domingo, 31 de marzo de 2024

Obsolescencia y falta de credibilidad caracterizan a instituciones del Estado


A una semana de haberse ejecutado la jornada censal, en todo el territorio nacional, la diputada por Comunidad Ciudadana (CC), Alejandra Camargo, señaló que una de las lecciones que ha dejado el Censo 2024 es que instituciones del Estado, como el Instituto Nacional de Estadística (INE), quedaron completamente obsoletas y carecen de credibilidad.

Desde sus redes sociales, la legisladora representante de Cochabamba aseguró que varias entidades estatales dejaron de cumplir sus funciones de manera eficaz y eficiente, hecho que se puede evidenciar en la falta de credibilidad que tienen ante la población.

“Los bolivianos no confían en las instituciones públicas y los motivos sobran”, sostuvo. En criterio de la parlamentaria de oposición, es de conocimiento general que para lograr avances en cualquier trámite de alguna institución en el país se convierte en un verdadero vía crucis burocrático para la población.

A esto se suma la petición requisitos como fotocopias de carnet, certificados, sellos, folders, firmas, entre otros, mismos que impiden a la ciudadanía acceder a los trámites requeridos de manera rápida y oportuna.

“Las nuevas generaciones quedan sorprendidas cuando deben enfrentarse a la burocracia en oficinas, pues a pesar de que ellos ya conocen muy bien la tecnología, se topan con la realidad, el Estado boliviano se ha quedado estancado en el funcionamiento de finales de los años ochenta y principios de los noventa”, indicó.

En este contexto, Camargo apuntó que las brechas entre nuevas generaciones (centennials y alfas) que desarrollan sus actividades entre prácticas anticuadas y el choque con la tecnología, muchas veces creando una fusión entre ambas, generan diferentes tipos respuesta y actitudes para responder a la burocracia estatal; mientras unos se “sorprenden e indignan”, otros (millenials) están “acostumbrados y casi insensibilizados” ante esta situación.

La crítica de la diputada opositora se dirige a la “generación boomer”, a la que caracteriza como “caudillista, sectaria, rosquera y nepotista por excelencia y sigue atornillada en el poder, desde donde se ha degradado el rol del Gobierno y la función pública a una corporación de pegas para sus esbirros”.

Lamentando que la falta de interés en la actividad política haya provocado que actualmente se llegue a un punto de total desidia, sobre todo en sectores jóvenes de la población, Camargo finalizó puntualizando que reencaminar la institucionalidad del Estado depende principalmente de las nuevas generaciones y su participación activa en el ámbito político.

“Si queremos instituciones transparentes, burocracias mínimas, procesos efectivos, si realmente queremos profesionales calificados y a la altura de la Bolivia del siglo XXI, debemos recuperar la institucionalidad del Estado, ciertamente el futuro de la política está en manos de las nuevas generaciones”, concluyó.

Fuente: El Diario

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