viernes, 21 de junio de 2019

La lucha contra las noticias falsas en la escuela

En una conversación con jóvenes de 13 años sobre la migración, la periodista Juliane von Reppert-Bismarck se sorprendió de que los jóvenes tuvieran opiniones tan claras sobre las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Estaban entusiasmados con Donald Trump. Cuando les preguntó a los estudiantes de dónde habían sacado la información sobre los candidatos estadounidenses, la respuesta fue: "Instagram".

"Les dije: esa no es una fuente de información, sino una aplicación de fotos", recuerda von Reppert-Bismarck. Pidió a los estudiantes que le mostraran estas publicaciones y se espantó cuando las vio. "Era una captura de pantalla de un texto de Instagram que circulaba en un grupo privado de WhatsApp", dice la periodista.

"Era un texto de un bot ruso absurdo y en muy mal alemán. Su contenido era: todo lo que aparece en los medios de comunicación es una tontería. Aquí te digo lo que realmente pasa. Hillary Clinton asesina a todos esos agentes de la CIA. Piensa en cómo te sentirías si Clinton hubiera asesinado a tus padres. Comparado con eso, lo que Trump hizo no es nada".

Detector de mentiras

Pero, ¿qué sentido tiene difundir esta noticia entre jóvenes sin derecho a voto y no estadounidenses? Es una de las tácticas más elementales de los falsificadores de información: no tienen que demostrar lo que dicen y sólo quieren propagar dudas. Una captura de pantalla de un texto en Instagram también evade las funciones automatizadas de "comprobación de hechos" que reconocen un lenguaje incendiario cuando se usa en Facebook o Twitter. Pero en un grupo privado de WhatsApp, nadie mira. Es un lugar que los verificadores de hechos no pueden encontrar, dice von Reppert-Bismarck.

Esta experiencia fue decisiva para la periodista con 20 años de trayectoria. Pensó: "¿Por qué hago periodismo de calidad si la gente ni siquiera puede distinguirlo de la ficción total? Ni siquiera preguntan por la fuente de la información".

Quiso cambiar eso: dejó su trabajo y desarrolló una iniciativa llamada "Lie Detector" (Detector de mentiras). Forma a los periodistas y los envía a las escuelas para que puedan enseñar a los estudiantes a partir de los diez años a verificar la información e identificar fuentes fiables. La iniciadora ha evitado financiamientos de grandes empresas tecnológicas como Google y Facebook o de gobiernos. "El apoyo financiero más importante de "Lie Detector" proviene de una organización benéfica estadounidense, la Fundación Wyss.

Educar para desarrollar escepticismo

La periodista estadounidense Anna Mulrine Grobe imparte uno de los cursos de "Lie Detector" en una escuela internacional de Bruselas. Discute con jóvenes de 15 años sobre el tipo de información con la que podrían ser bombardeados en las redes sociales.

Una alumna, Ionna Kakomyta, dice que siempre revisa dos veces todo lo que lee. Pero se preocupa por sus compañeros más jóvenes. "En las redes sociales no se sabe realmente qué creer. Muchas personas expresan una opinión sin saber lo que realmente está sucediendo. Eso es solo manipulación."

Su compañero de clase Johannes Wehrheim dice que solo se informa en sitios de noticias fiables. Pero también le preocupa la gente que no lo hace. "En Alemania, por ejemplo, mucha gente sigue la cuenta del partido (populista de derecha) AfD en Twitter. Confían en ellos cuando se trata del cambio climático y de todo tipo de noticias que difunden. Me preocupa que la gente les crea".

Aquellos que no pueden beneficiarse de la iniciativa del "Detector de mentiras" en el aula, pueden aprender a defenderse de las fake news de otras maneras. El sitio web "getbadnews.com" puede sonar como un mal consejo, pero aquí se encuentra un juego con objetivos similares. Fue desarrollado por un grupo holandés llamado DROG, que está formado por académicos, periodistas y expertos en medios de comunicación. Marije Arentze, de DROG, explica en entrevista con DW que están trabajando para reducir los efectos de la desinformación, aplicando la "teoría de la vacuna". Según esta, resulta útil someter a personas a informaciones falsas, en un contexto acotado y controlado, para desarrollar su sensibilidad. Así se genera un "anticuerpo mental" dirigido a ayudar a la gente a identificar las noticias falsas y a rechazarlas.

Los usuarios de "getbadnews.com" se ponen en el papel de periodistas que intentan difundir historias falsas, ganar el mayor número posible de lectores y al mismo tiempo mantener la credibilidad. "Esto desencadena un proceso de pensamiento que les ayuda a crear resistencia", explica Arentze, quien se muestra convencida de que su método funciona.

"Actualmente estamos investigando la existencia de las así llamadas vacunas en colaboración con la Universidad de Cambridge", dijo Arentze. "Y los primeros resultados muestran que después de jugar a nuestro juego, la gente mejora en la detección de noticias falsas".

Medidas defensivas necesarias

Arentze compara su herramienta con la enseñanza de las artes marciales. Ella enfatiza que quienes las practican no atacan a otros, sino que pueden defenderse si es necesario. Y en el área de la desinformación, las medidas defensivas son definitivamente necesarias.

Juliane von Reppert-Bismarck, de "Lie Detector", dice con melancolía que espera poder volver algún día al periodismo, pero que por el momento su iniciativa todavía tiene mucho por hacer. "Lie Detector" ya ha llegado a cerca de 700 escuelas en Bélgica, Alemania y Austria. El proyecto planea expandirse a otros países e idiomas. El objetivo es combatir a quienes difunden información falsa y garantizar que no haya mercado para ellos.

Fuente: dw.com

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