lunes, 28 de abril de 2025

Los Premios Oscar ya aceptan películas creadas con IA


En una decisión que marca un antes y un después en el mundo del cine, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha actualizado sus reglas para la edición 2025 de los Premios Oscar y, por primera vez, menciona de manera explícita a la inteligencia artificial generativa. Lo hace con una postura clara: el uso de herramientas digitales como la IA no afectará de forma automática las posibilidades de una película para obtener una nominación. Pero hay un matiz clave que deja todo en manos del criterio artístico: el papel del ser humano en la autoría creativa.

Un cambio silencioso pero trascendental

A simple vista, la modificación en las reglas puede parecer menor. No se prohíbe el uso de IA, pero tampoco se regula con firmeza. La nueva cláusula dice que el uso de inteligencia artificial ni ayuda ni perjudica las opciones de una película en la carrera por un Oscar. Lo que realmente se valora es el grado en que el trabajo creativo fue impulsado por una mente humana.

Esta es la primera vez que la IA se menciona en las directrices de elegibilidad de los Oscar. Y aunque no establece requisitos de transparencia —como revelar si se ha utilizado IA en el proceso creativo—, sí deja claro que la autoría humana sigue siendo el núcleo del mérito artístico.

Un contexto marcado por la tensión

Este cambio llega justo después de una etapa conflictiva en la industria. En 2023, guionistas y actores de Hollywood protagonizaron huelgas prolongadas. Uno de los puntos más controvertidos fue precisamente el temor a que la inteligencia artificial terminara desplazando a los creativos humanos, desde escritores hasta intérpretes. La inclusión de esta norma parece ser un intento de calmar las aguas, reconociendo la existencia de la tecnología sin emitir juicios prematuros sobre su valor artístico.

El mensaje de la Academia es claro: no se trata de la herramienta, sino de cómo se usa. Tal como un pincel no convierte a cualquiera en pintor, la IA no convierte a un programa en cineasta. Lo que se evaluará será siempre el resultado final y la intención creativa que lo respalda.

¿Qué implica esto para el cine del futuro?

Con esta decisión, los Oscar abren la puerta a un futuro donde las películas creadas con ayuda de IA podrían competir en igualdad de condiciones con producciones más tradicionales. Esto tiene implicaciones enormes para la industria:
  • Democratización del cine: Herramientas como generadores de guiones, actores virtuales o efectos visuales automáticos podrían reducir costes y permitir que más creadores participen.
  • Nuevas formas narrativas: La IA puede aportar enfoques creativos inesperados, lo que podría dar lugar a películas con estructuras narrativas no convencionales.
  • Debates éticos y creativos: ¿Quién es el autor de una obra generada en parte por un algoritmo? ¿Cómo se protege la originalidad? ¿Qué derechos tienen los actores si su imagen es recreada digitalmente?
Todo esto sigue siendo terreno en exploración, pero lo que parece claro es que la inteligencia artificial ha llegado para quedarse en la industria cinematográfica, y ahora cuenta con un espacio, al menos potencial, en el escenario más prestigioso del cine mundial.

La importancia del «corazón humano»

El criterio de la Academia, según explican, se centrará en cuánto de ese trabajo refleja una intención creativa humana auténtica. Esto nos recuerda que la IA, por sofisticada que sea, no siente, no imagina, no sueña. Puede imitar, generar, predecir… pero no crea desde la experiencia vivida.

Es como cocinar con robots: puedes automatizar los pasos, pero si la receta no tiene el toque personal, se nota. Lo mismo ocurre con el cine: el espectador puede percibir cuándo una obra tiene alma, cuando hay una voz detrás de la cámara que quiere contar algo más que una historia bien estructurada.

Otras novedades en las reglas de los Oscar

Además del tema de la inteligencia artificial, la Academia ha introducido otra regla que busca garantizar un proceso de votación más justo: los votantes deberán ver todas las películas nominadas en una categoría antes de emitir su voto. Eso sí, la implementación será bajo un sistema de honor, es decir, no habrá mecanismos de verificación.

Esta medida busca evitar que se vote por reputación o por popularidad, y fomentar una evaluación más justa del trabajo de los nominados. Aunque su cumplimiento es difícil de comprobar, representa una intención positiva hacia una premiación más equitativa.

¿Qué podría venir después?

Aunque la nueva normativa no exige a los cineastas que revelen si han usado IA, este punto estuvo sobre la mesa. Según el New York Times, la Academia consideró seriamente incluir una obligación de divulgación, pero finalmente lo dejó fuera. No se descarta que esto se retome en futuras ediciones, sobre todo si la presencia de la IA en el cine continúa creciendo.

También es posible que, con el tiempo, se creen nuevas categorías que reconozcan específicamente la innovación tecnológica en narrativa audiovisual, algo similar a lo que ocurrió cuando los efectos especiales comenzaron a ganar protagonismo.

Una puerta abierta al talento… con conciencia

Este cambio no significa que ahora todo valga. No se trata de entregar los premios al software más sofisticado, sino de valorar cómo estas herramientas pueden potenciar la creatividad humana. En otras palabras: el talento sigue siendo la estrella del show, pero ahora tiene más recursos con los que brillar.

El cine siempre ha sido un terreno fértil para la innovación: desde el paso del cine mudo al sonoro, la llegada del color o el desarrollo del 3D. La inteligencia artificial es simplemente el siguiente capítulo. Y como en cualquier etapa de cambio, lo importante es entender las herramientas, reflexionar sobre sus usos y mantener los valores que hacen del cine un arte profundamente humano.

Fuente: wwwhatsnew

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