sábado, 24 de octubre de 2020

Actividades para trabajar las emociones en linea


La inteligencia emocional es la capacidad de entender, tomar conciencia y manejar nuestras emociones y las de terceras personas. A raíz de esta definición nos asalta otra pregunta ¿qué son realmente las emociones? La emoción es básicamente un sentimiento privado caracterizado por la expresión o manifestación de respuestas somáticas y autónomas específicas. Igualmente, pueden considerarse un conjunto de acciones para defenderse o preparar el ataque ante posibles amenazas. En su momento Charles Darwin describió las 4 emociones primarias que consideraba que eran innatas al ser humano: cólera o ira, alegría, miedo o tristeza. Posteriormente, en lo que algunos autores denominaron secundarias, se describieron otras 4 cuatro emociones más: amor, sorpresa, vergüenza y aversión.

La inteligencia emocional se puede trabajar y desarrollar en clase, igual que ocurre con otros tipos de inteligencia como la lingüística, la espacial o la kinestésica. A continuación, explicamos algunos juegos para trabajar con  alumnos de corta edad en clase (infantil y primeros años de primaria) que pueden resultar de gran utilidad para que los alumnos aprendan a detectar sus emociones propias y ajenas, comprenderlas y utilizarlas de forma positiva y beneficiosa.

Siempre es más eficaz hablar de emociones cuando se producen, que forzar ese tipo de situaciones. No obstante, a veces se nos escapan esos momentos o queremos reforzar ciertos aspectos e incluirlo en la rutina diaria y es por eso que te recomendamos algunos actividades que te ayudarán enormemente.

A continuación compartimos con fines únicamente educativos y de formación permanente “10 actividades para trabajar las emociones”. Dicho material fue publicado en el blog de “Club de los pequeños lectores”. Esperamos que el siguiente material les sea de utilidad.

Le recordamos en la sección de descarga gratuita podrá acceder a la guía y los imprimibles: “30 actividades para trabajar las emociones con los niños”. 

1. Crear un Diccionario de emociones propio:

Esta actividad puede realizarla a cualquier edad (a partir de unos 2 años), pues puedes adaptarla tanto para niños de infantil o preescolar, de primaria o incluso para adolescentes.

Consiste en coger varias fotografías con personas, niños o personajes expresando una emoción y los niños deben identificar la emoción y clasificar las imágenes.
Las fotografías las puedes buscar en internet e imprimirlas con anterioridad. Pero te recomiendo que algunas las busquéis juntos en revistas o periódicos.

Para los más pequeños puedes empezar con un par o tres de emociones básicas (alegría, tristeza, enfado, miedo, amor o asco) e ir ampliando progresivamente a otras emociones más complejas.

Podéis pegar las fotografías en la página de una libreta y escribir bien grande el nombre de la emoción que representan. Aprovechad para hablar de esa emoción en concreto: cómo se manifiesta físicamente en nuestro cuerpo, qué cosas nos producen dicha emoción, que pensamientos nos provoca, que podemos hacer al sentirla,…

En función de la edad lo podéis escribir en la libreta y así vais creando un diccionario propio de emociones. En el aula podéis hacer lo mismo o crear murales para colgar en la clase. 

 ¿Qué trabajamos con esta actividad?

Reconocimiento de las emociones, vocabulario emocional, consciencia emocional, expresión física y no verbal de las emociones.

2. Leer Cuentos de emociones:

Como ya he comentado antes, los libros pueden ser nuestros grandes aliados en la educación emocional de los niños. 

Por ejemplo: nos ayudan a tener mayor vocabulario emocional, a reconocer e identificar emociones, a comprender nuestras experiencias vitales (pasadas o futuras), a empatizar con los demás, a poner consciencia y palabras a lo que nos sucede (eso nos ayuda a sobrellevarlo mejor), nos muestran modelos y estrategias para resolver conflictos, nos reconfortan, fomentan el diálogo,…
¡Y un sinfín de cosas más!

Lo más importante es:
  • Escoger bien el cuento para que nos ayude a trabajar las emociones de forma correcta pero sin perder de vista al función básica de la literatura en la infancia: que es entretener, divertir y enganchar al lector. Tienes las claves y algunos ejemplos en Cuentos para la Educación Emocional (Parte I).
  • Su simple lectura ya es suficiente pero puedes maximizar el potencial educativo del cuento si haces preguntas de curiosidad sobre aspectos emocionales del libro, como por ejemplo: “¿qué crees que siente el personaje?”, “¿por qué, qué te lo indica?”, “¿y si estuviera contento, cómo lo sabrías?”, “¿cómo crees que podría actuar?”, “¿qué harías tú en su lugar?”, “¿qué otras cosas podría hacer?”, “¿cómo podría calmar su rabia o enfado?”,… Tienes más ideas en Cuentos para la Educación Emocional (Parte II).
  • Aprovechar la lectura para reflexionar con los niños en qué momentos han experimentado ellos esas emociones a lo largo de su día y, si procede, qué hicieron o podrían haber hecho para sentirse de otra manera.
Algunos cuentos que te pueden ser útiles:
  • “El monstruo de colores” de Anna Llenas, en cartoné para los más pequeños (+1 año). También puedes encontrar la versión normal y la versión pop-up (estos para +3 años). Descúbrelo en mi reseña.
  • “El bestiario de las emociones”, a partir de 2 años: graciosos y expresivos animales para ir identificando y nombrando emociones con los más pequeños.
  • “Las emociones de nacho”, a partir de 3 años.
  • Los mejores cuentos para trabajar las emociones con los niños: una cuidada selección de libros sobre emociones concretas vistas a través de grandes historias que nos ayudan a entenderlas mejor.
  • “El emocionario del inspector Drilo” de Susanna Isern (+5-6 años): un repaso por la emociones más importantes, cada una contextualizada en una pequeña historia inicial y con consejos sobre cómo gestionarla y reconocerla en uno mismo o en los demás. Más info en mi reseña.
  • “El gran libro de las emociones” (+7-8 años): muy completo y con las emociones contextualizadas en historias, leyendas o cuentos de diferentes partes del mundo.
  • “Recetas de lluvia y azúcar” (para pre-adolescentes y adolescentes): 25 recetas llenas de imaginación para 25 emociones descritas de forma muy poética y metafórica.
Truco:

Cuando tengas un cuento nuevo, podéis hacer un pequeño juego muy divertido y fantástico para fomentar la empatía y aprender sobre la expresión no verbal de las emociones. Consiste en observar atentamente las imágenes del libro (sin leer el texto) y tratar de averiguar juntos lo que está sucediendo y las emociones que están experimentando los personajes y el motivo de las mismas.

3. Jugar con “El teatrillo de las emociones”:

Esta actividad consiste en crear un pequeño guiñol o teatro donde representaremos historias inventadas por los propios niños y donde aparecerán diferentes emociones. Para ello necesitamos:

Algunos personajes: que pueden ser juguetes o figuritas (que tengamos en casa o en el aula) o marionetas o peluches o títeres de palo que podemos hacer de forma casera, por ejemplo con personajes de nuestros cuentos preferidos. En el pdf final te incluyo algunos para imprimir y colorear.
Dos dados: uno con las emociones básicas y otro con objetos o lugares. En el pdf final tienes el imprimible para armarlos.

Como se juega:

El niño escoge sus personajes y tira los dados dos veces. Ahora debe inventar (y representar) una historia donde aparezcan las dos emociones que le han salido y los dos elementos del otro dado.

Variante: “Superhéroes en apuros”

Si tienes figuritas de superhéroes como Spiderman, Superman o similares, vamos a inventar una historia donde estos personajes experimenten emociones desagradables como tristeza, miedo, enfado,… Es importante que los niños y niñas se den cuenta que todos experimentamos todas las emociones y que estas no son malas. Puedes acompañar esta actividad del libro Tipos duros (también tienen sentimientos) que nos ayuda a romper estereotipos de género.

4. Actividad “dibujamos emociones”:

Esta es una actividad muy sencilla.

Ponemos un espejo delante del niño y le ayudamos a representar las expresiones de cada emoción, luego las puede dibujar en un papel y escribir cuándo se ha sentido así.

Y al acabar… ”Fotomatón emotivo”:

Ahora que hemos trabajado las expresiones faciales de las emociones podemos jugar a hacernos fotografías unos a otros expresando diferentes emociones con los gestos y guiños faciales adecuados. ¡Será divertidísimo!

5. Juego “memori de emociones”:

Con las fotografías de la actividad anterior podemos montar un memori casero de emociones.

Necesitamos imprimir un par de fotografías del niño expresando cada emoción. Luego las pegamos en tarjetas idénticas que podemos hacer con cartones cuadrados. ¡A jugar!

Recuerda que se ponen las piezas boca abajo y cada participante las va levantando de dos en dos. Si son iguales, se las queda y vuelve a tirar. Gana quien tiene más parejas.

Podemos aumentar la dificultad añadiendo más emociones o colocando fotos de dos niños distintos para una misma emoción.

Tienes más detalles de este juego en Manualidad: memoria de emociones

Truco: 

Plastifica las fotografías para que no se gasten con el roce de la mesa al ponerlas boca abajo. Si no puedes plastificarlas píntalas con barniz transparente.

6. Actividad con música, pintura y emociones:

La música nos despierta recuerdos y experiencias, pero además nos evoca emociones.

En esta actividad uniremos la música, la expresión artística y la educación emocional.

Pondremos a los niños piezas musicales diferentes y dejaremos que pinten libremente las emociones que les provocan. Luego hablaremos de lo que han experimentado y dibujado.

Te explico con más detalle esta actividad en Expresamos nuestras emociones con música, pintura y el cuento “Lola se va a África”.

Y al acabar…

Podemos volver a poner las canciones y bailar expresando con todo el cuerpo la emoción que nos evoca la música. Es importante que conozcamos como la emoción afecta a las distintas partes de nuestro cuerpo, pues no solo se manifiesta en nuestra expresión facial.

Fuente: Web del maestro

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