miércoles, 31 de julio de 2019

Álex Ayala: Un periodista que no lee acabará siendo un notario de la información

Recuperamos una charla con el cronista boliviano español de 2017, en la que nos habla de su experiencia enseñando y sus reflexiones sobre el periodismo a partir de estos espacios.

Álex Ayala es uno de los invitados especiales en la Feria Internacional Del Libro de La Paz 2019. El jueves 8 de agosto presentará, junto a la editorial El Cuervo, su nuevo libro: Ser payaso es cosa sería.

Mirándolo bien, no es la enseñanza lo que lo apasiona. Porque sí, en él es posible ver esa llama que enciende las emociones y los pensamientos, la pasión. Lo que en verdad ama es contar historias. Las suyas, las que vio y escuchó, con esos detalles que solo el oficio y la obsesión te permiten ver. También las de muchos otros, que supieron narrar con pulso firme y gran belleza sus testimonios. Chéjov, Caparrós, Talese, Guerriero, y otros tantos nombres aparecen constantemente, se cuelan entre sus frases y explicaciones. Porque otra de las cosas que disfruta Ayala es escuchar, y como el mismo dice, leer es otra forma de hacerlo. Y desde esa voracidad lectora desentraña crónicas de todos los tiempos y formas, para ofrecerlas, ya desmenuzadas en su belleza y brutalidad, a sus oyentes.

Así se vive un taller con Álex Ayala, un periodista que parece haber tomado la decisión de salirse del tiempo y emprenderla por otra vía, la de un periodismo que deje de ver clics en lugar de personas, que humanice a sus lectores, como el mismo dice.

Mijail Miranda Zapata


A continuación la entrevista:

-Tu taller de crónica periodística lleva el nombre de “Un cuaderno de notas y unos buenos zapatos”. ¿Es un guiño a la vieja escuela del periodismo? ¿Una añoranza tuya?

Es un guiño a Chéjov. Con todo este rollo de las nuevas tecnologías, a veces olvidamos que hubo un mundo antes de internet. Chéjov nos dejó muchísimos consejos útiles, relacionados con la mirada y el reporteo. El decía, por ejemplo, lo siguiente: “Lo que necesitamos son datos. Hablando en general, en nuestra dilecta patria hay una grandísima pobreza de hechos y una gran riqueza de razonamientos de todo tipo”. Cuando leo esta frase me acuerdo enseguida de Facebook, una red social donde se opina mucho y se cuenta poco. Obviamente, no está mal opinar, pero cuando todo se reduce a eso, perdemos como sociedad.

-¿Cómo definirías a un “periodista viajero”? ¿Estarán en extinción?

Un periodista viajero es aquel que da voz a gente de otras culturas, de otros lugares y también alguien que reinterpreta el espacio que habitamos, que explica lo que pasa en nuestras sociedades. En un mundo donde apenas hay rincones inexplorados y casi todo está plasmado en las guías especializadas y los folletos turísticos, una buena crónica de viajes debería mostrar empatía con la gente y convertirse en una búsqueda de experiencias, en una aventura que tenga al azar como uno de sus protagonistas. Javier Reverte dice que el viaje es sobre todo sensual y sentimental. Marcel Proust afirmaba que el verdadero descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con ojos nuevos. Mark Twain recordaba que el viaje es un antídoto contra la ignorancia y nuestros prejuicios.

No creo que los viajeros seamos una especie en extinción. Cuando uno sabe cómo y dónde buscar, logra hallar algo interesante casi siempre, incluso en un entorno rutinario o anodino.

-Tus talleres basan gran parte de su desarrollo en un exquisito banco de lecturas. ¿Qué ventajas tiene un periodista lector frente al resto, si es que las tiene?

Ventajas: todas. Un periodista que no es lector seguramente acabará convirtiéndose en un notario de la información. No sabrá ver más allá de lo evidente. En mi opinión, un buen periodista no debe aportar únicamente con hechos noticiosos. Su búsqueda también debería estar relacionada con el significado de las cosas que pasan. Un amigo dice que los cronistas no somos una cámara de fotos, sino pintores que interpretamos la naturaleza. Estoy totalmente de acuerdo con eso.

-Cuando todo parece apuntar a la “híperbrevedad” y la inmediatez, lo tuyo aparenta decantarse por el largo aliento, en todos los sentidos. ¿Por qué tomas esta decisión?

Porque creo que los seres humanos todavía disfrutamos escuchando historias. Leer es otra forma de escuchar. Pero, para que nos “escuchen” bien, creo que son necesarios tanto el tiempo —cuando se investiga— como el espacio. Al menos, de vez en cuando. También es importante que el cronista sepa lo que quiere decir con su texto. Cuando la tiene clara, a veces basta con una o dos páginas. Pero hasta llegar a ese punto quizás han tenido que pasar semanas. Escribir implica reflexionar. Fracasar. Hacer pausas. Y yo disfruto mucho con esa parte menos visible de todo el proceso.

-Nuestro tiempo tiene el registro compulsivo y la simultaneidad como imperativos. ¿Qué tan importante será para el periodismo recuperar el observar y escuchar con detenimiento, a detalle?

Tenemos que recuperar humanidad. A veces, tengo la sensación de que hay periodistas que ven clics en lugar de personas, que ya no son capaces de ponerse en el lugar del otro. Entender lo que pasa a nuestro alrededor no es nada fácil. Demanda obsesión, compromiso y esfuerzo.

-En tus libro se puede ver precisamente eso, un cronista casi obsesionado por el detalle (más aún en la vida de las cosas). ¿Cómo desarrollaste esta mirada “microscópica”?

Me encanta leer en voz alta los carteles que veo en la calle. Llego a un sitio nuevo y me fijo en los objetos que hay. Soy de los que piensan que el mundo hay que entenderlo a través de las cosas pequeñas. No me muevo bien en la inmensidad. Necesito amarrarme a cosas concretas. Stendhal decía que en los detalles está la verdad. Gay Talese dice que la realidad escribe mejor que nosotros. Esa realidad suele ser una suma de elementos minúsculos, que están ahí, a la espera de que alguien se interese en ellos.

-Tus últimos libros han sido bien recibidos por la crítica y los lectores. Con estos últimos, me da la impresión, tienes un contacto particular, que no muchos autores consiguen. ¿Qué recibes de ese feedback, ese contacto directo con aquellos que te leen o planean leerte?

Yo soy un autor que en cuanto le pone el punto final a un libro comienza a odiarlo. Los lectores me vienen a buscar a los cafés donde escribo, me preguntan por mi trabajo, se interesan por un desconocido y viceversa. Es decir, se crea un vínculo. Gracias a los lectores yo he aprendido a odiar un poquito menos mis libros. Gracias a ellos, renuevo a diario mi curiosidad. Gracias a ellos sé que escribo para alguien, y eso me compromete aún más.

-¿Tienes estas mismas experiencias con la gente que toma tus talleres?

Con los talleres se va creando una comunidad de gente interesada en contar las cosas de otra manera, preocupada por entender la vida. Los talleres son un intercambio de experiencias. Un momento para pensar y pasar un buen rato. No son un espacio para sufrir. Para eso ya está la escritura.

Fuente: Muy Waso

martes, 30 de julio de 2019

Cómo la tecnología puede facilitar la vida a nuestros abuelos

Los abuelos son figuras clave en la unidad familiar, además de ser una fuente de cariño infinito, dedican muchas horas a echar una mano a sus hijos y nietos. Pero ¿cómo pueden hijos y nietos hacer más por ellos?

La tecnología ha simplificado muchas tareas de nuestro día a día pero, en ocasiones, son precisamente las personas mayores las que, por unas razones u otras, no son capaces de aprovechar todo el potencial que los dispositivos inteligentes nos ofrecen. A pesar de ello, hay una amplia selección de dispositivos que pueden mejorar la calidad de vida de los más mayores.

La posibilidad de interactuar con los asistentes virtuales a través de la voz rompe una importante barrera para personas que no están acostumbradas a las pantallas táctiles. Altavoces y pantallas inteligentes facilitan a cualquier persona con problemas para manejar la tecnología poder obtener información, con un simple comando de voz, como consultar la temperatura ambiente de la calle, conocer la programación de un canal de televisión o consultar la fecha o la hora del día.

Cada vez existen más dispositivos que son compatibles con el de Asistente de Google que son capaces de responder con acciones a los comandos de voz sin que el usuario tenga la necesidad de moverse, algo muy útil para personas con movilidad reducida. Con ellos, ahora se puede pasar la aspiradora en casa gracias a los robots aspiradores Robovac, controlar la televisión con Chromecast o apagar luces de Philips Hue, entre otras funciones.

Los mayores de la familia también pueden emplear la tecnología de las pantallas digitales para ver fotografías y disfrutar de los recuerdos familiares para reducir el sentimiento de soledad que muchos sufren. A través de pantallas inteligentes como Nest Hub cualquier miembro de la familia puede compartir los álbumes de su móvil, para, por ejemplo, enseñar los mejores momentos de las vacaciones a los abuelos.

Desde pequeños, nuestros abuelos han estado cuidando de nosotros cuando los necesitábamos, y la tecnología nos permite devolverles este favor a través de sistemas de seguridad. Existen distintas opciones como cámaras de interior o timbres inteligentes con cámara que permitirán al resto de la familia comprobar que todo este bien.

Gracias a los timbres inteligentes, los familiares podrán ver en su móvil quién está tocando a la puerta de la calle e incluso hablar directamente con la visita. Por otro lado, una cámara de interior puede detectar rápidamente cualquier tipo de incidente en el hogar, como puede ser una caída, e incluso utilizar el altavoz incorporado para comunicarnos a través de ella, como en el caso de Nest hub, si la persona no puede acceder a un teléfono.

Fuente: El Mundo

lunes, 29 de julio de 2019

Cinco recursos online para fomentar la escritura creativa

A escribir también se aprende. Para ello hay que conocer algunos conceptos básicos relacionados con la invención de un personaje o qué trama es la adecuada para crear un relato propio. Para ello recogemos cinco recursos con los que se puede fomentar la escritura creativa de una forma amena y divertida. Hay para todos: desde talleres que plantean la creación de una historia como un reto que hay que superar en treinta días como ejercicios colectivos en los que se aprende en comunidad.

Atrapavientos: laboratorio de jóvenes novelistas

Esta web dispone de diversos talleres, tanto online como presenciales, relacionados con la escritura creativa. Aquellos que están dirigidos a niños y jóvenes se centran en la iniciación a este tipo de escritura y se basan en una serie de nociones básicas para crear una novela, además de pensar en las tramas y personajes. Todo ello se complementa con el visionado de contenidos multimedia como vídeos musicales, experiencias prácticas o booktrailers. También, formación para crear cuentos o sobre redacción periodística.

NanoWrimo: Young Writers Program

Este programa gratuito tiene como objetivo escribir una novela en el plazo de treinta días. Se ofrece como un reto para adultos y niños, los cuales pueden aprender distintas técnicas y estrategias para crear un relato con un desarrollo y distintos personajes. La web también está indicada para usarla en clase, como parte de la asignatura de lengua o de inglés, ya que se encuentra en ese idioma, y para las familias. El desafío se adapta según el tipo de escritor (adulto o joven), sobre todo, en relación a la extensión de los textos y se conforma como un conjunto de pruebas que atrae la atención de los estudiantes y les motiva con sus progresos. Tras superar el reto, existe la posibilidad de imprimir la novela en PDF o la opción de dejarla en el espacio personal del escritor y editarla todas las veces que se quiera.

Literautas: taller de escritura creativa ‘Móntame una escena’

Sin moverse de casa, esta web cuenta con la posibilidad de participar en un taller de escritura creativa cada mes de manera gratuita. La mecánica es la siguiente: a partir de la escena que se propone, se envía un texto con los elementos que aparezcan en la misma. Es considerado como un ejercicio colectivo ya que busca crear comunidad entre las personas que participan, teniendo que realizar diversos comentarios a los textos de tres usuarios. Las indicaciones para formar parte del taller son sencillas: da igual si se es principiante o no, tampoco importa la edad. Está dirigido a adultos y jóvenes a los que les guste escribir y disfruten leyendo otros relatos.

Ejercicios para fomentar la escritura creativa

Enfocadas a estudiantes, las actividades que aparecen en este blog los inician en el hábito de la escritura creativa mediante juegos en grupo o de manera individual. Entre los distintos ejercicios se hace hincapié en la creación de inicios o finales de relatos así como en la creación de personajes o tramas. También se pone en valor la creatividad espontánea a través del entorno y los objetos que les rodean en ese momento o la práctica de ‘lluvia de ideas’ con la que pensar en una nueva historia.

Orientación Andújar: láminas imprimibles

Son diversos los recursos que propone este sitio web para que el alumnado de cualquier nivel educativo comience a escribir. Mediante láminas imprimibles, éstos pueden poner en práctica la construcción de historias usando nuevo vocabulario, llevar a cabo distintos juegos de palabras o conocer nuevos trabalenguas que les den ideas para un relato propio.

Fuente: Educacion 3.0

Más de 10 millones de conexiones a Internet en el primer trimestre de la gestión 2019

La Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) informa acerca del crecimiento del número de conexiones a internet que alcanzó a 10.117.177 a nivel nacional.

La tendencia de conexiones a internet en Bolivia en los últimos 20 años fue creciente, donde el incremento más relevante se suscitó entre 2008 al 2018.

El "Eje Troncal" contiene el 75% de las conexiones a nivel nacional

En los departamentos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba se concentran el 75% de las conexiones a internet, dato que tiene una relación con la concentración poblacional y económica de Bolivia.

Acceso a Internet se da preferentemente en líneas móviles

El Ente Regulador destaca que el acceso de la población a Internet, se realiza preferentemente a través de su móvil alcanzando el 93.7%, en fija 6.3% del universo de conexiones a nivel nacional, en el primer trimestre de la gestión 2019.

Se incrementa la brecha económica, entre el servicio de Internet y el servicio de telefonía móvil

La ATT informa que,desde los inicios de la Telefonía Móvil, en Bolivia,sus ingresos netos han superado ampliamente al resto de servicios minoristas (dirigido al usuario final) del sector de telecomunicaciones como el Internet, telefonía fija, valor agregado, larga distancia, distribución de señales.

En la actualidad, la Autoridad informa que esta situación cambia a partir de la gestión 2017, ya que el servicio de acceso a Internet generó el mayor flujo económico en el sector, con 5.420 millones de bolivianos de ingresos netos, superando ampliamente al servicio de telefonía móvil que alcanzó a 3.134 millones de bolivianos;en la gestión 2018 esta brecha se profundiza, pues el ingreso del servicio de Internet se eleva a la suma de 5.450 millones de bolivianos a comparación de telefonía móvil que desciende a 2.911 millones de bolivianos.

Más de 1.000 millones de bolivianos en ingresos por servicio de TV Cable

A la vez la Autoridad resalta el ingreso por acceso a televisión por cable que asciende en la gestión 2018 a 1.003 millones de bolivianos a comparación de la gestión 2017 que alcanzó a 867 millones de bolivianos, con un crecimiento de 15.7%.

Evolución de ingresos del sector de telecomunicaciones en millones de bolivianos

Como se evidencia en la gráfica, a partir de la gestión 2013 se produce un cambio de tendencias; el servicio de telefonía móvil empieza a decrecer levemente y el servicio de acceso a Internet crece a una tasa más elevada. Esta nueva tendencia continúa durante los últimos años, proponiendo nuevos retos a los operadores en telecomunicaciones.

Fuente: ATT

viernes, 26 de julio de 2019

Somos cada vez más tontos

La inteligencia de los jóvenes ha comenzado a caer al menos siete puntos de cociente intelectual cada nueva generación. Te explicamos por qué y a quién afecta más.

No lo decimos por la última sesión de investidura (España)  ni porque Marty McFly encontró gente mucho más tonta cuando viajó al futuro que cuando viajó al pasado. Nos hacemos eco de un estudio científico que además, merece ser compartido.

Un estudio concluye que el cociente de inteligencia de los jóvenes aumentaba de forma constante a partir de la Segunda Guerra Mundial pero ha empezado a caer en picado.

Es complicado determinar qué es una persona sabia o cómo medir correctamente el cociente intelectual (para nosotros, por ejemplo, la compasión es el grado más alto de inteligencia). Pero veamos qué dicen los expertos.

El efecto Flynn

Durante el siglo pasado, el cociente intelectual de la población se incrementó en tres puntos en cada generación, lo que fue conocido como el efecto Flynn.

El efecto Flynn era conocido por la subida anual de las puntuaciones de cociente intelectual en los países más desarrollados. Desde 1938 hasta 2008 estimó la tasa de crecimiento en torno a 2 ó 3 puntos de CI por década.​ En concreto, de esos tres puntos de CI, dos y medio se deben a Gf (inteligencia fluida) y solamente medio punto se debe a Gc (inteligencia cristalizada).

Varias teorías han intentado explicar este fenómeno de desarrollo exponencial del desarrollo de la mente humana. Desde el acceso a una mejor nutrición, el acceso público de la educación e incluso algunas teorías apunta a la iluminación artificial.

¿Por qué somos más “tontos”?

Sin embargo, las buenas noticias no han llegado hasta nuestros días. Un grupo de investigadores noruegos han llegado a la conclusión de que la inteligencia de los jóvenes, por primera vez en la historia desde que se realiza este estudio, ha comenzado a caer al menos siete puntos por generación.

Uno de los aspectos fundamentales son los cambios en el hábito de la lectura en favor de los ordenadores y las pantallas que exigen una atención pasiva de los contenidos.

El descenso comenzó con los nacidos en 1975 en los jóvenes que alcanzaron la edad adulta a principios de los años noventa. Según los autores del estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el motivo no es una cuestión genética, sino que se debe a aspectos ambientales como determinados cambios en la enseñanza o el sacrificio del hábito de la lectura en favor de los ordenadores y las pantallas.

Investigaciones previas a este estudio, habían apuntado crudamente que las personas menos inteligentes tienen más hijos, por lo que se propagan sus genes menos favorables.

Sin embargo, los autores del nuevo estudio creen que la causa no es genética, sino que el declive se debe a factores relacionados con el entorno que sufren estas personas. Sin apuntar a una causa definitiva, sugieren que los cambios en la forma en la que se enseñan las matemáticas y los idiomas, o la preferencia por la televisión y los ordenadores a la lectura de libros pueden estar detrás de nuestra actual tendencia a la estupidez.

Fuente: muhimu

jueves, 25 de julio de 2019

Información y activismo, una relación complicada

En el marco del Encuentro Nacional Juventudes en Emergencia Mediactivismo + Género + Naturaleza, presentamos una "charla detonante" acerca de la importancia de la información en el ciberactivismo. A continuación el texto leído en la jornada inaugural del mencionado evento:

Información y activismo, una relación complicada

Alvaro Rivero Ostoic

Voy a presentar una reflexión para continuar reflexionando; es decir mi intención es aportar elementos para que cada persona o colectivo aquí presente se pregunte acerca de su relación con la información que maneja; máxime si estamos hablando de ciberactivismo en distintos campos, que por definición debe transmitir mensajes, visiones del mundo, valores, propuestas de mejoramiento y transformación social.

Debemos estar concientes que los datos, la información y la comunicación son la materia prima con la que trabajamos, así debemos trabajarla de la forma más responsable para avanzar en nuestros objetivos.

La información digital moldea todos los aspectos de la vida social

Vivimos en la sociedad de la información, esta afirmación que hace unos años podía suscitar algún atisbo de novedad al escucharla, hoy dia es una trivialidad, lo que prueba precisamente su validez, incorporada al sentido común. Solo voy a mencionar dos estadísticas para ilustrar esta realidad: a nivel global, para el año 2015, el 90% de los datos habían sido creados en los dos últimos años, comparados con el 10% restante creado en todo el tiempo anterior (fuente: IBM); lo que nos muestra la siempre creciente magnitud e importancia del fenómeno. En el nivel de Bolivia, otro dato interesante se refiere al número de conexiones a internet en septiembre del 2018, eran 9.5 millones lo que sobrepasa al número de habitantes mayores de 10 años que tiene el país (fuente: blog Tics para el desarrollo).

La constatación de estar sumergidos en un mar de información debe forzarnos a reflexionar y trabajar sobre las maneras que usamos, producimos, manipulamos, transmitimos, recibimos, retroalimentamos la info; que canales y medios utilizamos, analizar los resultados e impactos de nuestro trabajo de comunicación, de manera que contribuyan al logro de nuestros propósitos en cada campo de acción.

El Estado boliviano no garantiza mínimamente el derecho a la información digital

Parece un reflejo automático en muchos de nosotros dirigir la vista al Estado o a las leyes cuando se trata de buscar una solución a algún problema; de esta manera la flora legislativa ha cundido de manera irrefrenable en nuestra historia, y de manera más notable en los últimos tiempos. Sin embargo la proliferación de leyes, reglas y organismos que velen por su cumplimiento no parece haber contribuido en la solución de los problemas y necesidades.

Lo dicho ocurre en el ámbito del derecho a la información, que si bien está enunciado de manera explícita en la Constitución y numerosas leyes, en los hechos se trata de un derecho humano inexistente en Bolivia, desde el punto de vista de las acciones del aparato estatal para hacerlo efectivo.

Esta situación hemos podido mostrarla empíricamente en una investigación hecha el 2016 donde analizamos el funcionamiento de las nuevas tecnologías de información administradas por el Estado. El estudio mostró que un alto porcentaje de instituciones estatales (50%) no tenía página web y entre las que sí tenían los problemas de acceso y de otro tipo eran lo más frecuente. Un dato muy puntual para mostrar la casi nula predisposición del Estado para proporcionar información, es que menos del 7% de las entidades pudo responder un correo electrónico solicitando información elemental (fuente: Auditoría de la Internet Estatal, CERES, 2016).

Como corolario podemos decir que considerando el actual estado de cosas, difícilmente se puede contar con el Estado como un agente activo en alguna estrategia de información o comunicación como la que se plantean las personas y colectivos de este encuentro de activistas.

La prioridad debe ser la comunicación “horizontal”

Una de las ventajas de las NTIC es su potencial descentralizador por el hecho de estar configuradas en formato de red; de esta manera, al no haber un “centro” o un único emisor de los mensajes, se abre la posibilidad de múltiples flujos, lo que hace posible una comunicación más horizontal y democrática. Esta condición es crucial en la construcción de sujetos autónomos del poder, caso frecuente en las personas o colectivos activistas, cuyas formas de organización, métodos y fines se corresponden más con los conceptos de bienestar, democracia y autodeterminación que con la lógica estatal de poder y dominación.

De esta manera el movimiento activista debería plantearse la intercomunicación con distintos sectores de la sociedad, de modo de ir construyendo en conjunto un discurso y una práctica transformadora, respetando las áreas de acción de cada colectivo. De este modo lo ideal sería conseguir sinergias entre los que luchan por la naturaleza, reivindicaciones de género, derechos humanos y otro sin fin de planteamientos.

Los jóvenes deben lograr un papel destacado en el activismo

Tomando en consideración los acelerados cambios en la sociedad actual, la urgencia de ciertos temas cruciales para el futuro del planeta y de la sociedad y la predisposición de actuar de manera proactiva, parece corresponder a los jóvenes gran parte de la responsabilidad del activismo en el tiempo actual. Adicionalmente la familiaridad y destreza en el uso de las redes sociales y de las tecnologías de comunicación actuales, les otorgan una ventaja para actuar en el mundo del ciberactivismo.

Sin embargo no es un camino fácil, poderosos agentes defensores del statu quo y de los poderes establecidos han mostrado sobradamente su capacidad de control y manipulación, especialmente en el ámbito de las redes sociales más populares, inundando con noticias falsas, apelando al lenguaje de odio y excitando emociones básicas entre sus partidarios. Corresponde a los movimientos activistas comprometidos con los mejores valores de la civilización, restablecer la racionalidad en el debate, saber escuchar y proponer las propias ideas en un marco de respeto, tolerancia y civilidad.

Volviendo a una de las reflexiones iniciales, es imperativo pensar o más bien que los activistas se piensen acerca de la manera que están interactuando con la información y los datos, así como están interactuando con otros movimientos y con la sociedad general. Esta introspección será de mucha utilidad en el logro de sus propósitos, tanto de cada activista o movimiento particular como en el fin de contribuir a un bien común de carácter superior.

El compromiso debe ser con la verdad

El corolario inevitable de estas ideas es que la relación entre activismo e información debe ser profundamente ética, no se trata tanto de las formas o destrezas con que manejemos datos, sino de comprometernos con el criterio de verdad; esta actitud, en un contexto informacional más bien adverso, debe guiar nuestro trabajo cotidiano y será la que garantice -en el largo plazo- el éxito de nuestros esfuerzos.

Muchas gracias.

Más naturaleza, menos locos

Uno de cada cinco adultos en los Estados Unidos convive con una enfermedad mental. La estadística es similar en todo el mundo y se estima que cerca de 450 millones de personas actualmente padecen algún tipo de trastorno mental o neurológico. De todos ellos, solo alrededor de un tercio busca tratamiento.

En este sentido, la interacción con la naturaleza está comenzando a ser reconocida como una forma de mejorar la salud mental. Varios estudios científicos han demostrado que las experiencias de la naturaleza pueden beneficiar el bienestar psicológico y la función cognitiva de las personas. Sin embargo hasta el presente había sido difícil encontrar formas de cuantificar estos beneficios de una manera útil para las ciudades u organizaciones que desean integrar la naturaleza para mejorar la salud mental.

Ahora, un equipo internacional liderado por las Universidades de Washington y Stanford ha creado un marco para que los planificadores urbanos de todo el mundo puedan comenzar a medir los beneficios para la salud mental de la naturaleza e incorporarlos en los planes y políticas para las ciudades y sus residentes. Los resultados se publican esta semana en la revista especializada Science Advances.

La importancia de un entorno natural para la salud mental

"Es importante, a la hora de planificar cómo conservar la naturaleza e integrarla en nuestras ciudades, tener en cuenta los beneficios directos en la salud mental que proporciona el contacto con la naturaleza", explica Gregory Bratman, de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias Forestales de la universidad de Washington y autor principal del artículo. El propósito de este documento es proporcionar un modelo conceptual de manera en que podamos empezar a pensar en hacer esto".

El estudio reunió a más de dos docenas de los principales expertos en ciencias naturales, sociales y de la salud que estudian cómo la naturaleza puede beneficiar al bienestar humano. Su primer paso fue establecer una línea de base, un acuerdo colectivo respecto a la comprensión de los impactos de la experiencia de la naturaleza en el funcionamiento cognitivo, el bienestar emocional y otras dimensiones de la salud mental de las personas.

"En cientos de estudios, la experiencia de la naturaleza se asocia con un aumento de la felicidad, el compromiso social, la capacidad de gestión de las tareas de la vida y la disminución de la angustia mental", explica la co-autora principal del estudio Gretchen Daily, directora docente del Proyecto de Capital Natural de Stanford. "Además, la experiencia de la naturaleza está vinculada a la mejora del funcionamiento cognitivo, la memoria y la atención, la imaginación y la creatividad y el rendimiento escolar de los niños. Estos vínculos abarcan muchas dimensiones de la experiencia humana e incluyen un mayor sentido del significado y el propósito en la vida".

Si bien esta línea de estudio aún está emergiendo, los expertos coinciden en que la naturaleza puede reducir los factores de riesgo para algunos tipos de enfermedades mentales y mejorar el bienestar psicológico. También están de acuerdo en que las oportunidades para las experiencias de la naturaleza están disminuyendo para muchas personas en todo el mundo debido al crecimiento urbano.

"Durante milenios, muchas culturas, tradiciones y prácticas religiosas y espirituales diferentes han hablado directamente de nuestra profunda relación con la naturaleza. Y más recientemente, utilizando otros conjuntos de herramientas de psicología, salud pública, arquitectura del paisaje y medicina, la evidencia se ha ido acumulando constantemente en este campo emergente e interdisciplinario", afirma Bratman.

Hacia ciudades más integradoras

El estudio describe cómo los urbanistas, arquitectos, paisajistas y otras figuras con autoridad en la materia podrían anticipar los impactos en la salud mental de las decisiones relacionadas con el medio ambiente. De hecho, muchos gobiernos ya lo consideran con respecto a otros aspectos de la salud humana. Por ejemplo, los árboles se plantan en ciudades para mejorar la calidad del aire o reducir los efectos de las islas de calor urbano, y los parques se construyen en vecindarios específicos para fomentar la actividad física. Pero estas acciones no suelen tener en cuenta directamente los beneficios para la salud mental que pueden proporcionar los árboles o un parque restaurado.

"Hemos entrado en el siglo urbano, en el que se proyecta que dos tercios de la humanidad vivirá en ciudades para el año 2050. Al mismo tiempo, hay un despertar respecto a los muchos valores de la naturaleza y los riesgos y costos de su pérdida, añade Bratman. "Este nuevo trabajo puede ayudar a informar sobre las inversiones en habitabilidad y sostenibilidad de las ciudades del mundo futuro".

El equipo de investigación construyó un modelo conceptual que se puede usar para tomar decisiones significativas e informadas sobre proyectos ambientales y cómo pueden afectar la salud mental. Incluye cuatro pasos para que los planificadores consideren: elementos de la naturaleza incluidos en un proyecto, por ejemplo, en una escuela o en toda la ciudad; la cantidad de personas que tendrán contacto con la naturaleza; cómo las personas interactúan con esta; y cómo las personas pueden beneficiarse de esas interacciones.

Los investigadores esperan que esta herramienta sea especialmente útil para considerar las posibles repercusiones en la salud mental tanto de incluir como de eliminar a la naturaleza en las comunidades marginadas. Esperamos que nuestro estudio contribuya a esta discusión", explica Bratman, y añade que el mismo estudio podría ser utilizado para ayudar a abordar las disparidades de salud en las comunidades desatendidas". "Si la evidencia muestra que el contacto con la naturaleza ayuda a amortiguar los impactos negativos de otros factores ambientales para la salud, entonces el acceso a estos paisajes puede considerarse una cuestión de justicia ambiental" sentencia.

Fuente: National Geographic

martes, 23 de julio de 2019

Encuentro Nacional Juventudes en Emergencia

¿Quieres proteger la naturaleza y luchar contra la emergencia climática?

¿Trabajas en temas de medio ambiente, género o mediactivismo?

¡Súmate y participa en el Encuentro Nacional #JuventudesEnEmergenciaBO del 25 al 27 de julio en #Cochabamba!

Con el encuentro buscamos fortalecer procesos juveniles y brindar un espacio donde se comparta experiencias, propuestas y acciones con el fin de articular y potenciar una incidencia juvenil a nivel nacional e internacional.

Encuentra más informaciones en nuestra página web:
https://ccjusticiabolivia.org/publicaciones/encuentro-juventudes-en-emergencia-en-cochabamba/

Lee la convocatoria y entérate como participar aquí:
https://cclab.martadero.org/2019/05/21/convocatoria-juventudes-en-emergencia/

Convocan: Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia, proyecto mARTadero, Fundación Imagen, Comunidad de Ciudadanía Creativa - CcLab, LabMedia - Mediactivismo Colectivo.

#PorLaNaturaleza #VidasSinViolencia #EmergencíaClimática #CambioClimático #Justicia #Bolivia

Fuente: Facebook de Grupo de Trabajo Cambio Climático y Justicia

lunes, 22 de julio de 2019

Realidad virtual para sumergirse en las obras de arte

Visitar un museo sabiendo que uno podrá adentrarse dentro de sus cuadros, casi como si fuera un elemento más de la obra, es un reclamo más que suficiente para despertar el interés del público. La aplicación de las innovaciones tecnológicas a este ámbito lo hace posible. Con ellas no solo se preserva el patrimonio cultural, también se mejora su accesibilidad a un público más diverso, siendo la realidad virtual una de las tecnologías con la que mejor se consigue este propósito.

Entrar en el cuadro

Con esta intención, el Museo Thyssen-Bornemisza puso en marcha en 2018 un proyecto bajo el título ‘Entrar en el cuadro’. Para ello seleccionó tres obras de su colección permanente: ‘El Vaso chino con flores, conchas e insectos’, de Balthasar van der Ast; ‘Les Vessenots en Auvers’, de Vincent van Gogh; y ‘New York City, 3’, de Piet Mondrian.

La idea es que el visitante pueda moverse libremente por el interior de las pinturas y explorar todo lo que hay a su alrededor. Para ello se han diseñado tres espacios semicerrados –uno por cada obra– donde el usuario se adentra provisto de unas gafas de realidad virtual. De esta forma se proporciona una experiencia inmersiva que permite apreciar detalles y perspectivas que no son posibles con el formato habitual.

“En el siglo XXI un museo debe ser una institución viva, tiene que estar próxima a lo que está pasando en la sociedad, y la tecnología es el vehículo ideal para llegar a ella”, sostiene Evelio Acevedo, director gerente de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. “La idea es intentar que la gente entienda que un museo es un sitio donde se puede aprender mucho, pero también disfrutar mucho”.

Aunque el proyecto nació para celebrar la Noche de los Museos y estuvo expuesto en Madrid, la propuesta se ha convertido en una exposición itinerante que está recorriendo diferentes ciudades. En Entrar en el cuadro puede consultarse su ubicación actual y comprar las entradas.

Viaje al pasado

Una experiencia similar se puede vivir en el Museo Arqueológico Nacional de forma permanente. En este caso se prescinde de los cubículos con los que cuenta el proyecto del Museo Thyssen-Bornemisza, pero no de las gafas de realidad virtual, que esta vez también van acompañadas de unos auriculares.

Varios puntos ubicados en diferentes salas del museo proponen a sus visitantes un viaje al pasado. En ellos tienen la oportunidad de conocer en persona cinco momentos clave de la Historia de España: Prehistoria, Protohistoria, Hispania Romana, Edad Media y Edad Moderna. En esta ocasión, es posible trasladarse a la época elegida para ver cómo eran sus calles y sus gentes casi como si estuviéramos allí mismo.

De manera similar, aunque incluso de forma más realista, se puede pasear por el Teatro Romano de Cartagena. En este recinto se ofrece la opción de realizar la visita provistos de una gafas de realidad virtual. El recorrido transcurre siguiendo un mapa donde están señalados los puntos en los que detenernos, ponernos las gafas y mirar a nuestro alrededor. En ese momento el entorno se transforma y los restos arqueológicos recobran su estado original. También se puede ser testigo de los espectáculos de la época, como las luchas de gladiadores o las carreras de cuadrigas.

La realidad virtual nos permite ver aquello que es imposible apreciar a simple vista. Bien porque se trata de detalles muy difíciles de detectar, como ocurre en un cuadro; bien porque se trata de elementos que han dejado de existir, como es el caso de los restos arqueológicos. Esta tecnología es capaz de reconstruirlos y darnos la oportunidad de revivirlos dentro de un museo.

Imagen: Museo Thyssen-Bornemisza

Fuente: Educacion 3.0

La precipitada barbarización de nuestros tiempos

Cuando todo está dicho y hecho, parece que Thomas Hobbes, aquel filósofo inglés del siglo XVII que tuvo una terrible visión del hombre, no estaba totalmente equivocado. Pues bien, miremos lo frívolo y lo serio del mundo en que vivimos. En solo una semana hemos tenido cuatro noticias que no ocurrirían en un mundo normal.

Una belleza porno inglesa con 86.000 seguidores en las redes sociales ha puesto a la venta frascos con el agua con la que se baña a unos 33 euros por frasco y ya ha vendido varios miles de ellos.

Luego, una encuesta en Brasil reveló que siete por ciento de los ciudadanos cree que la tierra es plana y en 40 de las escuelas estadounidenses enseñan que el mundo se creó en una semana, según la Biblia, por lo que no puede haber civilizaciones antiguas. Una conferencia sobre el mismo tema, reunió en junio en Sicilia gente de todo el mundo.

Otra encuesta, esta vez de miembros del partido británico de los tories que probablemente elegirán a Boris Johnson como primer ministro (no es precisamente un triunfo de la razón) están tan a favor de un Brexit “duro” que no les importa que esto signifique la salida de Escocia y el fin del Reino Unido de Gran Bretaña.

Finalmente, para ganar las elecciones, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho del racismo una de sus banderas y, en un país de inmigrantes, ello le ha dado un aumento de cinco puntos en las encuestas de opinión.

Hay tantos signos de barbarización que llenarían un libro… ¡y más de uno!

Eurípides escribió: “A quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”.

No es popular, pero tenemos que mirar la realidad y observar que, en el período de mayor desarrollo científico y tecnológico de la historia, estamos viviendo en tiempos de una precipitada barbarización.

La desigualdad social se ha convertido en la base de la nueva economía. La gente ya ha reducido sus expectativas y está preparada para trabajar a tiempo parcial en un ‘empleo’ precario, y a los jóvenes (según la Organización Internacional del Trabajo) solo les queda la expectativa de recibir una pensión de jubilación de 600 euros al mes.

Esto ha sido aceptado por el sistema político. Tenemos un estudio de España según el cual, en el actual mercado inmobiliario, casi 87% de las personas necesitan 90% de su salario solo para alquilar una vivienda.

Hoy en día, para muchos, un salario significa supervivencia, no una vida digna. La nueva economía ha desarrollado la llamada “economía del calesín”: usted trabaja para distribuir alimentos, pero lo hará como un co-emprendedor, sin ninguno de los derechos de un empleado, y por una paga que nunca le permitirá casarse.

Y los niños ya se han acostumbrado a ver fenómenos como la pobreza o la guerra como algo natural.

Por lo demás, la política ya no se basa en ideas, sino en cómo poder explotar con éxito las entrañas de la gente, ondeando pancartas contra los inmigrantes (ahora que estamos presenciando una rápida caída de la tasa de natalidad) y dividiendo los países entre “nosotros” que representamos a la gente, y “ustedes” enemigos del país. Estados Unidos es el mejor ejemplo, donde los republicanos consideran a los demócratas enemigos de los Estados Unidos.

Esto nos lleva a una pregunta central: ¿acaso no han sido elegidos democráticamente tanto el estadounidense Donald Trump, como el italiano Matteo Salvini, el brasileño Jair Bolsonaro y compañía? ¿Son el síntoma o la causa de la “populocracia” que reemplaza a la democracia?
Evidentemente no es posible ofrecer aquí un estudio sociológico o histórico, así que nos quedamos en un juego de palabras: hemos pasado de la era Gutenberg a una nueva: la era Zuckerberg.

Quienes celebraron con entusiasmo la llegada de Internet también lo hicieron porque democratizaría la comunicación y, por lo tanto, generaría una mayor participación. La esperanza era la de ver un mundo donde la comunicación horizontal reemplazaría al sistema vertical de información que Gutenberg hizo posible.

La información era, de hecho, un instrumento para los estados y las empresas, que la utilizaban para llegar a los ciudadanos, que no podían recurrir a la retroalimentación.

Con Internet, en cambio, la gente ya puede hablar directamente en y a todo el mundo y la propaganda que acompañó su llegada no se consideró relevante.

La campaña decía: saber ya no es lo importante, lo importante es saber dónde encontrar… Bueno, tenemos todas las estadísticas sobre cómo Internet ha afectado el nivel general de cultura y diálogo.

La capacidad de atención de la gente ha disminuido dramáticamente. La mayoría de los usuarios de Internet no se fijan en una un tema más de 15 segundos. En los últimos cinco años, el volumen de libros se ha reducido en 29 páginas de media. Y hoy en día, los artículos de más de 650 palabras ya no son aceptados por los servicios de los columnistas.

La última reunión de editores de agencias de noticias internacionales decidió bajar el nivel de comunicación de las noticias de las personas de 22 años a las de 17 años.

En Europa, el porcentaje de personas que compran al menos un libro al año ahora es de 22% (en los Estados Unidos es de solo 10,5%). Y según un estudio reciente en Italia, solo 40% de la población es capaz de leer y entender un libro. Y 13% de las bibliotecas del país han cerrado en los últimos 10 años.
Una transmisión muy popular en España fue la de «59 segundos», que vio a varias personas debatir en torno a una mesa; a los 59 segundos desaparecerían sus micrófonos. Hoy, el sueño de un entrevistador de televisión es que la persona entrevistada dé una respuesta más breve que la pregunta.

Y los periódicos ya son para personas mayores de cuarenta años. Y hay una queja unánime sobre el nivel de los estudiantes que ingresan a la universidad: no todos están libres de errores de ortografía y sintaxis. Y la lista podría continuar prácticamente hasta el infinito.

El problema de la barbarización adquiere mayor relevancia para la participación política.

Las generaciones Gutenberg estaban acostumbradas al diálogo y la discusión. Hoy en día, 83% de los usuarios de Internet (con 80% menores de 21 años), lo hacen solo en el mundo virtual que se forjaron. Las personas del Grupo A se reúnen solo con las personas del Grupo A. Y si se encuentran con alguien del Grupo B, se insultan.

Los políticos han podido adaptarse rápidamente al sistema. El mejor ejemplo es Trump. Todos los periódicos de Estados Unidos tienen en total una circulación de 60 millones de ejemplares (de los cuales aquellos de calidad circulan 10 millones de los conservadores y otros tantos de los progresistas).

Trump tiene 60 millones de seguidores que toman sus tuits como información. No compran periódicos y, si ven televisión, son espectadores de Fox, que es el amplificador de la voz de Trump. No es de extrañar, pues, que más de 80% de los votantes de Trump vayan a votar por él nuevamente.

Y los medios, que han perdido la capacidad de ofrecer análisis y cubrir procesos, y no solo eventos, ya toman el camino fácil: seguir a los famosos y hacerlos aún más famosos.

El periodismo analítico está desapareciendo. En Estados Unidos todavía existe gracias a subvenciones y, en todos los países europeos, quedan pocos diarios de calidad, mientras que la mayor circulación la tienen los periódicos que ahorran a sus lectores el esfuerzo de pensar. The Daily Mirror en Gran Bretaña y Bild en Alemania son los mejores ejemplos.

Internet ha hecho de todos un comunicador. Este es un logro fantástico. Pero en esta creciente barbarización, la gente utiliza Internet también para transmitir información falsa, historias basadas en la fantasía, sin ninguno de los controles de calidad que solía tener el mundo de los medios de comunicación. Y la clase política cabalga este camino, en lugar de enseñar civismo y visión.

La inteligencia artificial ha entrado con fuerza en la red, creando muchas cuentas falsas, que interfieren en el proceso electoral, como se demostró en las últimas elecciones en Estados Unidos.

Debemos agregar a esto que los algoritmos utilizados por los propietarios de Internet pretenden captar la atención de los usuarios para mantenerlos lo más posible. Este mes, el diario español El País publicó un extenso estudio titulado “La toxicidad de Youtube”, en el que muestra cómo sus algoritmos llevan al espectador a elementos que son de fantasía, pseudocientíficos pero de gran atracción.

Esto se debe al hecho de que los propietarios se han enriquecido fabulosamente al transformar a los ciudadanos en consumidores. Ellos descubren nuestra identidad y la venden a las empresas para su comercialización, y también para las elecciones.

Esos propietarios tienen una riqueza sin precedentes, nunca alcanzada en el mundo real: y no solo en el mundo de la producción, sino también en el universo de las finanzas, que se han convertido en un casino sin control.

El universo total de la producción de servicios y bienes, hecho por el hombre, se acerca a un billón (millón de millones) de dólares por día; en el mismo día, los flujos financieros alcanzan los 40 billones de dólares.

El divorcio del fundador de Amazon, Jeff Bezos, proporcionó a su esposa 38.000 millones de dólares. Esto equivale al ingreso promedio anual de 20.000 dólares correspondiente a 19 millones de personas. No es de extrañar, pues, que solo 80 individuos posean ahora la misma riqueza que 2,3 mil millones de personas (en 2008, eran1.200 individuos).

Ahora bien, según los historiadores, la codicia y el miedo son grandes motores de cambio en la historia. Eso también fue cierto en la era de Gutenberg. Pero ahora se ha activado una combinación de ambos en un corto período de tiempo.

Después de la caída del Muro de Berlín (1989), la doctrina de la globalización liberal llegó con tal fuerza que Margaret Thatcher (quien junto a Ronald Reagan introdujo la nueva visión de los beneficios individuales y la eliminación del bienestar social) habló del No Hay Alternativa (TINA, en inglés, por There Is No Alternative).

Todo el sistema político, socialdemócratas incluidos, aceptó manejar un sistema de valores basado en la codicia y la competencia sin restricciones a nivel individual, estatal e internacional.

Llevó 20 años, desde la caída del muro de Berlín, hasta la crisis financiera estallada en 2008, para comprender que los pobres se han vuelto más pobres y los ricos más ricos, y que los estados han perdido gran parte de su soberanía ante las corporaciones multinacionales y el mundo de las finanzas.

Vale la pena señalar que, en la crisis del 2009, para salvar un sistema financiero corrupto e ineficiente, el mundo gastó 12 billones de dólares (cuatro billones solo en Estados Unidos). Desde ese rescate, los bancos han pagado la impresionante suma de 800.000 millones de dólares en multas por actividades ilícitas.

La crisis financiera de 2009 ha provocado una ola de miedo. No olvidemos que hasta 2009, no hubo partidos soberanistas, populistas y xenófobos en ninguna parte, excepto el entonces Frente Nacional de Le Pen en Francia.

Y viejas trampas como “en nombre de la nación” y “la defensa de la religión” no tardaron en ser resucitadas por políticos capaces de montar la ola del miedo. Se encontró un nuevo chivo expiatorio, los inmigrantes, y los populócratas ya están socavando la democracia en todas partes.

La populocracia es la nueva ola. El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, introdujo un nuevo lenguaje político y televisivo. Salvini, Trump y otros lo han actualizado. Twitter, Facebook e Instagram son el nuevo medio y ahora el medio es el mensaje. La vieja élite no ha encontrado un nuevo lenguaje para comunicar con las masas.

La era de Marc Zuckerberg, el fundador de Facebook, es una era de codicia y miedo.

Él intenta ahora crear una moneda global, Libra, para ser utilizada por sus 2.300 millones de usuarios. Hasta ahora, los Estados eran las únicas entidades capaces de emitir dinero, un símbolo de la nación. La moneda de Zuckerberg se basa totalmente en Internet y no tendrá control ni regulaciones. En el caso de que falle, tendremos una crisis mundial sin precedentes. En la era de Gutenberg esto no era posible.

Pero ¿quién ha hecho que Jeff Bezos pueda dar 38.000 millones de dólares a una exesposa? ¿Quién ha elegido a Trump y Salvini y compañía? Quienes hablan en el nombre de la nación y de la gente y convierten a los que no están de acuerdo con ellos en enemigos de la nación y de la gente, crea una polarización sin precedentes, acompañada por una orgía de revueltas contra ciencia y conocimiento, que han apoyado a la élite, y son por lo tanto enemigos de la gente común.

Nunca se había visto una campaña para reducir la instrucción, la investigación, la medicina pública, y eliminar los pilares de la cultura clásica, como griego y latín. Bolsonaro en Brasil ha anunciado que quiere eliminar filosofía y sociología.

Este proceso de barbarización no debe ocultar un viejo proverbio: cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Se llama democracia. Sin embargo, la elite tradicional no tiene código de comunicación con la nueva era. Hay una brecha creciente entre la elite y los ciudadanos. Y la respuesta podría encontrarse en la movilización ciudadana.

Una joven sueca, Greta Thunberg, ha hecho más con su obstinación por crear conciencia sobre el peligro inminente del cambio climático, que todo el sistema político. Incluso Trump (aunque por motivos electorales) ha declarado que el cambio climático es importante.

Hoy en día, muchos “puntos de luz” están apareciendo en el mundo. Las elecciones en Estambul son un buen ejemplo, al igual que las movilizaciones en Hong Kong, Sudán y Nicaragua, entre muchos otros.

Esperemos llegar a un punto en el que la gente tome las riendas del proceso y despierten al mundo del curso precipitado de la barbarización.

Incluso Thomas Hobbes llegó a la conclusión de que la humanidad siempre, más tarde o más temprano, encontrará el camino correcto y se otorgará un buen gobierno. Pensó que una élite siempre sería capaz de dirigir a las masas.

Bueno, las élites son ahora los y las Greta Thunbergs de este mundo.

Imagen: Redes Ciudadanas de Jalisco

Fuente: Ips

viernes, 19 de julio de 2019

Byung-Chul Han: "El ocio se ha convertido en un insufrible no hacer nada"

Nacido en Corea del Sur y formado en Alemania, es el pensador de referencia del nuevo milenio y el que critica con mayor dureza los vicios de la sociedad digital: de la dependencia de las redes al atracón de series. Ahora publica 'Buen entretenimiento'.

Cuenta Byung-Chul Han (Seúl, 1959) que empezó a interesarse por la Filosofía por un problema de exceso de atención. Leía demasiado despacio. Su incapacidad para adecuar su ritmo de lectura al que, según él, exige la literatura, le llevó a interesarse por la primera de las ciencias. Y fue ahí, en la lenta descripción de cada palabra alemana donde empezó a familiarizarse con la revolución del sentido de Husserl y los laberintos etimológicos y polisémicos de Heidegger. Y ahí sigue.

Han sigue leyéndolo todo, realidad incluida, según su particular sentido de la cadencia; consciente de que lo que importa antes que nada es el propio tiempo. Cada uno de sus libros, todos publicados en español por Herder, ha servido para dibujar con precisión los contornos de la sociedad digital que nos habita. La explotación ha devenido autoexplotación (La sociedad del cansancio), el infierno de lo igual ha aniquilado el verdadero sentido del otro (La agonía del Eros), la represión ha sido sustituida por el exceso de información y de placer (La expulsión de lo distinto), y el entretenimiento ha sido absorbido por la imperiosa necesidad de producir (aquí, su último y fulgurante ensayo Buen entretenimiento). Y así.

Byung Chul-Han se toma su tiempo hasta para responder un cuestionario que solicita por escrito y en alemán. De las 17 preguntas que le enviamos responde 10. O mejor, funde las respuestas de unas en otras y descarta las, quizá, demasiado genéricas (sobre el sentido de la cultura) o demasiado concretas (sobre su serie favorita). El resultado es una entrevista tallada en la precisión misma del tiempo. Y, en efecto, de eso se trata. Como él mismo dice lo que cuenta es devolver no tanto el sentido, que también, como "la fragancia" al tiempo.


P. Su último libro, 'Buen entretenimiento', recuerda al trabajo de Neil Postman 'Divertirse hasta morir. El discurso público en la era del show business'. Pero Postman tiene una visión mucho más apocalíptica que la de usted y supone que la necesidad que tenemos de entretenernos ha destruido nuestra capacidad de reflexionar. ¿Se muestra dispuesto a compartir la misma tesis?

R. Mi libro Buen entretenimiento no es apocalíptico. En él me refiero al juego. Bajo la presión de tener que trabajar hoy nos hemos olvidado de cómo se juega. El ocio sólo sirve hoy para descansar del trabajo. Para muchos el tiempo libre no es más que un tiempo vacío, un horror vacui. Tratamos de matar el tiempo a base de entretenimientos cutres que aún nos entontecen más. El estrés, que cada vez es mayor, ni siquiera hace posible un descanso reparador. Por eso sucede que mucha gente se pone enferma justamente durante su tiempo libre. Esta enfermedad se llama leisure sickness, enfermedad del ocio. El ocio se ha convertido en un insufrible no hacer nada, en una insoportable forma vacía del trabajo. Incluso el juego ha sido absorbido hoy por el trabajo y el rendimiento. El trabajo se ludifica. Es decir, las ganas que todos tenemos de jugar se ponen al servicio del trabajo, que las explota y saca partido de ellas. Suponiendo que aún quede un entretenimiento al margen del trabajo, se ha degradado a una mera desconexión mental, que es cualquier cosa menos buen entretenimiento. Tenemos la tarea de liberar el juego del trabajo. La sociedad futura será una sociedad del juego.

P. Si nos acabamos convirtiendo en una sociedad del entretenimiento, o del juego, sin trabajo, ¿no habría que reinterpretar entonces el mismo concepto de tiempo?

R. El tiempo laboral se ha totalizado hoy convirtiéndose en el tiempo absoluto. Realmente deberíamos inventar una nueva forma de tiempo. Si resulta que nuestro tiempo vital o la duración de nuestra vida coincide por completo con el tiempo laboral, como en parte está sucediendo ya hoy, entonces la propia vida se vuelve radicalmente fugaz. Yo contrapongo al tiempo laboral el tiempo festivo. El tiempo festivo es un tiempo de ociosidad, que hace posible recrearse y permite una experiencia de la duración. El tiempo festivo es un tiempo en el que la vida se refiere a sí misma, en lugar de someterse a un objetivo externo. Deberíamos liberar la vida de la presión del trabajo y de la necesidad de rendimiento. De lo contrario la vida no merece la pena vivirla.

P. ¿Lo contrario de la sociedad del entretenimiento sería una sociedad del 'sano' aburrimiento? ¿Puede el aburrimiento ser sano?

R. Lo contrario de la sociedad del juego es nuestra sociedad del rendimiento, nuestra sociedad del cansancio, en la que cada uno se explota voluntariamente a sí mismo creyendo que así se está autorrealizando. Nos matamos a base de autorrealizarnos. Nos matamos a base de optimizarnos. Pero el hombre no es un homo laborans, sino un homo ludens. El hombre ha nacido para jugar, no para trabajar.

P. Aunque sea volver a argumentos ya analizados en sus obras, ¿cómo explica usted el éxito actual de lo más entretenido del mundo del entretenimiento: las series de televisión?

R. Esa es una cuestión interesante. Me gustaría explicarla filosóficamente. Nuestra capacidad perceptiva ha perdido hoy la capacidad de demorarse en algo. Nuestra percepción asume una forma serial. Se apresura de una información a la siguiente, de una sensación a la siguiente, sin llegar nunca a un final. Se produce un consumo sin fin. Las series gustan tanto hoy porque responden a nuestros hábitos seriales. En el nivel del consumo mediático eso conduce al binge watching o atracón de televisión, al visionado bulímico. El visionado bulímico se ha convertido hoy en el modo de percepción generalizado. El régimen neoliberal intensifica los hábitos seriales para hacernos producir más, para forzarnos a un consumo mayor.

P. ¿Qué opinión le merecen los movimientos hedonistas que reivindican el placer de lo lento como 'slow-food' frente a 'fast-food'? ¿Son realmente revolucionarios?

La actual crisis del tiempo no radica en la aceleración, que podría solucionarse con estrategias de desaceleración, como por ejemplo slow food o yoga. A la actual crisis del tiempo yo la llamo "discronía". El tiempo carece de un ritmo que ponga orden, carece de una narración que cree sentido. El tiempo se desintegra en una mera sucesión de presentes puntuales. Ya no es narrativo, sino meramente aditivo. El tiempo se atomiza. En un tiempo atomizado tampoco es posible una experiencia de la duración. Hoy cada vez hay menos cosas que duren y que con su duración den estabilidad a la vida. El tiempo ha perdido hoy su fragancia. A la civilización actual le falta sobre todo vida contemplativa. Por eso desarrolla una hiperactividad, que le quita a la vida la capacidad de demorarse y recrearse. Ya no es posible experimentar un tiempo pleno. A causa de esta falta de tranquilidad nuestra civilización se está tornando una barbarie.

P. Me intriga cuál es su relación personal con el mundo digital que usted tanto critica. ¿Utiliza usted Facebook, Twitter o Instagram?

R. No es cierto que yo demonice el medio digital. Como todos los medios, también el digital tiene un potencial emancipador. Da más libertad. Pero lo que sí me parece muy problemático es que esta libertad se torne hoy de muchas maneras una coerción. Hay una coerción de comunicación a la que estamos sometidos. Y los medios sociales han influido muy negativamente en la comunicación. La comunicación digital es a menudo muy emocional. Twitter ha resultado ser un medio emocional. Permite descargar inmediatamente las emociones. La política que se basa en él es una política emocional, que ya no es política en sentido propio. Trump no gobierna: tuitea. Es el primer presidente tuitero de la historia. Utiliza este medio para presentarse como directo, cercano al pueblo y auténtico. Pero la política es mediación y razón, que requieren mucho tiempo. Por eso Kant proscribió los impulsos emocionales de la esfera moral. La moral es, como la política, cosa de la razón, que se opone a las emociones. No se puede enseñar moral por Twitter. Si yo critico los medios digitales es sobre todo porque generan una ilusión de libertad. En los años 80 todo el mundo se echó a la calle a protestar contra la elaboración del censo de población. Incluso pusieron una bomba en una oficina de empadronamiento. La gente pensaba que tras la elaboración de un censo de población había un Estado policial que les coartaba la libertad y les sonsacaba informaciones contra su voluntad. Sin embargo, el cuestionario para el censo de población sólo contenía datos muy inocuos, como el nivel de estudios o la profesión. Por Facebook o Instagram revelamos hoy voluntariamente una enorme cantidad de informaciones personales, incluso detalles íntimos. Y al hacer eso nos sentimos libres, aunque en realidad estamos totalmente controlados. ¿Quién pondría hoy una bomba en Facebook o en Google en nombre de la libertad? Lo que sucede es que gracias a Google o a Facebook nos sentimos libres. La dominación se ha consumado en el momento en el que se hace pasar por libertad. Nos explotamos voluntariamente a nosotros mismos. También nos desnudamos voluntariamente. Esto es muy desasosegante.

P. ¿Puede haber una forma razonable de utilizar las redes sociales?

R. Podemos utilizar razonablemente los medios sociales con objetivos políticos. Gracias a ellos nos podemos interconectar y actuar en común. Pero los medios sociales están totalmente privatizados y sometidos a egoísmos. Nos desnudamos en ellos para así satisfacer nuestro narcisismo. La comunicación digital es hoy una comunicación sin comunidad. Deberíamos politizar los medios sociales. Deberíamos convertirlos en un espacio público en el que nos olvidáramos de nuestro ego y apostáramos por intereses comunes.

P. ¿Cree usted posible un mundo digital distinto, que no sea egoísta ni narcisista?

R. No es la digitalización la que nos hace narcisistas. Ella se limita a intensificar el narcisismo que ya hay. La comunicación digital estuvo dominada en sus comienzos por ideas utópicas. Por ejemplo, Vilém Flusser vislumbraba en la comunicación digital un potencial emancipador. Ella libera al hombre del yo aislado en sí mismo y lo conduce al reconocimiento mutuo con miras a la aventura de la creatividad. El medio digital es para Flusser un medio de la caridad. Este mesianismo de la interconexión digital no se ha hecho realidad. Los medios digitales están hoy impregnados de narcisismo. El creciente narcisismo es un gran peligro para nuestra sociedad. La forma de producción neoliberal intensifica el narcisismo. Hoy cada uno es empresario de sí mismo. Cada uno se realiza a sí mismo. Cada uno se produce a sí mismo. Cada uno venera el culto, la liturgia del yo en la que uno es sacerdote de sí mismo. Ya no somos capaces de un nosotros, de una acción común. Incluso el actual culto a la autenticidad hace que la sociedad se vuelva narcisista. El narcisismo hace que se pierda el eros en la cultura. Invertimos todas las energías libidinosas en el ego. La sobreacumulación narcisista de libido de ego nos pone depresivos y genera sentimientos negativos, como la angustia. Freud aplicó su teoría de la libido también a la biología. Las células que se comportan de forma narcisista, es decir, que carecen de eros, son peligrosas para el organismo. Para la supervivencia del organismo son indispensables justamente aquellas células que se comportan de forma altruista e incluso se sacrifican por otras. Freud atribuye la libido del yo al impulso de muerte. La acumulación narcisista de libido del yo es mortal tanto para el organismo como para la sociedad. Sólo nos cabe aguardar que el eros regrese a nosotros. El eros es lo único que nos permitiría superar la depresión.

P. Toca mirar alrededor. ¿Cree que movimientos como el de los 'chalecos amarillos' obedecen a una reacción al sistema económico global?

R. De las protestas de los chalecos amarillos me llama la atención que no sólo no tienen dirigentes, sino tampoco visiones. Se quejan de esto y de lo otro, pero no formulan ninguna visión. No dicen en qué sociedad quieren vivir. La causa de las protestas no fue el descontento con el neoliberalismo o con la desigualdad social, sino la nueva ecotasa al diésel. Se constata mucho enojo, pero no una ira ni una cólera que ponga en cuestión el sistema dominante y le oponga la visión de un mundo mejor. Evidentemente el sistema neoliberal actual ha reducido nuestro horizonte político. Ya no tenemos una visión. Lo que los chalecos amarillos visibilizan no son más que síntomas. Se limitan a exigir la desaparición de los síntomas. Pero la verdadera causa de los síntomas sigue intacta. El propio sistema está enfermo. Hay que combatir el propio sistema, en lugar de tratar inútilmente de remediar los síntomas.

P. Para terminar, ¿cree que la Historia de la Filosofía debería formar parte de los programas educativos? Se lo pregunto porque aquí en España la eliminaron hace poco como asignatura obligatoria en el último curso de bachillerato.

R. Hoy se elimina todo lo que no reporta un provecho inmediato, es decir, económico. Se renuncia a la formación integral a cambio de la formación profesional. Renunciar a la filosofía significa renunciar a pensar. La filosofía es un pensamiento meditativo, que se distingue del pensamiento calculador. Hoy el pensamiento se asimila cada vez más al cálculo. El pensamiento calculador da continuidad a lo igual. La palabra alemana para meditar, sinnen, "darle vueltas a algo", significa originalmente "viajar". Por tanto, en un sentido enfático pensar es dar vueltas, viajar. Es estar en camino hacia otro lugar. El pensamiento meditativo y filosófico es el único capaz de engendrar algo totalmente distinto. Hoy vivimos en un infierno neoliberal de lo igual. Para este infierno de lo igual resulta un peligro el pensar, la filosofía, porque interrumpe lo igual a favor de lo totalmente distinto, es más, a favor de una forma de vida totalmente distinta. Por eso es precisamente en el infierno de lo igual donde habría que introducir la filosofía como asignatura obligatoria, en lugar de eliminarla. De lo contrario sólo prosigue lo igual. La revolución empieza con el pensamiento. La filosofía es la comadrona de la revolución.

Imagen: Third Angel

Fuente: El Mundo

jueves, 18 de julio de 2019

El Big Data nunca duerme: cuántos datos se generan cada minuto en 2019

El Big Data es un torbellino imparable que engorda a cada segundo de forma exponencial y masiva, tal y como evidencian datos como los de la siguiente infografía.

El sol nunca se pone en la creación de nuevos datos, ya que incluso durante tu noche -aunque se envían menos correos electrónicos, se miran menos vídeos o se suben menos ficheros a la nube- en el otro reverso del mundo los datos sufren un impulso mucho más fuerte.

Mediante una infografía elaborada por Domo podemos asomarnos al vertiginoso abismo de la cantidad de datos nuevos que ven la luz cada minuto a través de varias plataformas y tecnologías diferentes, empleando información correspondiente a Estados Unidos. Allí, cada sesenta segundos se usa 4.416.720 GB de datos, se envían 188.000.000 correos electrónicos o se envían 18.100.000 textos.

Así influye el Big Data en tu día a día

Eso no es todo: se descargan 390.000 aplicaciones por minuto, Giphy sirve hasta 4.800.000 de gifs y los usuarios de Neflix reproducen al mismo tiempo 694.444 horas de contenido en vídeo.

Atendiendo a las redes sociales más populares, los usuarios de Instagram publican 277.777 historias, los de YouTube ven 4.500.000 vídeos, los tuiteros publican mediante la red de microblogging 511.200 tuits y los usuarios de Skype realizan 231.840 llamadas.

La cosa no se queda ahí: Airbnb reserva 1.389 alojamientos por minuto en el país norteamericano, se cogen 9.772 viajes de Uber, los usuarios de Tinder deslizan el dedo 1.400.000 veces y Google hace 4.497.420 búsquedas.

Las estadísticas anteriores ya son alucinantes, pero consideran que el total global de usuarios de Internet sigue creciendo aproximadamente en un 9%. Esto significa que la tasa actual de creación de datos todavía está arañando la superficie de su máximo potencial.

De hecho, como lo revela el reciente informe de We Are Social sobre el uso de Internet, se agregaron 367 millones de nuevos usuarios de Internet entre enero de 2018 y enero de 2019, una evidencia más del poder gigantesco del Big Data o de las necesidades de regulación y privacidad para los usuarios.

La penetración global de Internet se sitúa en el 57% en 2019, lo que significa que miles de millones de personas más van a utilizar los mismos servicios anteriores, incluidos muchos otros que aún no existen. Bienvenidos a la era del Big Data.

Fuente: TICbeat

miércoles, 17 de julio de 2019

Derecho a información en África, en un hoyo oscuro con algunas luces

Es una imagen de resistencia que se volvió viral en el mundo. Alaa Salah, una joven estudiante sudanesa de 22 años, vestida con un blanco “thobe (túnica tradicional)”, de pie sobre el techo de un automóvil con una multitud cautivada rodeándola mientras todos coreaban con ella “al thawara”, revolución en árabe.

Es lo que muchos recuerdan del derrocamiento pacífico del dictador sudanés Omar al Bashir (1993-2019) y uno de los regímenes más largos de África.

Sudán finalmente se había apartado de una era caracterizada por la censura y el acoso de los medios, o al menos eso se pensaba aquel 13 de abril.

“En ese mismo momento, todos creímos que este era el comienzo de los mejores momentos de Sudán. En 30 años, muy pocos podrían testificar que alguien desafió audazmente el sistema y vivió para contar la historia”, dijo a IPS un periodista sudanés de 30 años, Ali Taban.

“Durante muchos días estuvimos en este momento mágico y los periodistas permanecimos en las calles para hacer una crónica de cada paso. Ya no. Ahora tenemos más miedo de ser silenciados por la violencia”, que antes de la caída de Al Bashir, dijo Taban.

A medida que el Consejo Militar de Transición (CMT) aprieta gradualmente su control sobre Sudán y llena el vacío que dejó Al Bashir, la esperanza se convirtió en pesadilla. En junio, cuando las tropas reprimieron violentamente una acampada pacífica, causando la muerte de al menos 100 manifestantes, el mundo permaneció en silencio y horrorizado.

Peor aún, para aislar a Sudán y poner fin a una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos, el CMT cortó los servicios de Internet durante más de un mes. El portavoz del Consejo, el general Shams al Din Kabashi, justificó oficialmente el bloqueo de Internet como una medida para salvaguardar la seguridad nacional.

El acceso a la red se restauró a comienzos de julio, por una orden judicial, aunque el CMT podría apelar el dictamen.

Durante el apagón de la red, los sudaneses le suplicaron al mundo que fuera su voz mientras el país se deslizaba hacia un hoyo oscuro informativo. No se decepcionaron. La etiqueta #IAmTheSudanRevolution (yo soy la revolución sudanesa) se convirtió en la más popular en países como Canadá, Gran Bretaña o Kenia.

Marwa Abdelrahim, profesora de la Universidad de Ahfad para Mujeres, en Omdurman, la ciudad gemela de Jartum, la capital, todavía se está recuperando de este giro de los acontecimientos. “El cierre de Internet nunca debería haber ocurrido. Todo nos recuerda un pasado que nos gustaría olvidar mientras construimos un nuevo Sudán”, dijo a IPS.

Sudán se clasifica en el puesto 175 entre un listado de 180 países en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2019, realizado por Reporteros Sin Fronteras, un organismo internacional de respaldo de y monitoreo de la situación de los periodistas en el mundo.

Sudán y otros países del noreste de África se sitúan entre los peores del mundo en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2019 de Reporteros Sin Fronteras. Pero también hay algunos otros del continente mejor situados que Estados Unidos o Gran Bretaña en el listado de 180 países. Crédito: RSF.

Lamentablemente, Sudán está en buena compañía, ya que la libertad de prensa y el acceso a las redes sociales se encuentran bajo el asedio en un número creciente de países africanos.

En África oriental, por ejemplo, varios gobiernos, no solo Sudán, han mostrado una aversión alarmante hacia los medios de comunicación independientes.

“La situación es más alarmante en Tanzania. Hemos quedado en estado de shock al ver que Tanzania se une a países como República Centroafricana, Zimbabwe, Mauritania, República Democrática del Congo y Liberia como países con un deterioro significativo en la libertad de prensa”, dijo a IPS un experto regional en el tema, Mathias Chiza, desde Dar es Salaam.

Tanzania aprobó en 2018 la Ley de reglamentación de comunicaciones electrónicas y contenidos en línea, conocida como la ley de Internet, que especialistas en comunicación y libertad de expresión, como el mismo Chiza, consideran la más punitiva del continente hasta ahora, en lo relacionado con el intercambio de información digital.

La Ley exige el pago de 900 dólares para registrar un blog o sitio web de noticias, entre otras medidas para evitar la información digital. No es de extrañar que Tanzania haya caído 25 posiciones en solo un año para clasificarse en el puesto 118 entre los 180 países de la Clasificación Mundial del RSF de este año.

Del mismo modo, existen leyes punitivas en Kenia y Nigeria que incorporan castigos penales para supuestos delitos cibernéticos.

Con ese fin, Kenia tiene la Ley sobre el uso indebido de las computadoras y los delitos cibernéticos, mientras Nigeria cuenta desde 2015 con una ley contra el ciberdelito. Ambas normas incorporan fuertes multas y largas condenas de prisión, consideradas amenazas encubiertas para periodistas, profesionales de la comunicación y ciudadanos que ejercen la infociudadania.

“Los actos de delitos cibernéticos generalmente otorgan a los gobiernos poderes para prohibir y sancionar arbitrariamente la publicación de artículos periodísticos o publicaciones en las redes sociales que no agradan a los líderes del momento”, dijo Chiza.

“África tiene una generación juvenil predominante. Los jóvenes han demostrado ser capaces de movilizarse a través de las redes sociales. Las redes sociales son el nuevo campo de batalla en la lucha por la libertad en toda África”, explica.

En 2018, la Asociación de blogueros de Kenia demandó a la Fiscalía General y a su director por las medidas de castigo incoadas con base en la criticada ley.

Esto logró la suspensión de ciertas disposiciones que parecían infringir y amenazar a la libertad de expresión, los medios de comunicación y los derechos de las personas.

En Uganda, al menos tres millones de ugandeses abandonaron Internet, según la Comisión de Comunicaciones de Uganda, tan solo tres meses después de aplicarse un impuesto especial al uso de las redes sociales.

El impuesto, basado en flujos diarios, afecta al menos a 60 plataformas en línea, incluidas Facebook, WhatsApp, Twitter.

En el noroeste de África, Mauritania ocupa el puesto 94 en la Clasificación de RSF, tras caer 22 puestos en un solo año. Desde 2018, la pena de muerte por delitos relacionados con la apostasía, como los discursos blasfemos y los actos de sacrilegio, se ha vuelto obligatoria en Mauritania incluso después de que el delincuente se haya arrepentido.

Todo esto ha garantizado que los periodistas y blogueros se mantengan alejados de ciertos temas candentes, como la corrupción, la actuación de los militares, el Islam o la esclavitud, que todavía se practica allí.

En el puesto 178 de los 180, Eriteria tiene el mayor número de periodistas encarcelados en África y uno de los mayores de todo el mundo, según la investigación de RSF.

En general, la libertad de prensa en 22 de los 48 países del África subsahariana se clasifica como “mala” o “muy mala”.

Pero no todo es negativo y desesperanzador en el continente.

Etiopía solía estar entre los peores clasificados en el listado anual del RSF, pero las reformas del primer ministro, Abiy Ahmed, impulsaron al país 40 puestos, para situarse en el puesto 110 de la Clasificación de 2019.

De manera similar, un cambio en el liderazgo está impulsando a una apertura en materia de libertad de expresión y de prensa en Gambia y, más modestamente, en Angola. Esa transformación colocó a Gambia en el puesto 92 de la Clasificación, al subir 30 lugares.

Aún más impresionante, Namibia se situó en el puesto 23, Ghana el 27 y Sudáfrica el 31, lo que los sitúa en el tope africano en libertad de prensa, mejor que países con buena fama al respecto, como Gran Bretaña, en el lugar 33 y Estados Unidos, en la posición 48 entre los 180 países incluidos.

Taban, en tanto, confía en que mejore la situación para los medios convencionales y digitales, así como para los periodistas y los usuarios de Internet, luego que este mismo mes se alcanzó un acuerdo para compartir el poder entre los militares y los civiles en Sudán, mientras se realizan unas elecciones democráticas en un plazo no superior a tres años.

“Todavía es demasiado pronto para decir cómo el acuerdo incidirá en el entorno de los medios de comunicación, pero hay dos cosas que son muy prometedoras, que las órdenes judiciales pueden respetarse porque fue una sentencia judicial la que restableció Internet y que tenemos liderazgos clave dispuestos a colaborar en la apertura”, dijo el joven periodista sudanés.

“Una vez que se firme el acuerdo de tres años para compartir el poder y el país se vuelva más estable y predecible, la información fluirá más fácilmente”, auguró.

Imagen: The Guardian

Fuente: Ips

martes, 16 de julio de 2019

¿Cómo lograr que la información y la evidencia guíen la política pública?

Nuestro trabajo diario para fortalecer las políticas de desarrollo infantil nos ha mostrado que “lo que se mide, se puede mejorar”. Es tan potente esta frase, que se ha convertido en el eslogan de una institución tan importante como es el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) en México. En otras palabras, los hacedores de política pública necesitan contar con evidencia empírica, indicadores –“lo que se mide”- para tomar decisiones que efectivamente mejoren las variables de resultado asociadas al bienestar de la ciudadanía. Aunque parece un enunciado bastante obvio, también pone en evidencia una trágica constatación.

Contar con información es una condición necesaria pero no suficiente para hacer buena política pública. Es decir, las importantes inversiones realizadas por los gobiernos, la sociedad civil, los centros de investigación y las agencias internacionales para generar estadísticas, sistemas de información, evaluaciones de impacto y de procesos, estudios cualitativos, entre otros, pueden tener retorno nulo si no llegan a persuadir de manera decisiva a los políticos y a informar sus opciones de política pública.

La evidencia, los datos, la información, ¿pueden modificar los puntos de vista y las decisiones de los hacedores de política? O siendo incluso más agnóstica al respecto, ¿los políticos demandan este tipo de información? Dos interesantes experimentos llevados a cabo entre los alcaldes de los más de dos mil municipios en Brasil por un grupo de economistas empíricos y cuyos resultados han sido publicados recientemente ofrecen algunas luces al respecto.

¿Puede la evidencia de evaluaciones aleatorizadas afectar el punto de vista de un político?

Para explorar esta pregunta, los investigadores se aproximaron a los alcaldes brasileños e indagaron cuál creían que sería el impacto de un programa de desarrollo infantil temprano (DIT) sobre el bienestar y el desarrollo de la niñez en su municipio. A continuación, hablaron con estos alcaldes sobre un estudio riguroso -seleccionado al azar de entre cuatro conocidas evaluaciones en esta área, en diferentes países y con muestras de distinto tamaño- que medía los impactos de un programa de DIT y le dieron la opción de pagar por conocer más sobre sus resultados. Aleatoriamente, se designó a quienes recibieron información detallada sobre los impactos de estos programas. Los que accedieron a esta evidencia tuvieron la opción de actualizar sus creencias sobre el impacto potencial de un programa de DIT en su municipio e incluso, de contratar servicios de asistencia técnica para implementarlo.

Los investigadores reportan varios hallazgos interesantes:

(a) Los alcaldes estuvieron dispuestos a pagar por conocer la evidencia.

(b) Expresaron su disposición a pagar más por estudios con muestras más grandes, pero no necesariamente por estudios provenientes de países más parecidos a Brasil en cuanto a su nivel de ingresos.

(c) Quienes ya implementaban en sus municipios programas de DIT revelaron una mayor demanda por los estudios a través de su disposición a pagar por ellos.

(d) Tal vez lo más interesante: informarse sobre la evidencia resultante de la evaluación de impacto hizo que los hacedores de políticas modificaran sus propias creencias sobre el impacto que un programa de este tipo podría tener en su localidad. En otras palabras, los investigadores confirmaron no solo que los políticos demandan información y evidencia, sino además que estos insumos pueden cambiar sus apreciaciones, opiniones, creencias y perspectivas.

Un paso más allá: ¿la evidencia afecta las decisiones de política?

En un segundo experimento, durante una convención nacional de alcaldes, los investigadores invitaron a un grupo seleccionado al azar a asistir a una reunión en la cual se les presentó los resultados de varias investigaciones rigurosas que demostraban cómo enviar cartas recordatorias podía mejorar los niveles de cumplimiento de los ciudadanos con sus obligaciones tributarias. Se escogió esta intervención de política por ser barata, relevante para los alcaldes, y de relativamente fácil implementación. Los investigadores hicieron un seguimiento con los participantes entre 1 y 2 años más tarde. Confirmaron que asistir a la sesión tuvo un impacto de 10 puntos porcentuales sobre la adopción de este tipo de cartas para promover el pago de impuestos con respecto a un nivel de 32% en el “grupo de control — es decir, entre los alcaldes de municipios no invitados a la sesión y que ya enviaban estas cartas a sus contribuyentes.

¿Qué aprendemos de estos experimentos?

Esta investigación demuestra que los políticos no solo demandan evidencia, sino que ésta modifica sus puntos de vista e incluso sus acciones y decisiones. No obstante, ¿qué explica el que no haya un esfuerzo activo por parte de los hacedores de política para informarse mejor antes de diseñar un nuevo programa o modificar una política pública?

Desde el punto de vista de organizaciones como el propio Banco Interamericano de Desarrollo, leer este estudio me ha hecho preguntarme qué podemos hacer mejor para que la información y la evidencia que producimos sea más utilizada en el diseño de políticas públicas, incluyendo en el ámbito del DIT. Una idea es pensar en estrategias de diseminación que presenten, en formatos accesibles y breves, resúmenes sistemáticos de evidencia para el consumo de los hacedores de política y sus equipos.

Imagen: Ahorremos Club

Fuente: iadb.org

lunes, 15 de julio de 2019

La tecnología como aliada para erradicar la violencia machista

La violencia machista es uno de los problemas más graves a los que se enfrentan las sociedades, no solo en un país determinado sino a nivel global.

Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas.

A nivel de España en lo que llevamos de año (julio del 2019) las víctimas mortales a causa de la violencia de género ascienden a 30, según el último balance del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad.

Para abordar un problema complejo se necesita una perspectiva multilateral que aúna distintos planes en la prevención a través de la educación y los protocolos de protección cuando las mujeres ya han sufrido alguna agresión.

Sin duda una de las actuaciones más difíciles es el hecho de reeducar a los maltratadores para evitar la repetición de sucesos de esta índole. En este sentido la tecnología es ahora mismo una aliada para combatir esta lacra.

La neurocientífica Mavi Sánchez-Vives, mediante la colaboración de su ‘startup’ Virtual Bodyworks junto con el departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña, reeduca a maltratadores machistas gracias a experiencias inmersivas.

“Colaboramos con el departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña y hay que entender que estos entornos de realidad virtual son más efectivos si se integran en programa de rehabilitación. No hacen milagros por sí solos” explica.

Una vez equipados con las gafas, en medio de un espacio diáfano, los maltratadores han de enfrentarse a sus propios actos; aunque, en esta ocasión, en forma de avatares.

Padecen insultos, violencia psicológica, actitudes agresivas… enfrentándose al comportamiento que ellos propiciaron a sus víctimas y que les sirve para ponerse en el lugar del otro.

La mayoría de los entornos que se replican durante las sesiones están relacionados con golpes verbales, algo que, según el último estudio de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, afecta al 89% de las maltratadas.

La idea es ayudar a combatir comportamientos violentos y tratarlos, de una manera más realista y al mismo tiempo complementaria a los tratamientos psicológicos convencionales.

En definitiva, se enfrentan a una réplica de su comportamiento con las víctimas. “Mientras trabajábamos en un proyecto europeo, nos planteamos para qué servía ponerse en el lugar del otro. Así surgió la idea de ayudar a combatir comportamientos violentos y tratarlos”, explica Sánchez-Vives. Evidentemente, aquí no hay agresiones físicas ni nada que se le parezca.

Estas experiencias inmersivas no solo se están poniendo en práctica para maltratadores, sino de manera preventiva. La neurocientífica ha comenzado este año a colaborar con institutos para identificar situaciones de control en adolescentes. Observar en qué medida toleran estas situaciones para corregirlas lo antes posible.

Solución: una herramienta tecnológica muy importante para reeducar a maltratadores a través de experiencias inmersivas violentas a las que deben enfrentar igual que sufrieron las víctimas. Tan importante para corregir comportamientos graves es su uso preventivo en entornos educativos.

Imagen: Muy Critico

Fuente: En Positivo

Radar Latinoamericano: América Latina, ¿más pesimista con la ciencia?

Los latinoamericanos tienen poca confianza en los científicos y se sienten excluidos de los beneficios que brinda la ciencia. Al menos esto es lo que indica una investigación recientemente publicada por la Fundación Wellcome sobre la percepción mundial sobre la ciencia y la salud.

La encuesta —uno de los estudios más ambiciosos sobre el tema— incluyó muestras representativas de la población de 140 países, con un total de 140.000 participantes, consultados en la segunda mitad de 2018. De América Latina se incluyeron 18 países, divididos en Sudamérica y América Central y México.

La confianza en los científicos y el acceso a los beneficios de la ciencia son algunos de los temas tratados en la investigación, a través de una serie de preguntas. En la comparación por regiones, América del Sur se encuentra entre las regiones que tienen el nivel más bajo de confianza en los científicos y alberga la mayor proporción de escépticos en relación con la distribución de los beneficios de la ciencia. La imagen es similar en Centroamérica y México.

Estos resultados de la investigación de Wellcome no solo sugieren que hay un pesimismo más exagerado sobre la ciencia en América Latina, que es intrigante en sí mismo, sino también contrastan con los datos de investigación sobre el tema cuya serie histórica indica un alto optimismo sobre la ciencia y confianza en los científicos.

Optimismo y confianza, pero...

En Brasil, por ejemplo, donde se llevan a cabo encuestas periódicas de percepción pública de la ciencia, la mayoría de las personas declara, desde la primera edición en 1987, que la ciencia solo ofrece beneficios o más beneficios que daños a la humanidad. En el estudio de 2010, el optimismo alcanzó su punto máximo, con 81 por ciento de los brasileños divididos entre las dos opciones.

De acuerdo con el Índice de Confianza calculado en la encuesta de 2015, los científicos de universidades e instituciones públicas de investigación serían, para los brasileños, las fuentes de información más confiables, frente a periodistas, médicos y religiosos.

Publicada en junio, la encuesta más reciente sobre percepción pública de la ciencia en Brasil se enfocó en audiencias jóvenes, de 15 a 24 años. Entre marzo y abril de este año se realizaron 2.206 entrevistas en todas las regiones de Brasil.

Allí, nuevamente, prevaleció el optimismo, con la gran mayoría de los jóvenes que afirman que la ciencia aporta muchos beneficios a la humanidad. Para esta audiencia, las fuentes de información más confiables son, ante todo, los docentes y luego, casi empatados, los médicos y científicos de las universidades públicas.

Es poco probable que la situación haya cambiado tan rápida y radicalmente en Brasil, y en América Latina en general. Medir problemas complejos como la confianza y el optimismo no es una tarea sencilla. Las encuestas brasileñas muestran, por ejemplo, que a pesar de la alta confianza en los científicos, existe una visión ambivalente sobre ciertos aspectos y temas científicos.

Además, la comparación de los datos de encuestas con diferentes preguntas y cortes, como es el caso, resulta complicada. Para dar otro ejemplo, en las preguntas sobre la confianza en diferentes fuentes de información en las encuestas brasileñas, los científicos están divididos entre aquellos que están vinculados a instituciones públicas y aquellos que trabajan en centros privados, pero esto no ocurre en el estudio global.

También se debe destacar que, en general, la encuesta de Wellcome aporta datos positivos con respecto a la percepción pública de la ciencia, incluso en América Latina, donde se identificó un gran interés en el tema y una gran confianza en los médicos y la seguridad de las vacunas. E incluso en relación con la confianza en los científicos, los datos latinoamericanos no son tan dispares como podrían parecer.

Así que no hagamos conclusiones precipitadas, pero tampoco ignoremos los datos. Algunos están realmente preocupados. Entre los jóvenes brasileños, por ejemplo, la mayoría cree que los científicos pueden estar exagerando sobre los efectos del cambio climático y afirman que es difícil o imposible saber si las noticias relacionadas con la ciencia son verdaderas o falsas.

Según la encuesta mundial, cuando la ciencia y la religión chocan, la mayoría de los latinoamericanos están del lado de la religión.

Es fundamental analizar seriamente estos estudios y desarrollar estrategias capaces de fortalecer los vínculos entre ciencia y sociedad. Después de todo, deberían servir precisamente para informar las políticas públicas del sector.

Diagnosticar y reaccionar

No es fácil entender las razones detrás de los datos mencionados y es notorio el esfuerzo de Wellcome de intentar explicarlos a partir del cruzamiento de varias informaciones recolectadas en su encuesta. El estudio identifica una fuerte conexión entre el nivel de confianza en los científicos y el nivel de confianza en las instituciones nacionales, como el gobierno, el poder judicial y el ejército.

La investigación también muestra que las regiones más pesimistas en relación con la distribución de los beneficios de la ciencia también tienden a ser las más negativas sobre el estado de su economía y aquellas con las mayores disparidades sociales.

Aunque superficial, el diagnóstico tiene sentido, sobre todo considerando la grave crisis política, económica y científica que afecta a América Latina. No es fácil mantener el optimismo ante el aumento del desempleo, la caída del poder adquisitivo y los gobiernos que amenazan la democracia. ¿Y cómo respetar a la ciencia y a los científicos cuando las autoridades le dan cada vez menos prioridad y menosprecian los datos científicos?

No sorprende que los jóvenes estén confundidos y mal informados sobre la ciencia, la salud y el ambiente, dado el alto flujo de desinformación y noticias falsas que circulan en Internet y entran en sus redes sociales, donde frecuentemente acceden a contenidos sobre estos temas, como muestra la reciente investigación en Brasil.

En este contexto, la participación pública en la ciencia adquiere enorme relevancia. Como revela la encuesta de Wellcome, cualquier intento de mejorar la calidad de vida de las personas será más efectivo si existe compromiso. Una mayor participación de la sociedad en la producción, el intercambio de conocimiento científico y La toma de decisiones en el sector tiende a construir una alianza más fuerte entre la ciencia, los científicos y la sociedad.

Con respecto a las estrategias de participación, está cada vez más claro que la forma de preparar a los ciudadanos para vivir en una sociedad fuertemente impactada por la ciencia ya no es —y nunca fue— transmitir un gran volumen de hechos científicos descontextualizados a un público considerado pasivo y homogéneo.

Es preciso preparar a las nuevas generaciones para que puedan encontrar la mejor manera de acceder a la información que desean o necesitan, y cuando la encuentren, puedan identificar claramente en qué confiar.

Pero todo esto es posible si todavía hay algo de ciencia para que la sociedad se involucre. En este momento preocupa más lo que las autoridades latinoamericanas están haciendo, o más bien no están haciendo, en relación con la ciencia que lo que la gente piensa sobre ella.

Fuente: Sci Dev