del Brookings Institute, limitar el acceso a Internet le costó a los países alrededor unos 2.400 millones de dólares en 2015.
El impacto mayor se registró en India, que perdió unos 968 millones de dólares, seguido de Arabia Saudita, 465 millones de dólares, y de Marruecos, 320 millones de dólares. Incluso, según el instituto, esas son cifras conservadoras, pues solo toman en cuenta la lentitud de la actividad económica y no las pérdidas impositivas ni la caída de confianza de los inversores.
Pero mientras algunos gobiernos optaron por restringir el acceso a Internet en 2016, muchos otros invirtieron miles de millones de dólares en ampliar la cobertura.
“En general, la mayoría de los gobiernos quieren extender el acceso a Internet”, indicó Olukotun. “Muchos de ellos lo ven como una oportunidad para participar en la economía global y ser competitivos”, añadió.
Hay muchas formas de limitar Internet, más allá de las restricciones que imponga el Estado, observó.
“Es importante que la conexión que pone en línea a la gente, les permita acceder a todo Internet, y no sea solo un jardín vallado”, precisó.
Olukotun añadió que las restricciones son cada vez más comunes y que los gobiernos emplean métodos más sofisticados para asegurarse de que los usuarios no se las ingenien para burlar el apagón.
Los usuarios de Internet en Uganda pudieron usar la red privada virtual para evitar las limitaciones a principios de 2016, pero en otros países, los gobiernos utilizaron métodos más sofisticados y precisos para bloquear la conexión de ciertos grupos.
En otros casos, las autoridades prohibieron el acceso a redes sociales concretas.
Olukotun dijo que hay una forma de evitar el corte de Internet, y es que los proveedores se enfrenten a las demandas de los gobiernos.
“Las compañías de telecomunicaciones pueden rechazar las órdenes de los gobiernos o, al menos, documentarlas para mostrar lo que ocurre, para que, por lo menos, haya un rastro en el papel”, subrayó.
También señaló que las organizaciones internacionales, como la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, una agencia de la Organización de las Naciones Unidas para las tecnologías de la comunicación y la información, también puede hacer mucho más, como emitir declaraciones denunciando casos concretos.
Fuente: IPS
En los peores casos, la falta de conexión a la red de redes estuvo asociada a violaciones de derechos humanos, dijo Deji Olukotum, responsable global de la organizaciones defensora de los derechos digitales Access Now, en diálogo con IPS.
“Encontramos que las restricciones al acceso a Internet fueron de la mano de atrocidades”, observó.
“En Etiopía, se limitó Internet y el acceso a las redes sociales de forma consistente este año”, precisó. Decenas de personas murieron en las protestas que hubo en ese país en 2016, “muchas de ellas durante la especie de apagón, cuando es más difícil denunciar lo que ocurre”, precisó.
Muchos gobernantes se aprovecharon de las dificultades de acceso a Internet para incidir en procesos democráticos y hasta en elecciones.
“En Uganda, en febrero de 2016, el presidente (Yoweri) Musevini limitó el acceso a las redes sociales, y lo mismo ocurrió en Gambia (en diciembre) cerca de las elecciones”, precisó Olukotun.
En otros casos, el estudio encontró que tres gobiernos restringieron el acceso a la red de redes con el argumento de que era una forma de evitar que los alumnos hicieran trampa en los exámenes, observó.
Pero las autoridades no parecen haberse dado cuenta de las posibles consecuencias de esas restricciones, más allá de limitar la libertad de expresión.
Según un estudio del Brookings Institute, limitar el acceso a Internet le costó a los países alrededor unos 2.400 millones de dólares en 2015.
El impacto mayor se registró en India, que perdió unos 968 millones de dólares, seguido de Arabia Saudita, 465 millones de dólares, y de Marruecos, 320 millones de dólares. Incluso, según el instituto, esas son cifras conservadoras, pues solo toman en cuenta la lentitud de la actividad económica y no las pérdidas impositivas ni la caída de confianza de los inversores.
Pero mientras algunos gobiernos optaron por restringir el acceso a Internet en 2016, muchos otros invirtieron miles de millones de dólares en ampliar la cobertura.
“En general, la mayoría de los gobiernos quieren extender el acceso a Internet”, indicó Olukotun. “Muchos de ellos lo ven como una oportunidad para participar en la economía global y ser competitivos”, añadió.
Hay muchas formas de limitar Internet, más allá de las restricciones que imponga el Estado, observó.
“Es importante que la conexión que pone en línea a la gente, les permita acceder a todo Internet, y no sea solo un jardín vallado”, precisó.
Olukotun añadió que las restricciones son cada vez más comunes y que los gobiernos emplean métodos más sofisticados para asegurarse de que los usuarios no se las ingenien para burlar el apagón.
Los usuarios de Internet en Uganda pudieron usar la red privada virtual para evitar las limitaciones a principios de 2016, pero en otros países, los gobiernos utilizaron métodos más sofisticados y precisos para bloquear la conexión de ciertos grupos.
En otros casos, las autoridades prohibieron el acceso a redes sociales concretas.
Olukotun dijo que hay una forma de evitar el corte de Internet, y es que los proveedores se enfrenten a las demandas de los gobiernos.
“Las compañías de telecomunicaciones pueden rechazar las órdenes de los gobiernos o, al menos, documentarlas para mostrar lo que ocurre, para que, por lo menos, haya un rastro en el papel”, subrayó.
También señaló que las organizaciones internacionales, como la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, una agencia de la Organización de las Naciones Unidas para las tecnologías de la comunicación y la información, también puede hacer mucho más, como emitir declaraciones denunciando casos concretos.
Fuente: IPS
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