viernes, 8 de diciembre de 2023

En la Historia, nadie que haya usado la desinformación ha terminado bien


Para Evelyn Pérez-Verdía la situación es muy clara y hace una analogía. Los cuchillos tienen múltiples usos, entre ellos hacer daño; pero el cuchillo en una mesa de comedor es para comer, para cortar alimentos y ayudar a empujarlos hacia el tenedor, principalmente. Lo mismo sucede, dice, con la inteligencia artificial (IA). Se ha visto que la IA ayuda en muchos aspectos de la vida digital, pero también se la ha empleado para fines oscuros, como la producción de desinformación o las mal llamadas «noticias falsas», fake news, etc. Y es un deber ciudadano, y de los periodistas, aprovechar su utilidad para contrarrestar la desinformación mediante, por ejemplo, el rastreo de imágenes y videos para detectar si fueron manipulados o están siendo sacados de contexto.

Pérez-Verdía conversó con La Nube en octubre de 2023 a propósito de su visita a Bolivia para participar de coloquios y talleres para enseñar a cómo combatir la desinformación. Esta investigadora estadounidense es, a sus 44 años, estratega en comunicación y emprendió con su trabajo para hacer frente a la desinformación a partir de una experiencia personal en la que fue atacada con violencia de género digital.

En la actualidad, las tendencias de la desinformación varían dependiendo de la temática y de los intereses del momento. Es decir, si una determinada sociedad está en tiempos electorales, explica Pérez-Verdía, los elementos de desinformación que circulan en redes sociales se enmarcarán en elecciones (dichos que políticos nunca dijeron, imágenes manipuladas de un candidato, videos de años anteriores presentados como actuales, etc.); si el tema en agenda es el medioambiente, pues serán desinformaciones que exageren datos o presenten imágenes de animales o desastres naturales que no corresponden a los momentos o lugares que dicen referir.

«Se está creando contenido de desinformación en Latinoamérica y también actores maliciosos domésticos crean desinformación que viene desde Estados Unidos y se va intercambiando, lo que en inglés se dice feedback loop, que es como un círculo que da vuelta. Y mucho tiene que ver con las diásporas, que tienen familiares aquí y que tienen familiares allá (en Estados Unidos). Entonces, hay muchos actores que se aprovechan de eso», explica Pérez-Verdía.

—Actualmente se habla mucho de la IA. ¿Has identificado que se esté usando la inteligencia artificial para crear contenidos de desinformación?

—Al 100%. En los Estados Unidos, en marzo el Comité Nacional Republicano hizo un anuncio con inteligencia artificial sobre el presidente Joe Biden, diciendo cómo iba a ser su segundo mandato que fue ultra falso. Se estaba diciendo que los jóvenes (estadounidenses) iban a tener que ir a la guerra por lo de Ucrania y todo era ultra falso. Pero lo más impresionante de ese anuncio de IA es que tuvo ocho millones de vistas. Entonces, si nos fijamos en eso, ¿cuántas personas tienen un Bolivia Verifica, un Chequea Bolivia, un La Nube que les está diciendo «¡hey!, ¿cuántos de esos ocho millones saben que fue falso?»

Por eso, expertos que trabajan con tecnología están advirtiendo, pidiendo a las compañías (que hagan algo al respecto). Por ejemplo, Meta, cuando algo es falso hemos visto un cambio que dice «esta noticia parece no ser cierta».

—¿Es posible hablar de IA que pueda ser programada para combatir la desinformación?

—Totalmente. Ahora estaba oyendo de Bolivia Verifica. Ellos usan la IA para ver si una imagen ha sido replicada y para ver si es falsa o no. Fue muy interesante, un periodista dijo, creo que fue cuando fui a Santa Cruz, dijo «bueno, es algo muy simple, es como cuando usas un cuchillo para comer en la mesa; sí, el cuchillo se puede usar para muchas cosas. Pero el cuchillo en la mesa se usa para comer». Entonces, todo se puede usar para el bien o el mal.

Me preocupa un poco que hay un grupo de jóvenes que tal vez piensa que si se les dice que se les va a pagar cierta cantidad de dinero por decir ciertas cosas y que digan «lo voy a hacer». Si vemos la Historia, la gente que ha usado la desinformación, la propaganda, nunca ha terminado históricamente bien. Está Adolf Hitler, que tenía un ministro de Propaganda llamado Joseph Goebbels que lo que él decía era «repetir una mentira hasta que se vuelva verdad», dividía comunidades, hacía que las comunidades tuvieran odio hacia una cierta comunidad. Entonces, ahí, uno se da cuenta de que nunca termina bien.

Y al final del día, cuando uno está compartiendo cosas que no son ciertas, está creando una idea de que hay personas como ustedes (La Nube), que están hablando de hechos, ya no le van a creer a nadie (…). Es muy importante que las personas que trabajan en contrarrestar la desinformación se mantengan muy cerca de sus principios y que puedan dormir bien de noche.

—¿La gente se ha apropiado y entiende el concepto de desinformación para evitar decir fake news o noticias falsas?

—Creo que hay más conciencia debido a los grupos de verificación. Creo que hay más conciencia debido a muchas personas, más allá de las ideologías políticas, alrededor del mundo que se dan cuenta lo que pasa cuando ya no hay democracia. Uno ve lo que pasa en Venezuela, ¿cuánta cantidad de medios están cerrados en Venezuela?, ¿cuánta cantidad de amigos venezolanos tengo viviendo en Miami? No se si vieron que ahora hay deep fakes (videos manipulados) ahora en Venezuela, que reportan noticias buenas sobre Venezuela, «no, no hablemos del niñito que está comiendo basura, todo está bien en Venezuela».

Entonces, han contratado una compañía en Londres, Inglaterra, para hacer deep fakes de unos avatars que comparten lo «bueno» de Venezuela por YouTube. Entonces, mira cómo están usando esto.

—¿Quién o quiénes son responsables de mitigar la desinformación?

—Hablamos de periodistas, de oficiales electos. Pero al final siempre concluimos en que tiene que ver con cada uno de nosotros. Una de las cosas de las que yo siempre hablo es de las «tías de WhatsApp». Es como esas emociones fuertes que vienen con la posverdad, la manipulación de emociones. Entonces, es también responsabilidad de los jóvenes profesionales; no tienes que empezar por toda Bolivia, empieza con tu familia, ayúdales a verificar.

Fuente: La Nube

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